David Alves hijo
¿Cuándo fue la última vez que en tu iglesia se enseñó sobre lo depravado que es la homosexualidad? ¿Cuándo fue la última vez que tú, maestro de la palabra, delineaste detalladamente a la congregación, el diseño original de Dios sobre el género y el matrimonio?
Hay temas que se soslayan porque son incómodos y controvertidos. En muchos lugares se opta por no tocar ciertas cosas pensando que de alguna manera eso va a ayudar. Muchos maestros de la palabra ni saben de los ataques que recibe la iglesia. Están completamente desapercibidos de lo mucho que se está promoviendo la ideología de género.
Hermanos, la pregunta no es si viene persecución por causa de no ceder a las filosofías anti-Dios del movimiento LGBT. El antagonismo ya llegó o viene en camino. Solo es cuestión de tiempo que las congregaciones sean atacadas por individuos, por las autoridades y por falsos maestros. El príncipe de la potestad del aire, está siendo sumamente exitoso en promover el homosexualismo, lesbianismo y transgenerismo en el gobierno, en las escuelas, en el deporte y en el mundo cinematográfico. Desde ya, el ejército demoniaco del dios de este siglo, está haciendo todo lo posible por pervertir los valores morales que la iglesia posee que se basan en la Palabra infalible e inerrante de Dios.
En muchas denominaciones es sumamente común que hayan ministros que sean sodomitas. Permiten el matrimonio igualitario. Tienen banderas del orgullo en sus santuarios. Recitan confesiones donde reconocen a Dios como aceptando a personas sin importar sus convicciones sobre su sexualidad y aún afirman que Dios es no binario.
Se escucha a alguien decir: “Pero eso no va a suceder en las asambleas que se congregan en el nombre del Señor Jesucristo”. “Eso pasará en denominaciones que ya tienen perspectivas erradas sobre ciertas cosas, pero nosotros nos apegamos fielmente y celosamente a la Biblia”. ¿Seguro?
Había un líder en una iglesia en Canadá que enseñaba que el pecado no tenía que ser disciplinado en la iglesia si se confesaba a los ancianos. También tenía la creencia que un creyente podía estar en la comunión de su asamblea siendo no binario. En su congregación había una joven que afirmaba ser no binaria. En otras palabras, era alguien que esta semana podía sentirse mujer, pero la otra semana podía sentirse siendo hombre. Siendo miembro activa de la iglesia, ayudando en el ministerio con los niños y participando del pan y la copa cada Domingo, se le permitió seguir teniendo esas responsabilidades aún cuando afirmaba no ser ni hombre ni mujer. Esta persona a la que ya me referí, enseñó que no había problema con eso, con tal que no tuviese relaciones sexuales con alguien del sexo opuesto. Podía besar a una mujer, pero no cometer fornicación con ella.
Esta no es una iglesia de alguna denominación. Esta es una asamblea conocida que supuestamente se congregaba al nombre del Señor. Este hombre era invitado por misioneros aquí en México y en Estados Unidos a predicar a conferencias a las cuales quizás algunos de ustedes asistieron. Escribía en una revista conocida por muchos publicada en Norte América. Este hombre terminó resignando como anciano, se fue de esa asamblea y la congregación quedó dividida si no destruida.
También estoy recordando a la esposa de un misionero aquí en México felicitando a un joven cuando publicó que había salido del closet.
Difícil de creer, pero cierto.
¿Sí ves que este problema está a la puerta de tu asamblea? Tenemos que estar preparados porque el ataque está por venir. Ya sea de entre nosotros o de alguien que viene por fuera.
¿Qué podemos decir al respecto?
Dios creó a la humanidad poseyendo únicamente dos géneros. “Varón y hembra los creó” (Gn. 1:27). Esto lo confirmó Dios al crear a la humanidad. Su Hijo Jesucristo lo enseñó también al estar aquí sobre la tierra. En Mateo 19:4 y Marcos 10:6 él confirmo que su Padre los creó varón y hembra. Las cartas de los apóstoles son muy claras en demostrar que ellos creían en la existencia de dos sexos. No hay una sola cita que insinúe lo contrario. Dios creó a las personas con uno de dos géneros. Hay hombres, hay mujeres.
Dios creó a las personas sintiendo una atracción hacia las personas de su sexo opuesto. En otras palabras, Dios formó a los hombres sintiendo una atracción a las mujeres y viceversa.

Todo esto aún cuando nacemos en pecado. Aclaramos esto para que quede claro que nadie nace siendo homosexual. Este pecado, como cualquier otro, es uno que la persona decide practicar al desear vivir una vida separada de Dios.
Otro punto que tiene que considerarse es que la auto-identidad es un mito, es el producto de la mera imaginación del hombre. El ser humano no tiene la autoridad para escoger el género que quiera ser. El soberano Creador te creó siendo hombre, tienes que sujetarte a él y considerarte hombre. No hay libertad de escoger algo contrario a eso.
Es una fábula que exista una diferencia entre el sexo y el género de una persona. Muchos ahora explican que sexo es lo que uno fue asignado al nacer y género es lo que uno opta por ser. Mentira. Falacia. No existe tal cosa. El sexo o el género lo posees desde el momento de tu concepción y no es mutable ni transferible. Una persona puede vestirse como quiera y puede hacerse todas las operaciones que quiera y puede decir lo quiera acerca de su género, pero si sus cromosomas son XX es mujer, y si son XY es hombre.
Ahora, ¿pueden verdaderos creyentes luchar con tener pensamientos que no deben en cuanto a sentir una atracción sexual a una persona del sexo opuesto? Sí, porque aún somos propensos a desear las obras de la carne. Uno de los pecados que anhela la carne es la concupiscencia, lo cual es desear lo prohibido. En el caso de este creyente, confesará su pecado al Señor y le pedirá que quite esos pensamientos de su mente. Hará todo lo que tenga que hacer para dejar de pensar esas cosas.
El problema viene cuando una persona supuestamente salvada afirma y asegura que es un género que realmente no es o que ni género tiene.
¿Qué debe hacerse en ese caso?
Esta persona obviamente necesita ser pastoreada y discipulada. Necesita que se le muestre que eso es aberrante y repulsivo delante de Dios. Se le tiene que pedir que se arrepienta de ese pecado, aún si no practica el estilo de vida que va junto a esta ideología de género.
Si la persona aún insiste que es otro sexo o que no tiene género, tristemente tiene que ser juzgado por la iglesia su pecado y ser apartado de la membresía de la iglesia. Esto aún cuando no ha cometido fornicación. Y considero que está mostrando que realmente no es un creyente, sino más bien alguien que ha apostatado de la fe.
¿En qué lo baso?
La disciplina a nivel de iglesia no solo es por pecados inmorales (1 Corintios 5), pecados interpersonales (Mateo 18), pero también por pecados doctrinales. En 1 Timoteo 1:20 vemos que dos hombres fueron entregados a Satanás por causa de doctrinas erradas. En 1 Tesalonicenses aprendemos que los indisciplinados deben ser amonestados. Es claro Pablo en Romanos 16:17, “Les ruego, hermanos, que vigilen a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que ustedes aprendieron, y que se aparten de ellos”.
La formación del hombre habiendo sido creado a la imagen de Dios y el hecho que él nos creó varón y hembra, es una doctrina absolutamente fundamental. Negar esto, es negar la creación del universo y negar a Dios el creador de todas las cosas.
Otra doctrina que niegan es la regeneración. Esto es algo que valoramos profundamente todos aquellos que sí somos salvos. Pensar que Dios me regeneró o me hizo una nueva persona por el poder de su Hijo, por el poder de su Espíritu y por el poder de su Palabra, es algo incomparable. Una persona que dice que es cristiana pero se considera de otro género o sin género, no cree que Dios puede regenerar y renovar a las personas.
No podemos tener comunión con alguien que afirma algo tan explícito en la Palabra de Dios. Esta persona tiene que ser apartada de la membresía de la congregación y no puede tener los privilegios que sí tienen los otros miembros.
El engaño común sería acusarnos de no amar al prójimo por no aceptar a las personas que quieren distorsionar el aspecto sexual de sus vidas. Amar a alguien es decirles la verdad y orientarles en saber cómo pueden dejar su perversidad. Eso sí es verdadero amor.
No caigamos en la trampa del padre de la mentira. Una de las paradojas más flagrantes es que existan cristianos homosexuales. Nunca los ha habido y nunca los habrá. Podrán profesar ser seguidores de Cristo, pero no tienen a Cristo en sus corazones. Por eso tenemos que predicar claramente la doctrina del pecado, la doctrina del arrepentimiento y la doctrina de obra de Cristo en la cruz.
Recibe contenido bíblico para tu edificación. Sigue nuestro canal de WhatsApp:
https://whatsapp.com/channel/0029Va4byrd2f3EFIOGEQx1A