Temas contemporáneos

La Cultura de la Cancelación en las Iglesias

David Alves hijo

Los que saben de béisbol dirían que Trevor Bauer era uno de los mejores pitchers en su tiempo. Su carrera sumamente prometedora llegó a un final de manera muy repentina. No fue por una lesión. No fue por su baja de juego. Su carrera fue truncada porque una joven le acusó de golpearla y de abusar de ella sexualmente. 

La Major League Baseball lo suspendió por 324 juegos. Su equipo lo despidió. Dejó de percibir su salario multimillonario. Su nombre adquirió una terrible reputación. También dejó de ganar todos los millones que adquiría por patrocinios y publicidades. De un momento a otro, todo cambió en la vida de Bauer. 

Todo eso no fue lo peor. Lo más devastador para Bauer es que todo fue una mentira. Nunca fue arrestado. Nunca fue sentenciado en una corte justicia. Nunca fue encarcelado. La evidencia claramente demostró que su acusadora actuó perversamente al acusarle falsamente.  

A pesar de que todo ha sido aclarado, la carrera de Bauer no ha continuado como él quisiera. Fue contratado para jugar por un tiempo en Japón, pero regresó a su país natal con el deseo de jugar una vez más en las Grandes Ligas. Lo que se ha encontrado Bauer solo han sido puertas cerradas. Hasta ahora ningún equipo lo ha contratado porque Trevor Bauer fue cancelado. Bauer estima que durante estos años desde que fue despedido de su equipo, ha dejado de percibir ganancias de hasta más de 500 millones de dólares. 

Bauer fue cancelado. ¿Sabes lo que es ser cancelado? Es importante que lo sepas porque más y más se está convirtiendo común en nuestra sociedad. Pero aún más, es algo que lamentablemente se está convirtiendo común también en las iglesias. 

Debes saber lo que esto es para que sepas cómo debes vivirlo si te toca pasar por eso. Debes también saber lo que esto es para que te des cuenta de lo mal que estás, si lo estás poniendo en práctica, porque pudieras estar participando en eso sin percatarte de ello. 

¿Qué Significa Cancelar a Alguien?

La cultura de la cancelación es cuando una sociedad rechaza por completo a una persona, porque sus supuestas convicciones o acciones ofenden a ciertas personas. Presión desmedida es también ejercida sobre las demás personas para que ellos también cancelen al individuo. 

Esto se consigue de distintas maneras. Se avergüenza públicamente a la persona. Se le censura. Se le boicotea. Es despedido de su empleo. Es llevado a la bancarrota. Se le despoja de cualquier plataforma que tenga. Se le organiza una cacería de brujas para buscar más información que le recrimine. 

La Cancelación en la Iglesia 

Más y más se está volviendo común en la iglesia del Señor que hermanos sean cancelados. Muchos de ellos son creyentes que se esfuerzan en servir a los creyentes y a los incrédulos. Pero se meten en graves problemas porque creen algo o hacen algo que va en contra de los intereses de algunas personas. A pesar de que no es algo que va en contra de las Escrituras, estos hermanos son cancelados. 

El resultado de esto es muy severo. Injustamente son acusados falsamente. Injustamente son puestos en disciplina. Injustamente pierden el ministerio que tenían. Injustamente sufren ser aislados de los demás. Injustamente sufren un análisis minucioso de sus vidas. Injustamente sufren una terrible persecución. Injustamente dejan de recibir apoyos por el servicio que hacen para el Señor. 

Todo esto no lo sufre únicamente la persona en el centro de todo, sino que también lo padecen sus familiares, sus amistades y cualquier persona que busque apoyarle, animarle o defenderle. 

De distintas maneras, la iglesia está adoptando ideologías woke, y la cultura de la cancelación es una de ellas. Debe preocuparnos severamente que entre nosotros estamos permitiendo prácticas que se asemejan a cosas que hacen personas ateas y sumamente liberales de la ultra izquierda. Debe consternarnos que lo mismo que le hacen a personas en el mundo, como en el caso de Bauer, se le esté haciendo a hermanos en la iglesia. 

Imagen por Markus Winkler

Los Pecados de la Cancelación

En la cultura de la cancelación se cometen las siguientes faltas. 

1. Se toma una decisión sin primero estudiar el caso a fondo

Ninguna acusación puede hacerse ni ninguna acción puede tomarse si no hay dos o tres testigos (Dt. 17:6;  19:15; Mt. 18:16; Jn. 8:17; 2 Co. 13:1). Cartas pueden ser escritas, ser firmadas por muchas personas y ser enviadas a medio mundo; pero eso no es cumplir con el requisito que Dios impone para poder señalar el pecado de alguien. Si no hay testigos, no se tiene lo necesario para hablar, señalar o actuar. 

No podemos tampoco permitir que alguien nos obligue a creer algo de alguien sin primero considerar la situación adecuadamente. Salomón señala esto mismo en Proverbios 18:17, “El primero que habla en la corte parece tener la razón, hasta que comienza el interrogatorio”. Es pecado que tú escuches algo acerca de alguien y lo creas sin escuchar primero al acusado. Es pecado que tú le obedezcas a alguien que te diga que no puedes investigar el asunto, sino que debes creerle ciegamente, porque si no sufrirás ciertas consecuencias. 

2. Si la persona ha cometido algún pecado, no se le permite corregirse y restaurarse 

En un caso en el que se ha comprobado que un creyente ha pecado, es anti-bíblico que ciertas cosas sean hechas para que esa persona no pueda corregirse ni restaurarse. Es absolutamente impropio cuando un creyente peca y personas le ponen una serie de obstáculos para que nunca pueda volver a vivir en pureza y formar parte de una iglesia local. Es pecado porque Dios siempre quiere la restauración de aquellos que han fallado (2 Co. 7:11, 12; Gál. 6:1; Ap. 2:4, 5). Alguien que está impidiendo la restauración de un creyente no está obrando conforme al deseo de Dios, sino que está imitando a los que promueven la cultura de la cancelación. 

3. Si la persona ha cometido algún pecado, no se le permite ser perdonado 

Si un cristiano peca, por más terrible que sea su pecado, los que están a su alrededor tienen la obligación de perdonarle (2 Co. 2:6-11). En la cultura de la cancelación, no existe el perdón para alguien que quizás ha cometido un error. En las cosas de Dios, el perdón es una obligación (Mr. 11:25; Lc. 6:37; Ef. 4:32). Alguien que promueve el rencor y el odio hacia un hermano, no es de Dios ni está actuando espiritualmente. 

4. Las personas se convierten en jueces, abogados y policías 

Los que promueven la cultura de la cancelación en el mundo, creen ser los jueces, los abogados y los policías del resto de la sociedad. Esta no debe ser nuestra postura ante los demás. 

Pensemos en lo siguiente en el juicio de otros: 

I. No debemos juzgar a otros si primero no damos el ejemplo (Mt. 7:1-5). Muchos de los que se creen la autoridad moral del universo no tienen la integridad moral de actuar como ellos lo hacen. Antes de preocuparte por la paja en el ojo de alguien, por favor haz algo acerca de la viga en tu propio ojo. 

II. No debemos juzgar las apariencias, sino más bien debemos juzgar con justo juicio (Jn. 7:24). Creer algo de alguien que es falso solo porque muchos lo dicen, es pecar contra Dios. Una mentira no se hace verdad solo porque la gran mayoría afirme algo. Recordemos la seriedad que hay en acusar falsamente a alguien. Murmurar contra alguien es murmurar contra la ley de Dios y es quitarle a Dios el lugar que solo a Él le corresponde (Stg. 4:11, 12). 

III. No debemos juzgar a un creyente que pertenece a una iglesia que tiene sus propios ancianos. Muchos dicen creer en la autonomía de las iglesias, pero en la práctica demuestran que realmente no creen en eso. Hoy hermanos son cancelados por personas que ni son sus ancianos. En el caso del hermano que había pecado en Corinto, ¿quién debía ver ese asunto? ¿Pablo y sus consiervos a la distancia? No, el asunto tenía que ser juzgado por la iglesia en Corinto (1 Co. 5:4, 5, 13). 

Rechacemos la cultura de la cancelación en todo ámbito; especialmente en la casa de Dios que es la iglesia. No permitamos ni practiquemos cualquier cosa que es repugnante al Señor y que feamente transgrede las preciosas Escrituras que Él nos ha dado. No hay lugar para lo hecho a Trevor Bauer en la iglesia del Señor. 

Palabras de Ánimo para el Cancelado 

Como a alguien a quien buscaron cancelar hace unos diez años, quiero animarte a ti que pudieras estar pasando por esta amarga experiencia con lo siguiente. 

1. Dios te promete una bienaventuranza. “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt. 5:10). Es correcto. La persecución no siempre viene de personas que están fuera de la iglesia. 

2. Dios te promete que no todo lo que quieran hacerte los malos se llevará a cabo. “Ningún arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio” (Isa. 54:17). 

3. Dios te pide que no te vengues, sino que dejes que Su ira castigue a los que te maltratan. “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Rom. 12:19). Descansa en Proverbios 19:9, “El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras perecerá”. 

4. Dios quiere que te alegres por todo lo que sufres porque algo valioso te está enseñando. “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Stg. 1:2-4). 

5. Dios te asegura que Él no te dejará y Él hará frente a tus adversarios. “Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada” (Jer. 20:11). 

6. Dios te está dando una oportunidad para que imites el maravilloso ejemplo que nos dejó Su amado Hijo. “Cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendada la causa al que juzga justamente” (1 Pe. 2:23). 

7. Dios te pudiera estar dando una oportunidad de buscar un lugar verdaderamente bíblico. En una iglesia escritural donde Cristo reina supremamente, no se practican las cosas que han sido descritas. “Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio” (Heb. 13:13). “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré” (2 Co. 6:17).