Preparados para presentar defensa

La Virgen de Guadalupe

David Alves Jr.

Existe la creencia que la virgen de Guadalupe se le apareció a un varón llamado Juan Diego tres veces en el año 1531. Los seguidores de esta virgen creen que ella le pidió a Juan Diego que le construyera un lugar de adoración en el cerro de Tepeyac en México.

Durante los últimos 492 años, millones de personas le han rendido su fiel devoción y adoración. A lo largo de estos años, muchas personas han declarado que la virgen de Guadalupe ha realizado un gran numero de milagros.

Hoy 12 de Diciembre, de acuerdo a la iglesia católica, es otro aniversario más de la tercera aparición que la virgen de Guadalupe le hizo a Juan Diego.

Veamos lo que se enseña comúnmente sobre la virgen de Guadalupe y consideremos lo que nos dice la palabra de Dios. El propósito no es ser irrespetuoso ni causar ofensa. La intención es presentar la verdad de Dios.

  1. María no se aparece de distintas maneras

La iglesia católica considera a la virgen de Guadalupe como una aparición mariana. Esto quiere decir que ellos la identifican como una manifestación de la virgen María. En muchos otros países se veneran a vírgenes que también supuestamente representan a María. Por ejemplo, en Francia adoran a la Señora de las Gracias y en Irlanda son fieles seguidores de la Señora de Knock.

Cuando leemos la Biblia podemos ver que no hay un solo pasaje que corrobore que sí existan las apariciones marianas. La última mención de María es en Hechos 1 donde la encontramos orando en un aposento alto en Jerusalén junto con los apóstoles y muchos otros cristianos. Por favor nota que no le oraban a María, sino que todos estaban congregados para orarle a Dios. La Biblia no nos dice cómo fueron los últimos años de su vida. No nos habla sobre cómo murió. No relata que María se presente de distintas maneras en diversos países. Tampoco nos describe su condición particular de ella en el cielo. Por lo tanto, es completamente imposible que la virgen de Guadalupe sea una aparición de María.

La razón por la que la iglesia católica enseñó que debía adorarse a la virgen de Guadalupe, fue para poder promover el catolicismo entre los indígenas cuando España colonizó a México. Esta es la razón por la que su color de piel es de tez morena. Al presentar a una mujer con ese color de piel, se buscó convencer a los mexicanos que ella era de su mismo parentesco y que era la madre de ellos.

En la imagen de la virgen de Guadalupe, la luna debajo de sus pies, representa que ella es mayor que el dios de la luna que adoraban los indígenas. El sol por encima de su cabeza representa que ella es más grande que el dios del sol. La iglesia católica en cierta manera quiso reconocer a esos dioses inexistentes, solo para que los indígenas creyesen lo que ellos les estaban enseñando. La palabra de Dios enseña que hay un solo Dios (Dt. 6:4; 1 Co. 8:6). Dios no reconoce la existencia de un dios que no sea Él. Según la Biblia, los que quieren seguir a Dios, deben dejar sus ídolos (1 Tes. 1:9). Esta es otra muestra de que la iglesia católica quiso presentar a Guadalupe de una manera en la que las personas quisieran aceptarla y creer en ella.

También tendríamos que señalar que la Biblia no enseña que la virgen María sea nuestra madre. Los que creemos en Cristo Jesús somos adoptados por Dios y Él se convierte en nuestro Padre. No hay una sola base bíblica que enseñe que María sea nuestra madre.

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  1. La adoración siempre debe ser exclusivamente para Dios

La adoración es definida como: “Rendir culto a personas o cosas consideradas sagradas o santas”. Muchos niegan adorar a ídolos al tratar de demeritar lo que realizan a favor de ellos. Pero es muy claro que sí los adoran. Orarle a alguien es adorarle. La Biblia enseña que las oraciones únicamente son dirigidas a Dios. Pedirle a una imagen protección o sanidad es adorarle. La Biblia demuestra que solo Dios puede brindarnos eso. Amar a la virgen es adorarle. La Biblia claramente nos hace ver que nuestro amor debe ser exclusivamente para Dios. Postrarse frente a una imagen es adorarle. La Biblia condena que personas se postren ante algo que no sea Dios.

La palabra de Dios una y otra vez condena todo acto de idolatría. Esto se comete cuando se adora a alguien que no sea el Señor del cielo y de la tierra. En Éxodo 20:3-6 y Colosenses 3:5 se nos prohibe practicar la idolatría. La Biblia siempre enfatiza que Dios debe ser el objeto de toda nuestra adoración. Salmos 95:6 resume lo que la Biblia siempre ordena, “Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor”. Considera también que Dios no comparte Su gloria con la virgen de Guadalupe ni con ninguna otra persona (Isa. 42:8).

  1. Dios no se comunica a través de ella

Las Escrituras inspiradas por Dios hacen ver que Él se ha manifestado a las personas de distintas maneras a través de los tiempos. Dios se ha comunicado a través de Su voz audible, sueños, visiones, suertes, éxtasis, ángeles, profetas, apóstoles, Su palabra escrita.

Nunca leemos de María apareciéndosele a una persona para decirle algo. La virgen de Guadalupe no se le pudo haber aparecido a Juan Diego, porque nunca lo hizo a nadie más de acuerdo a lo estipulado por la Biblia. La virgen María apareciéndosele a muchas personas a través de los años, es completamente imposible, porque algo así no tiene ningún precedente en la palabra de Dios.

Hoy Dios nos habla a través de la Biblia. Hoy Dios no se comunica a nosotros a través de apariciones sobrenaturales. Hebreos 1:1, 2 hace esto sumamente claro.

  1. Dios no hace milagros a través de ella

Muchos tienen la firme creencia que la virgen de Guadalupe hace milagros. Si esto es cierto, ¿por qué en la Biblia nunca leemos acerca de ni un solo milagro realizado por ella? La Biblia marca que solo los profetas, el Hijo de Dios y los apóstoles hicieron milagros. Jamás leemos de una sola mujer que haya hecho un milagro.

Es sumamente importante que entendamos que no hay nada que tenga la autoridad divina que posee la palabra de Dios. Ninguna iglesia, ninguna persona, ninguna tradición posee autoridad que exceda lo que dice la Biblia. “Has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas” (Sal. 138:2).

La Biblia hace claro que le oramos a Dios, y si es Su voluntad, Él es el que contesta nuestras oraciones y Él es el que hace milagros en nuestras vidas.

  1. No intercede por nosotros

En la imagen de la virgen de Guadalupe, ella aparece con su rostro inclinado y con sus manos acomodadas de tal manera que da la impresión que está orando. La creencia es que ella intercede por todos nosotros delante de Dios.

Volvamos a la Biblia. La palabra perfecta y autoritaria de Dios establece muy claramente: Jesús es el único Mediador (1 Tim. 2:5), Jesús es el único Abogado (1 Jn. 2:1) y Jesús es el único Intercesor (Rom. 8:34). La palabra de Dios jamás presenta a María o a alguna otra persona intercediendo por nosotros en el cielo.

En vez de seguir adorando a la virgen de Guadalupe, adora desde hoy únicamente a Dios. Acepta el error en el que has estado durante todo este tiempo. La Biblia es sumamente clara. El Padre envió a Su Hijo; Jesucristo murió y resucitó por nuestros pecados; y el Espíritu Santo quiere guiarte al arrepentimiento y a la fe en Jesús quien es el único Salvador. Renuncia a la idolatría y a todo pecado. No es una Señora que te salvará, sino es el único Señor que lo hará. Cree que el Hijo de Dios es el único que puede rescatarte de tus pecados y del infierno. Ríndete completamente a Dios. Vive para Su placer y honor. Confía que solo Él puede socorrerte en cada una de tus aflicciones.


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