La Religión Pura y sin Mácula

Religión: Una Palabra Satanizada Injustamente

David Alves hijo

Imagen de Martín Sanchez

En el ámbito cristiano hay conceptos que nos incomodan y que evitamos a toda costa. Palabras como: iglesia, obispo, catecismo y religión son ejemplos de esto. Debemos tomar en cuenta primeramente que estas palabras son neutrales. No son términos inherentemente corruptos.

También necesitamos considerar que las palabras son subjetivas. La interpretación de un concepto depende de su contexto cultural. Por ejemplo, en un país una palabra puede ser altisonante, y en otro país es posible que sea completamente normal utilizarla. ¿Sería justo dictaminar que un concepto mal visto en Honduras no pueda ser pronunciado en Bolivia? ¡Claro que no! Cada cultura le da una interpretación distinta a las palabras. 

Lo mismo ocurre dentro de la iglesia del Señor. Hay palabras relacionadas a las cosas de Dios que consideramos casi como siendo perversas. Hay aquellos que hablan de la asamblea, pero se incomodarían si emplearan la palabra “iglesia”. Hay aquellos que hablan de ancianos en la congregación, pero optan por no usar la palabra “pastor” u “obispo”. Si un hermano hablara de que catequiza a sus hijos, esto haría a la gran mayoría pensar que está siguiendo los dogmas del catolicismo al educar a su familia. Si alguien lee a los puritanos, pudiera extrañarse de lo mucho que hablan de la necesidad que tenemos de vivir una vida religiosa para glorificar al Señor.

En el caso de los ejemplos dados, ¿realmente es incorrecto que utilicemos esas palabras? La explicación comúnmente dada es que términos como estos deben ser evitados por la manera en la que otros los han distorsionado. Quiero sugerirle que esta no es una lógica adecuada. Esto puede ser comprobado muy fácilmente al notar que la mayoría de las palabras mencionadas, son conceptos que se encuentran en las Escrituras.

¿Qué mal hay en usar la palabra “iglesia” cuando es el término mas común en la Biblia para describir un grupo de cristianos que se reúne a alabar al Señor? ¿Qué mal hay en usar la palabra “pastor” u “obispo” cuando son comúnmente utilizados para describir la responsabilidad que tienen aquellos de atender las necesidades espirituales de la asamblea? Si catequizar es enseñar la Biblia a otros a través de preguntas y respuestas, ¿es malo utilizar catecismos publicados por hermanos sanos en la fe y hablar de catequizar a los demás? Si las Escrituras hablan de la religión como algo que es bueno, ¿es malo que los puritanos escriban tanto de cómo debe ser nuestra vida religiosa delante de Dios en este mundo? ¿Es malo que nosotros usemos la palabra “religión” en un sentido positivo? Es en el uso de este último término en el que nos estaremos enfocando.

Significados y usos de conceptos en la Biblia

W.E. Vine señala lo siguiente en su Diccionario Expositivo sobre las palabras religión y religioso, que aparecen en el Nuevo Testamento a través de estas palabras griegas: 



1. Thrēskeia (θρησκεία). Este terminó se refiere a la “religión en su aspecto externo”, “adoración religiosa, especialmente el servicio ceremonial de la religión”.

Este concepto es empleado para describir la religión de los judíos (Hch. 26:5). En ese pasaje Pablo dijo, “conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo”.
Esta palabra también es usada por el apóstol al escribirle a los creyentes colosenses acerca del “culto a los ángeles” (Col. 2:18). En ambos casos la palabra es presentada como siendo algo negativo.

De igual forma leemos sobre el término religión en Santiago 1:26, 27. El contexto de lo que redacta el escritor es sobre la necesidad que tienen los cristianos de vivir obedeciendo la Palabra de Dios, y no solo escuchándola. Santiago exhibe lo torcido que es cuando alguien no pone en práctica lo que el Señor dice en las Escrituras. Él contrasta las vidas de estas personas con aquellos que oyen la Palabra, pero también la obedecen. Por eso él escribió: “Si alguno se cree religioso entre ustedes, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana”. Estos son los que oyen pero no hacen lo que Dios dice. El contraste es presentado cuando él dice: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”. Estos son los que oyen pero sí hacen lo que Dios dice. Aquí la religión es descrita como algo favorable.

2. Deisidaimonia (δεισιδαιμονία). Este concepto “denota temor de los dioses”. Proviene de dos palabras que se relacionan con temer algo y con una deidad pagana. De hecho, una de estos conceptos dio origen a la palabra demonio. Este uso de la palabra religión está relacionado con la superstición.

Esta palabra es empleada en ese sentido por Lucas en Hechos 25:19. Se menciona sobre aquellos “que tenían ciertas cuestiones acerca de su religión”. Pareciera que por el uso de esta palabra, esto indicaría que los gobernantes romanos consideraban la fe de Pablo como siendo una superstición. Solo es una sugerencia, porque este término también puede ser usado en un sentido positivo al hablar de temer a Dios.

3. Thrēskos (θρησκός). “Religioso, cuidadoso de lo externo en cuanto al servicio divino”. Se relaciona con la palabra thrēskeia que ya estudiamos. La palabra religioso solo aparece en Santiago 1:26, “Si alguno se cree religioso”. Como ya observamos, el autor humano aquí usa este concepto para describir a los que oyen al Señor a través de su Palabra, pero no la cumplen. Creen temer a Dios, pero realmente no lo hacen porque no lo muestran en su comportamiento.

Nuestro uso de estos términos

Una de las maneras en las que interpretamos adecuadamente la Biblia es analizando sus palabras en los idiomas originales en que fue escrita. Otra forma en la que le damos el sentido correcto a las Escrituras es estudiando su contexto. Al haber hecho esto brevemente, debemos preguntarnos: ¿Acertaron los puritanos al escribir tanto sobre la necesidad que tienen los cristianos de vivir una vida religiosa para complacer a Dios? ¿Debemos nosotros hablar de la religión con una connotación positiva? 

Sencillamente, lo que debemos hacer es seguir el ejemplo que nos da la Biblia. La Palabra de Dios habla de la religión negativamente y positivamente. Esto quiere decir que podemos usar las palabras religión y religioso al hablar de una persona que es hipócrita o supersticiosa en su forma de actuar en cuanto a todo lo relacionado con Dios. En este sentido, la religión hace que personas digan una cosa, pero que hagan lo contrario. La religión resulta en que individuos vivan vidas marcadas por la incongruencia.

Por otro lado, tenemos base bíblica para afirmar que es válido usar los conceptos religión y religioso positivamente. Sería correcto hablar de alguien como siendo religioso, si vive reverenciando a Dios y demostrándolo en su forma de actuar. Es completamente aceptable hablar como lo hace la Biblia y también como lo hicieron los puritanos. Si hay aquellos que han malentendido y torcido lo que significan estos términos, ese es asunto de ellos. Hablar de alguien como siendo religioso, porque vive piadosamente, no me hace católico ni en lo más mínimo. Más bien me hace ser más bíblico.

Lo que sí debemos dejar de decir es algo que comúnmente se dice al predicarse el evangelio. Muchos dicen: “Predicamos una relación y no una religión”. Debemos evitar decirlo de manera tan general por la siguiente razón. Si al decir eso nos referimos a que no predicamos una serie de dogmas que pueden dar el perdón de pecados si la gente los obedece, estamos en lo correcto. Es cierto que ese tipo de religión no puede salvar a nadie, porque solo la fe en Jesús es lo que salva a las personas. Pero la realidad es que en otro sentido, en un sentido positivo, un sentido escritural, sí predicamos una relación que puede tener el pecador con Dios, pero también predicamos una religión. Anunciamos que el perverso debe arrepentirse y creer en el evangelio para que viva una vida para el disfrute de Dios. De acuerdo a la Biblia, eso también es religión. Por lo tanto, en este sentido, sí predicamos la religión. El anhelo de Dios es rescatar a personas de la religión falsa para que practiquen la religión verdadera.

En conclusión, no rehusemos hablar sobre “la religión pura y sin mácula”. No hay nada en las Escrituras que nos prohiba utilizar ese término. Todo lo contrario. La Biblia nos anima a hacerlo. Por encima de todo, vivamos una vida religiosa. Existamos en este mundo humillándonos continuamente ante la majestad de Dios, obedeciendo con rigor todo lo que la Biblia nos exige y haciendo el bien a los que están a nuestro alrededor.


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