La Religión Pura y sin Mácula

Responsables Del Subconsciente

David Alves hijo

Foto tomada por Ike Lee

Los sueños suelen captar nuestra atención y disfrutamos en ocaciones contarle a otros lo que soñamos mientras dormíamos. ¿Te has preguntado si eres responsable de lo que sueñas? En otras palabras, si sueñas algo en donde ves o cometes algún pecado, ¿crees que Dios te responsabiliza de eso? O ¿Crees que no tienes que rendirle cuentas por tal pensamiento porque lo tuviste mientras que estabas dormido?

Si le preguntas a la Inteligencia Artificial de Google te diría que no eres responsable moralmente por lo que sueñas. Esto porque los sueños se originan de manera involuntaria de tu subconsciente y tú no tienes ningún control sobre esto. Sería bueno creer que no somos responsables por lo que soñamos, pero la realidad es que sí lo somos delante de la presencia del Señor. No cabe la menor duda de que nuestros pensamientos durante el día impactan lo que pensamos mientras estamos dormidos. Tengamos mucho cuidado en siempre ser guiados únicamente por lo que nos instruye la Biblia.

Las Escrituras nos hacen ver que lo que soñamos es un destello de lo perversas que son nuestras mentes. Lo más probable es que te has preguntado el motivo por el que sueñas cosas tan feas. La realidad es que si pensáramos cosas buenas a lo largo del día, dejaríamos de soñar cosas tan grotescas al estar dormidos. Jesús enseñó que: “del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, blasfemas. Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mt. 15:19, 20). Santiago lo hace también muy claro. “Cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Stg. 1:14, 15).

¿Has soñado que has asesinado a alguien? Necesitas evaluar qué tipo de imágenes estás mirando en una pantalla. Un cristiano no debería encontrar placer en mirar escenas donde personas son asesinadas o en las que individuos son aterrorizados por demonios. De igual forma deberías analizar si soñaste que mataste a alguien porque hay odio en tu corazón hacia una persona. Quizá tendrías un sueño más placentero si te reconciliaras con alguien o si protegieras tu corazón de almacenar ira contra otras personas.

¿Has soñado que le fuiste infiel a tu cónyuge? Esto pudiera revelar que durante el día tienes un problema con los deseos indebidos e impuros. Si tu mente está acostumbrada a desear sexualmente a alguien que no es tu esposo o esposa, no debe sorprenderte que sueñes sobre eso mismo. Deberíamos todos ser como Job. Él dijo: “Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?” (Job 31:1). En esto también influye tremendamente lo que miras en una pantalla. ¿Tienes algún filtro en tu mente sobre lo que permitirás que vean tus ojos o ves cualquier cosa que se aparezca en la pantalla? Si miras pornografía, más pensarás en cosas nefastas cuando estes durmiendo.

¿Has soñado sobre algún problema que tienes y sientes una preocupación desmedida? Este pudiera ser síntoma de que tu corazón se encuentra atribulado por alguna situación por la que estás pasando. Todos luchamos con la incredulidad. Todos somos propensos a estresarnos por algo que estamos viviendo, y esto puede impactar lo que soñamos. Quizá un sueño como este pudiera hacernos ver lo necesitados que estamos de vencer nuestra desconfianza en Dios y poner en él toda nuestra fe. Oremos pidiéndole a Dios lo que le pidió un hombre a Jesucristo: “Ayúdame en mi incredulidad” (Mr. 9:24).

Como con muchas cosas relacionadas a la maldad, hay un ciclo vicioso que se llevará a cabo si no disciplinamos nuestras mentes, y si no hacemos morir nuestros pensamientos corrompidos. Si pensamos mal durante el día, soñaremos maldades de noche, y al día siguiente pudiéramos ser tentados a llevar a cabo lo que soñamos la noche anterior. Pablo enseña que si sembramos para cuestiones de la carne, cosecharemos cosas para la carnale (Gál. 6:8). Salomón quiso que su hijo entendiera lo importante que es guardar su corazón “porque de él mana la vida” (Pr. 4:23).

Si sueñas algo relacionado a la maldad, confiésaselo a Dios. Pídele que te ayude a diagnosticar el motivo por el cual posiblemente soñaste sobre eso. Su Palabra te ayudará a hacer eso mismo. La Biblia nos amonesta y nos libra de no mirar las perversiones que estamos cometiendo (Sal. 19:11, 12). Las Sagradas Escrituras exponen todo lo malo que hay en nuestro ser. Al darnos cuenta de lo que estamos pensando, mirando o sintiendo que es torcido, confesémoslo al Señor, pidámosle su perdón y tomemos medidas para ya no hacer todo aquello que es desagradable a él.

También seria muy provechoso que leas las Escrituras y que ores antes de dormir. Antes de cerrar los ojos, pídele al Señor que guarde tu mente. Deléitate en su Palabra considerando alguna promesa o algún mandato que él te brinda. David dijo: “Tiemblen, y no pequen; mediten en su corazón sobre su lecho, y callen… En paz me acostaré y así también dormiré; porque solo tú, Señor, me haces habitar seguro” (Sal. 4:4, 8). Pidámosle al Señor lo mismo que le suplicó David: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío” (Sal. 19:14). Vive de tal manera que tus sueños reflejan que buscas por gracia divina vivir una vida piadosa para la honra de tu Padre.


Sigue este canal de WhatsApp para recibir material bíblico:
https://whatsapp.com/channel/0029Va4byrd2f3EFIOGEQx1A

Dejar un comentario