David Alves Jr.
¿Qué es “telos”?
Los griegos hablaban del “telos” de algo al referirse a su fin, propósito o meta. Este es el enfoque de la teleología. La palabra “telos” es la raíz de este otro término que se refiere al estudio de los fines o propósitos de todas las cosas. Con esto en mente tendríamos que preguntarnos: ¿Cuál es el “telos” primordial de libro de Proverbios? Una teleología llevada a cabo correctamente nos haría determinar que Cristo Jesús es el fin, el propósito o la meta principal de este libro. De entre todo lo que el Espíritu Santo desea hacer en nuestras vidas a través de Proverbios, lo más importante que él quiere es que a través de estos dichos sabios conozcamos más a nuestro Salvador.
Cristo, el “telos” de toda la Biblia
Toda libro en la Biblia tiene como su “telos” más alto hablarnos acerca de Jesús. El Señor le dijo a sus discípulos: “Estas son las palabras que les hablé, estando aún con ustedes: Que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44). Es muy claro que el Señor Jesús desea que estudiemos la Biblia como él estando en el centro de toda la Escritura. Así como Jesucristo es el centro de los evangelios, él es el enfoque de Proverbios.
Pensando específicamente en el Antiguo Testamento, porque ahí es donde se encuentra Proverbios, tendríamos que tomar siempre en cuenta que esta sección de la Biblia nos habla del Hijo de Dios de las siguientes maneras:
1. Tipológicamente. El Antiguo Testamento nos presenta tipos, figuras o sombras que prefiguran al Mesías. Lo realiza a través de personas, objetos, eventos e instituciones. Por ejemplo: Abel es una persona que es tipo de él; el maná es un objeto que es una figura de él; el cruce del Mar Rojo es un evento que es una sombra de él; y el pacto hecho por Dios con Israel es una institución que le prefigura a él.
2. Proféticamente. El Antiguo Testamento contiene un gran número de predicciones que anuncian algo anticipadamente sobre el Hijo de Dios. Un ejemplo de esto sería que las Escrituras profetizaron que el Mesías descendería del linaje de Abraham (Génesis 12:3; 22:18) y de David (2 Samuel 7:12-16; Jeremías 23:5). Pero debemos considerar también que la mayoría de las profecías que hicieron los profetas no fue para predecir lo que habría de acontecer en el futuro. La mayoría de las profecías que pronunciaron los videntes del Señor fue para señalarle a Israel su pecado y para advertirles sobre el castigo que padecerían. Por ejemplo, en Ezequiel 10 leemos sobre la gloria del Señor abandonando el templo de Jerusalén por causa de la obstinación de la nación. Esa gloria mencionada necesariamente debe ser vista a la luz del Señor de gloria viniendo a morar entre el pueblo de Israel. Jesús es el resplandor de la gloria de su Padre (Hebreos 1:3).
3. Poéticamente. El Antiguo Testamento contiene secciones prolongadas de poesía. Hill y Walton en su libro Un Repaso del Antiguo Testamento señalan los siguientes datos. Una tercera parte del Antiguo Testamento es poesía. Estos libros son poesía en su totalidad: Salmos, Proverbios y Cantar de los cantares. La mayor parte de estos libros son poesía: Job y Eclesiastés. Estos libros tienen secciones poéticas: Génesis, Éxodo, Números, Deuteronomio, Jueces y los dos libros de Samuel. Estos libros combinan la prosa y la poesía: Abdías, Miqueas, Nahum, Habacuc y Sofonías. Lo mismo se pudiera decir en cuanto a ciertas porciones en Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel y Amós. Estos libros contienen muy poca poesía o en algunos casos no poseen poesía: Levítico, Rut, Esdras, Nehemías, Ester, Hageo y Malaquías.
Si tomamos Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los cantares que se encuentran juntos en nuestras Biblias, y consideramos que son libros poéticos, pudiésemos decir lo siguiente en cuanto a lo que nos enseñan sobre el Hijo de Dios. En Job vemos sus angustias; en los Salmos vemos su adoración; en Proverbios vemos su sabiduría; en Eclesiastés vemos su satisfacción; y en Cantar de los Cantares vemos su amor.
Cristo, el “telos” de Proverbios
Aquí anhelamos centrarnos en lo que Proverbios nos indica en cuanto a Jesús y lo haremos considerando lo siguiente:
1. Jesucristo es la personificación de la sabiduría divina
Es llamativo que en Proverbios la sabiduría es personificada. La personificación es cuando se le atribuyen cualidades humanas a algo que no es humano. Si alguien está disfrutando la vista de una luna llena en un cielo oscuro y despejado, hablaría utilizando la figura literaria de la personificación, al decir: “La luna me sonríe desde el cielo”. La luna no puede sonreír pero nosotros como humanos sí. En Proverbios el conocimiento del Señor es visto como llamando a las personas ofreciéndoles lo que posee (1:20-33). La sabiduría es descrita como participando activamente en la creación del mundo (3:19-20). La cordura se asemeja a una mujer que debe ser amada y honrada (4:5-9). La inteligencia que viene del cielo es mencionada como siendo eterna y sirviendo junto con Dios (8:1-36). La prudencia invita a personas a un banquete (9:1-6).
¿Quién es el cumplimiento de la personificación de la sabiduría en Proverbios? Es el Hijo de Dios. Solo él pudiese cumplir con todas las cualidades que posee la inteligencia divina en este libro. La sabiduría personificada en Proverbios lo sabe todo, desea que otros obtengan su conocimiento, es rechazada, disciplina a los que le ignoran, creó el universo, bendice a los que le buscan, es justa, dirige a los más poderosos, es eterna, posee autoridad, es la delicia de Dios y se regocija en los hombres. Es muy claro que cuando Proverbios nos habla del conocimiento, se está refiriendo al que murió en nuestro lugar.
Todo esto también necesitamos considerarlo a la luz de que Cristo es el Verbo o la Palabra de Dios (Juan 1:1, 14). Él es el que nos comunica perfectamente todo lo relacionado al Señor. En 1 Corintios 1:24 aprendemos que Jesús es la sabiduría de Dios. En Filipenses se nos motiva que tengamos la misma mente que el Hijo de Dios. El Nuevo Testamento claramente confirma lo que ya se ha aseverado en cuanto a Jesucristo siendo la sabiduría de Dios en Proverbios.
2. La encarnación de la justicia y de la vida vivida de acuerdo a la sabiduría de Dios
En Proverbios vemos constantemente que el justo teme al Señor (1:7; 3:7; 8:13; 9:10; 10:27; 14:26-27; 15:33; 16:6; 19:23; 22:4). Salomón continuamente quiere que el lector de Proverbios entienda que todos los beneficios de la cordura divina se obtienen cuando uno vive humillado delante de Dios y también admirándole, reverenciándole y adorándole. Jesucristo es el claro ejemplo de lo que es una vida que es vivida de esa manera delante del Padre. Nadie como él vivió en esta tierra reverenciando a Dios en todo momento. Lo profetizado por Isaías confirma esto de manera indudable (11:2-3). El Mesías vivió deleitándose en el temor de su Dios.
Salomón recalca en repetidas ocasiones que el sabio vive íntegramente, humildemente y justamente. Él expone lo imposible que es que alguien posea la sabiduría divina pero que no viva honrando al Señor en todo lo que es en su persona y en todo lo que realiza en su vida. Cristo también es el cumplimiento de esto porque nadie más fue tan íntegro, tan humilde y tan justo como él lo fue. Lo que describe Isaías 50:4 es una clara muestra de esto. El Hijo de Dios recibió sabiduría de su Padre y esto lo manifestó muy poderosamente en su conducta en todo momento.

3. El Hijo de Dios es el mayor y verdadero Salomón
Hay varias semejanzas entre el Señor y Salomón, las cuales resaltan lo superior que es el Hijo de Dios en relación al rey que fue el más sabio de su tiempo. Pensemos en las siguientes comparaciones:
a) Salomón habló por medio de proverbios. Jesús lo hizo a través de parábolas.
b) Salomón dio discursos a sus hijos. Jesús dio sermones a sus discípulos y a las multitudes que le seguían. El Sermón del Monte es ejemplo de esto (Mateo 5-7).
c) Salomón es el hijo de David que reinó por cuarenta años. Jesús es el Hijo de David que reinará eternamente.
d) Salomón reinó sin que hubiesen guerras. Jesús, el Príncipe de paz, reinará por siempre sin que hayan guerras.
e) Salomón fue el más sabio de su tiempo. Jesús es el Dios omnisciente que conoce todas las cosas.
f) Salomón prosperó grandemente al estar sobre el trono. Jesús reinará prósperamente como nunca jamás se ha visto.
Al comparar a los dos, vemos la gran verdad de las palabras de Jesús en cuanto a él y este rey de Judá: “Aquí tienen ustedes a uno más importante que Salomón” (Mateo 12:42). Exaltamos a aquél que es el mayor y verdadero Salomón.
Por último, notemos que si hacemos un bosquejo del libro de Proverbios también podemos mirar muy claramente lo mucho que este libro nos habla del Hijo de Dios.
Capítulo 1 El temor al Señor es el principio de la sabiduría. Cristo es el principio de la verdadera sabiduría.
Capítulos 2-4 Buscando sabiduría y guardando el corazón. Cristo es el tesoro de toda la sabiduría, de acuerdo a Pablo en Colosenses. Es él quien nos da un nuevo corazón, de acuerdo a la profecía de Ezequiel.
Capítulos 5-7 Advertencias contra el adulterio y otros pecados. Cristo es el esposo fiel que purifica a su esposa a través de su Palabra perfecta.
Capítulo 8 Sabiduría personificada. Cristo es el logos eterno.
Capítulo 9 Invitaciones que hacen la sabiduría y la necedad. Cristo siempre invita a los pecadores al banquete que da vida y conocimiento.
Capítulos 10-15 Contrastes entre los justos y los malvados. Cristo es el mejor ejemplo en cuanto a todo esto.
Capítulos 16-22 La soberanía de Dios, el corazón y nuestra forma de hablar. Cristo se sujetó siempre a la soberanía de su Padre; su corazón siempre fue guardado del mal; sus palabras siempre fueron puras y verdaderas.
Capítulos 23-24 Advertencias y palabras de ánimo en cuanto a la disciplina. Cristo, nuestra disciplina, sufrió la disciplina de Dios por causa nuestra. El Señor nos disciplina a nosotros por nuestro bien.
Capítulos 25-29 La sabiduría que beneficia a los líderes para que sean íntegros. Cristo es el Rey justo que gobierna sobre todas las cosas.
Capítulo 30 La humildad y los misterios de Agur. Cristo revela todos los misterios del reino de Dios de acuerdo a lo que él dijo en los evangelios.
Capítulo 31 La mujer virtuosa. La iglesia hermosamente despliega los adornos de la infinita sabiduría de su glorioso Esposo.
Todo esto nos señala que debemos estudiar el libro de Proverbios comprendiendo que su fin principal es mostrarnos a Jesús. A través de este libro, podemos obtener la sabiduría de Jesús y podemos de igual forma imitar la conducta del que nos redimió del pecado. Damos gracias a Dios por el libro de Proverbios.
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