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El Sensus Literalis en la Hermenéutica de los Puritanos

David Alves Jr.

Introducción 

La iglesia de Jesucristo requiere de maestros habilitados por el Espiritu Santo que puedan enseñar fielmente la Palabra de Dios. Abundan congregaciones débiles y deficientes porque carecen varones que se esmeren en estudiar correctamente las Sagradas Escrituras. En algunos casos, existen ministros que simplemente son perezosos, y por lo tanto, enseñan muy pobremente. En otros casos, hay predicadores que se esfuerzan en el estudio, pero que carecen de un conocimiento adecuado sobre la forma correcta en la que esto se debe llevar a cabo. Hay muchos que no enseñan bien y que tienen un impacto negativo sobre aquellos a quienes les predican porque espiritualizan de más las Escrituras y no se enfocan en comprenderla de acuerdo a un sentido literal. 

Por causa de este fenómeno que existe en el cuerpo del Señor Jesús, es importante que aprendamos de buenos maestros del pasado para seguir lo que ellos expusieron en relación al estudio de la Palabra de Dios. Aquí se presentará un análisis del sentido literal en la hermenéutica de los puritanos quienes sirvieron al Señor en los siglos XVI y XVII. Se demostrarán las razones por las que ellos resistieron un método en el que se le daba cuatro sentidos a toda porción en las Escrituras. Se explicará que ellos vieron como lo más correcto darle a la Biblia una interpretación literal, gramática e histórica. Se explicará lo que es la cuadriga y el sensus literalis para llegar a una conclusión sobre cuál es la forma correcta de hacer exégesis. Una comprobación será realizada para hacer ver que la iglesia de Dios sería grandemente edificada si más expositores predicaran la Palabra al haberla estudiado de acuerdo al sensus literalis

Definición del sensus literalis 

1. En los escritos personales de los puritanos  

Para los puritanos, el sensus literalis se refiere al significado claro y primario que fue dado a un pasaje de acuerdo a la intención del autor original. Distintos puritanos como John Owen, Thomas Goodwin, Richard Baxter y William Perkins escribieron en sus obras sobre lo que es el sensus literalis y cómo es que se debe llevar a cabo el estudio de la Biblia de esta manera. William Perkins en su libro El Arte de Profetizar escribió muy sucintamente: «La Escritura tiene un solo sentido, el literal».1 Perkins también aclaró: «Si el significado natural de las palabras concuerda con las circunstancias del pasaje, el significado natural es el significado adecuado». Puso como ejemplo Hechos 10:43 y estableció que el significado claro de ese texto sería que es Jesús quien imparte justicia y vida eterna a los que creen en él.2

2. En las confesiones de los puritanos 

Los puritanos de igual forma hicieron muy claro que ellos creían que las Escrituras debían ser interpretadas por medio del sensus literalis por lo que redactaron en la Confesión de Westminster entre los años 1643-1646. Para ellos la Biblia debía interpretarse literalmente porque es clara, porque debe ser estudiada de acuerdo a sus idiomas originales y porque la Escritura es su mejor intérprete.

En cuanto a la claridad de la Biblia, ellos escribieron: «Todas las cosas en las Escrituras no son igualmente evidentes en sí mismas, ni igualmente claras para todos. Sin embargo, todas aquellas cosas que son necesarias obedecer, creer y observar para la salvación están claramente propuestas y expuestas en uno u otro lugar de las Escrituras, para que no solo los eruditos, sino también los que no lo son, lleguen a una comprensión suficiente de ella mediante el debido uso de los medios ordinarios».3

En relación a la Palabra siendo interpretada literalmente por medio de los idiomas originales, ellos redactaron lo siguiente: «El Antiguo Testamento fue escrito en el idioma hebreo (que era la lengua del pueblo de Dios desde tiempos muy antiguos) y el Nuevo Testamento fue escrito en el idioma griego (que era un idioma muy conocido por todas las naciones de aquel entonces). El Antiguo Testamento en hebreo y el Nuevo Testamento en griego, siendo directamente inspirados por Dios y conservados puros en todos los tiempos por su singular cuidado y providencia, son por lo tanto auténticos. Por esta razón, en toda controversia religiosa, la Iglesia debe apelar a ellos».4

Al considerar que la Biblia se interpreta a sí misma para entenderla de acuerdo al sensus literalis, ellos explicaron que: «La regla infalible de la interpretación de la Escritura es la Escritura misma. Por tanto, cuando hay duda acerca del total y verdadero sentido de algún texto (el cual no es múltiple sino único), debe investigarse y entenderse mediante otras partes que hablen más claramente».5

Trasfondo histórico del sensus literalis 

1. Enseñanza de la Iglesia Católica 

Estas palabras de la confesión puritana fueron redactadas para rechazar en parte el método exegético de la Edad Medieval llamado «cuadriga» o «sentido cuádruple», el cual fue ampliamente recomendado por la Iglesia Católica. R.C. Sproul explica que en esa época de la historia todo pasaje en la Biblia era interpretado por medio de cuatro significados, los cuales son: literal, moral, alegórico y analógico. Este mismo autor los explica al utilizar la ciudad de Jerusalén como ejemplo. El sentido literal, el cual se refiere al significado claro y evidente, haría ver que Jerusalén es la capital de Judea y donde se ubicaba el templo. El sentido moral, el cual se enfoca en mostrar como se debe comportar el ser humano, haría ver que Jerusalén es el alma humana porque es el santuario central de toda persona. El sentido alegórico, que revela el contenido de la fe, señalaría que Jerusalén representa a la iglesia. El sentido analógico, que expresaría la esperanza futura, demostraría que Jerusalén es el cielo.6 

William Perkins también ayuda a entender esta postura medieval al considerar la postura de la Iglesia Católica sobre Génesis 14 en cuanto al pan y el vino que le fueron dados a Melquisedec por mano de Abraham. «El sentido literal es que el rey de Salem, con la comida que trajo, alivió a los soldados de Abraham, cansados ​​del viaje. El alegórico es que el sacerdote ofrece a Cristo en la misa. El moral es que, por lo tanto, se debe dar algo a los pobres. El analógico es que Cristo, estando igualmente en el cielo, será el pan de vida para los fieles».7

Foto de Europeana

2. Enseñanza de los reformadores

Es importante considerar lo que enseñaron los reformadores sobre este tema porque los puritanos fueron directamente influenciados por sus perspectivas bíblicas. Los reformadores vieron la falacia de interpretar toda porción de la Biblia de acuerdo a la cuadriga. Fueron muy claros en criticar los excesos de una interpretación que se enfocaba tanto en lo alegórico.8 Hombres como Calvino, Lutero y Zuinglio rechazaron esta forma de estudiar la Palabra de Dios, y vehementemente insistieron que la Biblia debía interpretarse literalmente. Ellos fueron proponentes del sensus literalis

Lutero, por ejemplo, en sus enseñanzas sobre el evangelio de Juan aseveró lo siguiente: «Las alegorías son especulaciones vacías y, por así decirlo, la escoria de la Sagrada Escritura. Orígenes, Jerónimo y autores similares deben ser evitados como intérpretes… Las alegorías son encantadoras, pero peligrosas, pues a menudo son dudosas e inciertas… Las alegorías son trucos de mono».9

Wilhemus á Brakel fue usado por Dios en La Reforma de Holanda en el siglo XVII. Él aseveró lo siguiente en cuanto a la cuadriga: «Es absurdo ver en todo pasaje un sentido cuádruple. Es ridículo. Dios tiene la habilidad de haber escrito así su palabra, pero no lo hizo por la debilidad de nuestras mentes. Dios se comunica como lo hace para ser muy claro con los hombres». 

Sus motivos por llegar a esa conclusión son los siguientes: 

a) No habría un solo significado sino varios y así todos pueden tener su propia opinión sobre un pasaje.
b) Cosas denigrantes y ridículas tendrían que ser aceptadas como siendo verdaderas.
c) Si no interpretamos escritos humanos (contratos, recibos financieros, testamento) así, mucho menos debemos hacerlo con las Escrituras.10 

La hermenéutica de los puritanos 

1. El sensus literalis

Los puritanos estudiaban y enseñaban la Biblia convencidos de que se debía darle un sentido literal. Esto no significa que ellos no veían que habían ciertos pasajes que debían ser interpretados al considerar que eran tipos y alegorías. William Perkins escribió en cuanto a esto en forma de aclaración: «Una alegoría es solo una manera de expresar el mismo significado».11 En otras palabras, no porque una porción sea alegórica significa que esto impacte su interpretación. Un autor lo explicó de la siguiente manera: «Un texto puede exigir una interpretación alegórica porque literalmente es una alegoría, pero los teólogos no deben abordarlo con el método cuádruple como premisa básica para interpretar la Biblia. Las Escrituras mismas deben dictar cómo deben interpretarse».12 

El puritano Thomas Goodwin, quien también fue uno de los que afirmó el sensus literalis, puso como ejemplo en sus escritos sobre Mateo 26:29 («Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre»). En cuanto a este texto, Goodwin enseño: «Es cierto que esto también se interpreta en un sentido místico; pero no hay razón por la cual no podamos tomarlo literalmente». Es un claro ejemplo de que los puritanos interpretaban la Biblia principalmente de forma literal, pero que no estaban opuestos a hacerlo figurativamente si el contexto así lo marca.

2. La analogía de la fe

Para los puritanos era muy importante aplicar la analogía de la fe al estudiar las Escrituras. Este es el principio hermenéutico que establece que la Escritura se interpreta a sí mismo. El puritano William Perkins en su libro El Arte de Profetizar recomienda lo siguiente en cuanto a la analogía de la fe: «El intérprete principal de la Escritura es el Espíritu Santo. El que hace la ley es el mejor y el más alto intérprete de ella. El medio supremo y absoluto para la interpretación es la Escritura misma…. Hay, sin embargo, tres medios subordinados para ayudarnos a interpretar un pasaje de la Escritura: la analogía de la fe, las circunstancias de un pasaje en particular, y la comparación con otros pasajes”. La analogía de la fe es un resumen de las Escrituras, tomado de sus partes más conocidas y más claras… Las circunstancias de un pasaje puede ser aclarado por las siguientes preguntas sencillas: ¿Quién está hablando? ¿ A quién? ¿En qué ocasión? ¿En qué tiempo? ¿En qué lugar? ¿Con qué propósito? ¿Qué ocurrió anteriormente? ¿Qué sigue?»13

William Ames, otro puritano que defendió el sensus literalis y que se opuso a la cuadriga, explicó lo siguiente: «Por lo tanto, las Escrituras no necesitan, especialmente y necesariamente, ninguna explicación que les permita obtener luz de alguna otra cosa, sino que se dan luz a sí mismas, la cual debe ser extraída diligentemente por los hombres y comunicada a otros según su llamado».

3. Método gramático e histórico

En vez de comprender las Escrituras a través del sentido cuádruple, y con el afán de estudiar la Palabra de Dios literalmente, ellos comprendieron lo importante que era entenderla gramáticamente e históricamente. Sabían que las palabras y los eventos que rodean un pasaje son vitales para definir su verdadero significado. Para ellos también fue increíblemente importante entender las palabras en el Libro de Dios de acuerdo a su significado en su idioma original que podía ser hebreo, arameo y griego. 

Implicaciones del sensus literalis 

1. Cuestiones que evitará el pastor reformado 

Los pastores y maestros en la actualidad harían bien en seguir los consejos de los puritanos y en adoptar su forma de practicar la exégesis de las Sagradas Escrituras. No lo efectuarán porque los puritanos eran perfectos, sino porque su hermenéutica estaba basada en lo que la Biblia enseña sobre este tema. Si los ministros siguen las recomendaciones dadas por los puritanos, esto significa que su estudio de la Palabra será lo opuesto a lo que se afirmó en la Edad Medieval en cuanto a la hermenéutica. Evitará alegorizar y espiritualizar en todo pasaje de las Escrituras. Comprenderá que no deberá darle un sentido cuádruple a todo pasaje inspirado. Rechazará toda tentación a imponer su propio entendimiento en lo que busca comunicar un texto. Rehusará toda noción de hacer eiségesis o de imponerle a un texto un sentido que no está ahí.

2. Cuestiones que practicará el siervo del Señor  

Si los predicadores de la Palabra en la actualidad siguen las enseñanzas dadas por los puritanos en relación al estudio de la Biblia, esto les llevaría a practicar una serie de cosas que resultarán en que enseñen la Palabra de Dios efectivamente. Estudiarán y enseñaran comprendiendo que cada porción contiene una idea central que domina todo lo demás. Descubrirán que lo alegórico se ve subordinado a la interpretación literal de un pasaje y no viceversa. Su exégesis será en base a un análisis gramático e histórico de una sección de la Palabra. Interpretarán las Sagradas Escrituras dependiendo del género literario que se esté empleando. Se esforzarán por siempre encontrar el sentido más claro o el más literal de un texto. Entenderán que el mejor intérprete de la Biblia es la Biblia misma. Utilizarán los pasajes más claros para entender los más difíciles. Enseñarán la Palabra mayormente de forma expositiva, y no principalmente de manera temática. 

Conclusión 

Queda en evidencia lo erróneo que es estudiar la Palabra inspirada del Señor de acuerdo al sentido cuádruple que fue tan común durante la Edad Media. Esta fue una forma de entender  el estudio de las Escrituras sin ningún sustento bíblico. No hay un pasaje en la Biblia que manifieste que toda porción tiene un sentido literal, moral, alegórico y analógico. Se ha comprobado que los puritanos fueron efectivos en comprobar lo equivocado que está seguir los pasos de hermenéutica recalcados por la Iglesia Católica en los tiempos de los reformadores, y lo acertados que estuvieron en promover el sentido literal de las Escrituras. 

Es lamentable que siervos de Jesucristo por todo el mundo sigan siendo influenciados por la cuadriga, a pesar de que detestan las herejías blasfemas de la Iglesia Católica. No se han dado cuenta de que están siendo influenciados por ellos al espiritualizar y al alegorizar toda la Palabra de Dios. El Espíritu de verdad obre poderosamente en estos tiempos para que los maestros de las Escrituras estudien la Biblia de acuerdo al sensus literalis enfatizado por los puritanos para que la iglesia de Jesucristo crezca para la exaltación del nombre eterno de Dios. Los cristianos deben orar para que varones piadosos sean estrictos consigo mismos en cuando al estudio de la Biblia al llevarlo a cabo adecuadamente, siguiendo una hermenéutica que es bíblica. Si la Biblia se enseñara más apropiadamente en las iglesias, esto se manifestaría muy claramente al haber más congregaciones sanas que se sujetan debidamente a la Palabra de Dios. Un maestro bíblico es un expositor que se rige de acuerdo a los principios del sensus literalis vista tan claramente en la enseñanza de los puritanos. 

  1. William Perkins, El Arte de Profetizar (East Peoria, IL: Banner of Truth, 2021), 28.  ↩︎
  2. William Perkins, El Arte de Profetizar, 33.  ↩︎
  3. «Ligoneer», 22 de Noviembre de 2025, https://es.ligonier.org/recursos/credos-confesiones/la-confesion-de-fe-de-westminster.  ↩︎
  4. «Ligoneer», 22 de Noviembre de 2025, https://es.ligonier.org/recursos/credos-confesiones/la-confesion-de-fe-de-westminster. ↩︎
  5. «Ligoneer», 22 de Noviembre de 2025, https://es.ligonier.org/recursos/credos-confesiones/la-confesion-de-fe-de-westminster. ↩︎
  6. «Monergism», R.C. Sproul, 22 de Noviembre de 2025, https://www.monergism.com/hermeneutical-principles. ↩︎
  7. Joel R. Beeke y Mark Jones, A Puritan Theology (Grand Rapids, MI: Reformation Heritage Books, 2012), Apple Books, 59. ↩︎
  8. «The Hungry Hearts Collective», Peter Hasert, 21 de Noviembre de 2024, https://hungryheartscollective.com/2025/07/05/bible-exegesis-what-is-quadriga/ ↩︎
  9. Martín Lutero, Obras de Lutero: Sermones sobre el Evangelio de San Juan Capítulos 1-4, vol. 22 (St. Louis, MO: Concordia and Fortress Press, 1995), 13. ↩︎
  10. Wilhelmus Á Brakel, El Servicio Razonable del Cristiano, vol. 1 (Grand Rapids, MI: Reformed Heritage Books, 2021), 43, ↩︎
  11. William Perkins, The Art of Prophesying, 28. ↩︎
  12. Beeke y Jones, A Puritan Theology, 59. ↩︎
  13. William Perkins, El Arte de Profetizar, 29. ↩︎

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