David Alves hijo
Las estadísticas muestran que los niños están sufriendo ansiedad y depresión como nunca lo habían padecido anteriormente. No solo los números dan fe de eso, pero también nosotros lo podemos corroborar. Todos conocemos niños que muestran una variedad de trastornos emocionales.
Esto no solo perjudica a los hijos de aquellos que no conocen a Dios, pero tristemente también afecta a los hijos de padres cristianos. Por esta causa es muy importante que abordemos este tema. El Señor quiere que familias enteras le sirvan de todo corazón. Dios nos ordena en cuanto a nuestros hijos: “Críenlos en la disciplina e instrucción del Señor” (Ef. 6:4).
Síntomas
Estos males emocionales en algunos niños no son algo que no podemos negar. Un menor demuestra estar ansioso o depresivo de las siguientes maneras: una preocupación desmedida, constantemente necesita ser reafirmado en cuanto a algo, es frecuente que esté de mal humor, tiene fobias muy marcadas, evita estar donde tendrá que socializar, no sabe cómo interactuar con otros, dolores de cabeza o de estomago, fatiga, inquietud, etc.
Causas
¿Cuál será el motivo de esto? ¿Por qué será que ha aumentado la ansiedad y la depresión en la niñez? Estas son algunas posibilidades:
1) Redes sociales y tecnología
Un menor que mira las redes sociales tiende a compararse a sí mismo con otros y constantemente siente una falta de satisfacción en sí mismo. Se crean un complejo por el miedo que sienten a quedarse fuera; al no poder igualar la apariencia, los pasatiempos o el nivel económico de otros. En ese entorno también es muy frecuente que sufran ciberacoso.
Un niño que pasa mucho tiempo revisando las redes sociales o que pasa demasiado tiempo viendo una pantalla, pierde resilencia emocional y aumenta sus sentimientos de aislamiento.
Nuestros hijos que miran mucho tiempo una pantalla sufren también de otras maneras. No desarrollan mentalmente. No tienen la habilidad de enfocarse en algo por un tiempo prolongado. Se ven limitados a la hora de querer controlar sus impulsos. Sus niveles de creatividad son grandemente reducidos. No duermen bien por estar tanto tiempo expuestos a la luz azul de las pantallas. Suben de peso por no mantenerse activos y por ver tantos comerciales sobre comida chatarra. Su vista se deteriora notablemente. Demuestran menos simpatía y empatía a los que están a su alrededor.
2) Incertidumbre mundial
La niñez de hoy está siendo constantemente bombardeada en cuanto a distintos problemas sociales y mundiales. No pueden ir al colegio, al supermercado ni ver algo en una pantalla sin que se les esté endoctrinando en cuanto a un tema. Muchas veces es un problema social inexistente que es el producto de la imaginación de la agenda progresista. En vez de que este acceso a mucha información les ayude, es algo que les genera un estado crónico de inquietud y de impotencia.
3) Cambios en los estilos de crianza
Muchos padres de la actualidad han optado por llevar a cabo una crianza que se caracteriza por ser sumamente sobreprotectora. Se conoce también por ser tipo “helicóptero”. Es una filosofía en el que los padres hacen el máximo esfuerzo por evitar que sus hijos tengan que enfrentar dificultades por sí mismos. Victimizan a sus hijos en cuanto a todo aspecto de la vida; y les inhiben tener que tomar decisiones y sufrir las consecuencias.
4) Poco tiempo de juego y al aire libre
Más y más se está convirtiendo en algo muy esporádico que un niño juegue algo que no sea estructurado al aire libre. Es raro ver a niños jugar afuera, imaginándose que están en un bosque peleando contra animales feroces o que están en un barco navegando los mares del Atlántico.
Niños encerrados en una casa por la inseguridad en la sociedad o porque sus padres tienen un horario muy ocupado, está matando la imaginación de nuestros hijos. Esto resulta en que padezcan notoriamente en lo emocional.
5) Mayor conciencia y diagnóstico de salud mental
Hay demasiados niños medicados en esta generación. Padres ven desordenes emocionales en sus hijos y corren a los médicos para que les prescriban algún medicamento. Antes de realizar eso, podrían intentar ayudar a sus hijos con algunas cosas que estaremos sugiriendo.
6) Disfunción familiar
Entre más problemas hay en el hogar, más trastornos de ansiedad sufrirán los pequeños. Esto puede ser: dificultades económicas, el divorcio, enfermedades mentales de los padres, abuso de sustancias por parte de los padres, violencia familiar, padres que no cumplen con los roles que Dios les ha dado, etc.
Soluciones
El Señor nos enseña en su Palabra lo mucho que debemos valorar los hijos que él nos ha dado y encomendado. “Un don del Señor son los hijos, y recompensa es el fruto del vientre” (Sal. 127:3). Hay muchas cosas que podemos hacer para que ellos no vivan ansiosos o en depresión, sino que existan para la gloria del Señor. Haz lo siguiente para ayudar y ser de bendición a tus hijos:
- No permitas que tus hijos que son menores tengan redes sociales.
- Limita el tiempo que tus hijos están viendo pantallas.
- Vigila lo que tus hijos miran en las pantallas.
- Lleva a cabo la adoración familiar todos los días en el que se lee la Biblia, se ora a Dios, se canta al Señor y se da instrucción. La ley de Dios recalca en Deuteronomio 6:4-9 que la enseñanza a nuestros hijos es una responsabilidad primaria que nosotros tenemos como padres. Nada dará alivio a tus hijos como la presencia del Señor en sus hogares.
- Explícale a tus hijos los problemas sociales desde una perspectiva bíblica.
- Léele buenos libros a tus hijos. Libros que les desarrollen la creatividad y la imaginación.
- Sal con tus hijos para que jueguen al aire libre.
- Pasa tiempo con tus hijos conversando, caminando, imaginando, pintando, etc.
- Dale a tus hijos responsabilidades con las que tengan que cumplir en el hogar para que aprendan el valor del trabajo y el fruto de la disciplina.
- Corrige comportamientos emocionales y sociales en tus hijos que no son propios. Nuestros hijos deberían ser los niños más sociables, más felices, más creativos, más maduros, etc.
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