David Alves hijo

Hay cuatro pasajes bíblicos que dan la lista de dones que Dios ha dado a la iglesia, los cuales son: Marcos 16:17, 18; Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:8-10, 28-30; Efesios 4:11.
Al leer las Escrituras nos percatamos de que hay una abundancia de evidencia para llegar a la conclusión de que estos dones se dividen en dos categorías. Hay unos que son temporales y milagrosos; y hay otros que son permanentes y ordinarios.
Unos dones son temporales porque solo estuvieron en función por un tiempo determinado. Estos también se caracterizan por ser milagrosos porque permitían que se realizaran cosas sobrenaturales. Otros dones son permanentes porque seguirán siendo utilizados por los miembros del cuerpo del Señor hasta su venida. Estos también se caracterizan por ser ordinarios porque no involucran la realización de milagros.
Si examinamos las listas de dones en el Nuevo Testamento, podemos acomodarlas de las siguientes maneras.
Dones Temporales y Milagrosos
1. Echar fuera demonios: Sacar demonios de las personas
2. Lenguas: Hablar en un idioma entendible sin haberlo estudiado
3. Tomar serpientes en las manos: Ser mordido por una serpiente venenosa y no morir
4. Beber veneno: Beber veneno y no morir
5. Sanidad: Restaurar la salud de los enfermos
6. Profecía: Hablar palabras reveladas por Dios
7. Palabra de sabiduría: Hablar palabras reveladas por Dios
8. Palabra de conocimiento: Hablar palabras reveladas por Dios
9. Fe: Confianza necesaria para poder hacer milagros
10. Milagros: Actos sobrenaturales
11. Discernimiento de espíritus: Entender si alguien estaba poseído con un demonio
12. Interpretación de lenguas: Traducir un idioma entendible sin haberlo estudiado
13. Apóstoles: Representantes de Cristo Jesús
Dones Permanentes y Ordinarios
1. Servicio: Diácono o diaconisa
2. Enseñanza: Explicar el contenido de la Biblia
3. Exhortación: Llamar, animar, consolar o instruir en base al contenido de la Biblia
4. Repartir: Compartir ayudas con los necesitados
5. Presidir o administrar: Pastores, obispos o ancianos
6. Hacer misericordia: Compartir ayudas con los necesitados
7. Los que ayudan: Compartir ayudas con los necesitados
8. Evangelistas: Anunciar las buenas nuevas de Dios
Pruebas de la Cesación de los Dones Temporales y Milagrosos
I. Dios no siempre obra en la realización de milagros a través de hombres. Lo ha hecho en épocas muy marcadas a través de hombres como Moisés, Elías, Eliseo y los apóstoles. El ministerio de esos hombres suma un total aproximado de 174 años. Esto es muy poco tiempo, cuando consideramos que el hombre ha vivido sobre la tierra por unos 6,000 años. Dios no necesita que hombres hagan milagros para que él haga milagros.
II. Si hoy siguen habiendo apóstoles y profetas, ¿por qué no leemos en la Biblia de listas de requisitos para saber a quiénes considerarlos de esa manera? El Nuevo Testamento sí presenta listas de requisitos para los obispos y los diáconos, porque estos dones sí son permanentes.
III. Es muy claro que llegó un tiempo cuando Pablo no podía hacer milagros. Le dio un remedio casero a Timoteo (1 Tim. 5:23). Tuvo que dejar a Trófimo en Mileto porque se había enfermado (2 Tim. 4:20). Si pudo resucitar a Eutico (Hch. 20), ¿por qué no sanó a otros al transcurrir el tiempo? Es importante notar que Hechos narra el inicio del servicio de Pablo y las cartas a Timoteo, el final de su ministerio.
IV. Los milagros solo fueron realizados por los apóstoles. Al hablar de ellos, leemos en Hebreos 2:4, “testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”. El autor no dice: “con nosotros”; sino “con ellos”. Claramente distingue a un grupo de personas en particular, que serían los apóstoles de Jesús. Lo mismo se recalca en Hechos 2:43; 5:12. ¿Por qué no leemos de Tito haciendo milagros?
V. 1 Corintios 13:8-12 muy claramente enseña que ciertos dones cesarían al culminarse la Biblia. Judas 3 confirma que las Escrituras ya están completas, al hablar de “la fe que ha sido una vez dada a los santos”. Los que aun creen que requerimos dones milagrosos para comunicarnos algo en cuanto a Dios, niegan la suficiencia de las Escrituras (2 Tim. 3:16, 17). De acuerdo a Pablo, la Palabra de Dios es todo lo que necesitamos. Negarlo sería cometer un pecado serio.
VI. Dios no siempre se ha comunicado a través de sueños. En la Biblia leemos apenas de unos 17 sueños. También fueron en épocas de tiempo muy marcadas. Muchos de los sueños registrados en el Antiguo Testamento fueron dados por Dios en los tiempos de los patriarcas. Todos los sueños registrados en el Nuevo Testamento fueron dados por Dios en los tiempos del nacimiento de Cristo. Si el hombre ha vivido por unos 6,000 años, y si solo hay unos 17 sueños mencionados en la Biblia, eso da un promedio de apenas un sueño dado por Dios cada 124 años. ¡Es muy poco!
VII. En los tiempos apostólicos, no se hablaba tan frecuentemente en lenguas. El libro de los Hechos nos narra unos 30 años de la historia de la iglesia. En Hechos únicamente leemos en tres ocaciones que se haya hablado en lenguas (capítulos 2, 10 y 19). Esto quiere decir que hablaban en lenguas un promedio de una vez por cada 10 años. ¡También es muy poco! Dicho sea de paso, el don de lenguas no era una señal para la iglesia, sino para los incrédulos (1 Co. 14:22). Lee los pasajes y te darás cuenta que siempre hubieron judíos presentes cuando se habló en lenguas. Dios estaba juzgándoles por su incredulidad al mostrarles que el evangelio estaba siendo predicado a personas de todas las naciones. El don de lenguas no es señal de bendición sino de maldición. El don de lenguas no es la segunda bendición, como algunos la llaman. Desde Babel vemos lo que representa el hecho de que en el mundo se hablen varios idiomas y dialectos.
VIII. Si aun siguen habiendo profetas, ¿por qué Hebreos 1:1, 2 nos dice que en otro tiempo Dios habló a través de ellos, pero que hoy nos habla a través de su Hijo?
IX. Es imposible que hoy existan apóstoles. Pasajes como Hechos 1 nos hace ver que los apóstoles debían cumplir con los siguientes requisitos: haber sido llamados por Cristo, haber acompañado al Señor durante su vida y haber visto al Salvador después de su resurrección.
X. En la siguiente linea de tiempo, se comprueba que al transcurrir los años, el don de lenguas dejó de ser empleado. Fíjate también cómo es que entre más tarde era escrito un libro en el Nuevo Testamento, menos dones aparecen en su lista.

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