David Alves Jr.

“Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las soledades; velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado.”
(Sal. 102:6, 7)
Hebreos 1 nos confirma que es acerca de Cristo que se nos habla en este precioso Salmo.
En su título podemos ver que se nos va a describir algo de Sus padecimientos y de Su soledad: “Oración del que sufre, cuando está angustiado, y delante de Jehová derrama su lamento” (v. 1).
En los vv. 6, 7 el escritor utiliza a tres aves: un pelícano, un búho y un pájaro; para describir la soledad sentida por Cristo al estar sufriendo en el Gólgota.
El pelícano se encuentra fuera de su hábitat al estar en el desierto y no en alguna playa. Así Cristo, en vez de estar en Su lugar de honra en el cielo, lo encontramos sólo sobre una cruz.
El búho y sus sonidos melancólicos que emite nos hace pensar en la tristeza sentida por el Señor al haber sido humillado, maltratado y desamparado.
El pájaro sobre este tejado le hace falta una compañía, como comúnmente vemos a los pájaros en parejas o en un grupo. Tanta gente alrededor de la cruz de Cristo pero a Él lo vemos abandonado de Su Padre, de Sus discípulos y de Su creación al no brillar el sol.