David R. Alves
Este himno es antiguo pero aún muy conocido en el ámbito cristiano alrededor del mundo. Se titula “Roca Abierta Ya Por Mí”. En otras traducciones hispanas se conoce como “Roca de la Eternidad”. Fue escrito en Inglaterra en el Siglo 18 por un hombre llamado Augustus Montague Toplady.
En cierta ocasión tuve oportunidad de visitar Inglaterra y mi anfitrión me llevó a conocer la ciudad de Londres. Mientras él hacía algunas diligencias, salí a caminar alrededor de un punto muy famoso de la ciudad conocido como Piccadilly Circus. A unas cuadras de allí, sobre la calle Orange, qué grata sorpresa fue para un amante de himnos toparse con un recinto religioso que tenía una placa conmemorativa afuera que declaraba que allí, hace más de dos siglos, “el Rev. Augustus M. Toplady predicó el autor de “Roca Abierta”. Allí fue donde se cantó el himno por primera vez, doce años después de que Toplady lo escribió, y tres años antes de que muriera.
Para entender este himno es necesario notar las alusiones bíblicas que forman su trasfondo. Moisés habló varias veces de Dios como la Roca, por ejemplo: “Engrandeced a nuestro Dios. Él es la Roca, cuya obra es perfecta”, Dt. 32:3-4. El rey David también escribió: “Viva Jehová, y bendita sea mi roca, y enaltecido sea el Dios de mi salvación”, Sal. 18:46. La roca habla de la permanencia, el carácter inmutable, de Dios, y la seguridad que tenemos en Él.
En el desierto rumbo a Canaán, los israelitas murmuraban por la falta de agua, y Dios instruyó a Moisés: “He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo”, Éx. 17:6. El apóstol Pablo nos enseña que “la roca era Cristo”, 1 Co. 10:4. La roca también nos habla de la provisión que ha hecho Cristo por medio de su obra redentora en la cruz.
Roca abierta ya por mí,
tengo abrigo siempre en Ti,
En tu sangre Oh, Jesús,
por mí derramada en cruz
el remedio eficaz
de mi culpa contumaz.
Augustus Montague Toplady nació en 1740, en Inglaterra, Reino Unido, en el condado de Surrey al suroeste de Londres. Fue contemporáneo de renombrados hombres cristianos del Siglo 18 como, por ejemplo, John Newton, George Whitefield, y los hermanos John y Charles Wesley.
Richard Toplady, padre de Augustus, era oficial de la Infantería de la Marina Inglesa y participó en el Sitio de Cartagena de Indias, en el continente americano. En 1741 murió lejos de su hogar de fiebre amarilla, cuando el pequeño Augustus tenía apenas unos seis meses. El niño crecería a ser un ejemplo más de los que logran superar grandes desventajas en la vida.
Después de vivir un tiempo en Westminster, cerca del palacio de Buckingham en Londres, su madre, Catherine, llevó a Augustus, de 15 años, a estudiar en el prestigioso Trinity College en Dublin, Irlanda.
Fue en Irlanda que Augustus se convirtió a Cristo cuando escuchó la predicación del evangelio en una granja. Escribiría más tarde: “Es extraño que yo, que durante tanto tiempo había estado bajo los medios de gracia [o sea, del mensaje del evangelio] en Inglaterra, haya tenido mi encuentro con Dios en una parte desconocida de Irlanda, en medio de un puñado de personas reunidas en un granero, y por el ministerio de alguien que apenas sabía deletrear su propio nombre. Obviamente fue obra del Señor y es maravilloso. El Espíritu regenerador sopla no sólo sobre quién, sino también cuándo y dónde…”
Aunque uno nazca en un “país cristiano” como Inglaterra, o viva en un hogar cristiano como el de los Toplady, nadie nace cristiano. Para ser cristiano es indispensable recibir a Cristo como único Salvador personal (Jn. 1:11-13). La segunda estrofa del himno hace muy claro que la salvación no es por obras:
Todo celo vano es,
vanas son mis lagrimas:
Tú, Jesús mi Salvador,
sólo puedes perdonar.
En tu cruz está el perdón,
sólo en Ti hay salvación.
Ya de regreso en Inglaterra, Augustus M. Toplady escribió “Roca Abierta Ya Por Mí” en 1763, ¡a la edad de 23 años!
Es posible que Toplady haya encontrado inspiración para este himno en las palabras de Daniel Brevint, en su libro “El Sacramento y Sacrificio del Cristiano” publicado en 1673, cuando exclama en devoción al Señor: “Oh, Roca de Israel, Roca de salvación, Roca golpeada y hendida por mí”.
Una versión alternativa del origen del himno cuenta que Toplady, un ministro anglicano, iba de camino cerca de los acantilados de Burrington Combe, excavados en la roca, en Somerset, cuando se desató una violenta tormenta que lo obligó a buscar refugio inmediato en la hendidura de una peña. Mientras esperaba que pasara la tormenta, pensó en Cristo como una roca y un refugio contra las tormentas de la vida, y rápidamente anotó sus ideas en un naipe solitario que vio tirado en el suelo. Esta peña en Somerset es ahora un atractivo turístico.
Toplady murió de tuberculosis en Londres en el año 1778, a la corta edad de 38 años. Qué bueno es llegar al final de la vida y saber que uno está refugiado en la Roca Abierta que es Cristo. De sus 130 himnos, varios escritos de tipo doctrinal, además de muchos ensayos acerca de sus observaciones de animales y del sistema solar, el legado más memorable de Augustus Toplady es este himno.
Apreciado lector, ¿qué de su muerte y del destino eterno que le espera? No se quede a la intemperie espiritual, sin Dios, sin Cristo, y sin esperanza. El que es salvo puede cantar con seguridad:
En mi vida terrenal,
y en mi hálito final,
Cuando te veré Jesús,
en el trono de la luz,
Roca abierta ya por mí,
dame siempre abrigo en Ti.
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Hermoso himno e interesante la historia”
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Gracias
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