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El Legalismo Engendra el Liberalismo

David Alves hijo

He notado que existe un fenómeno social, intelectual y cultural entre nosotros, y es el siguiente. Cuando hemos estado en un ambiente legalista, y hemos descubierto lo erróneo que es esa forma de pensar; creemos que tenemos el derecho de hacer cosas que se nos habían prohibido, sin considerar si son lícitas o no. Es así que el legalismo engendra el liberalismo. 

¿Que es el legalismo y el liberalismo?

El cristiano legalista se caracteriza por hacer las cosas como si solo fuera una lista de reglas que deben seguirse. Al legalismo le encanta que reglas sean impuestas; que cosas que no son importantes se vuelvan lo más importante; y que se establezcan reglas que no tienen base bíblica. 

El hermano legalista piensa que hace las cosas para honrar al Señor, pero realmente solo las realiza para agradarse a sí mismo y para impresionar a los demás. Su manera de pensar, promueve que las cosas sean hechas solo por cumplirlas sin que se dé una explicación, y esto resulta en que cristianos no hagan las cosas porque realmente aman al Señor. El legalista piensa que hace todo porque ama a Su Salvador, pero realmente las hace porque ama sus reglas y porque ama ser bien visto por sus semejantes. 

Lo opuesto a esa manera de vivir es el liberalismo. En esta forma de pensar se tiene la noción que el discípulo de Cristo Jesús tiene el derecho de hacer un sin fin de cosas que no son delineadas explícitamente en las Escrituras. El cristiano liberal tiene la idea que tiene la libertad de poder realizar un número de actividades con tal que no sean pecados que no sean comúnmente considerados como siendo graves. 

Ejemplos de la forma de pensar del legalista y del liberal 

El legalista piensa que porque leyó la Biblia ya es el mejor cristiano. Quizás no se acuerde de qué leyó o muestre que no le interesa mucho ser afectado por lo que leyó, pero cree que está bien porque cumplió con su lectura diaria.

El legalista es legalista porque dice que no debemos ir al cine; pero no da una explicación del por qué, más allá de decir que es mundano. Lo mismo hace en cuanto a la música.

El legalista ve una prédica por Facebook y decide que cierto hermano no es digno de ser escuchado solo porque no usa saco o corbata. No tiene una cita bíblica que pueda justificar esa actitud, pero se cree superior porque él sí usa saco y corbata.

El liberal piensa que no hay nada de malo ir al cine o escuchar la música que quiera, porque la Biblia no dice: “No irás al cine” o “No escucharás la música de Taylor Swift”. El liberal piensa que puede hacer todo lo que no hace el legalista, porque se enfoca únicamente en lo equivocado que está el hermano sumido en el legalismo.

El liberal se deja llevar por su percepción de las cosas. Piensa que puede vivir de una cierta manera, porque así se lo dictan sus deseos y pasiones. El liberal se deja llevar por sus emociones. Piensan que si algo les gusta, les satisface o les entretiene, tienen la libertad de hacerlo, con tal que no sea algo flagrantemente perverso.

Foto por Hector Uribe en Unsplash

¿Quién tiene la razón? 

La conclusión a la que queremos llegar es que ambas formas de pensar son erróneas. No debemos anhelar ser creyentes legalistas o liberales. Deseemos más bien ser cristianos que nos regimos exclusivamente por la Biblia y que realizamos todo para la gloria de nuestro Dios.

Ambos están igualmente errados. Los legalistas y liberales siempre incurren en por lo menos dos faltas.

En primer lugar, siempre van más allá de lo que establece la palabra de Dios. El liberal se queda corto de lo que Dios espera de nosotros; y el legalista va más allá de lo que el Espíritu nos especifica en las Escrituras.

En segundo lugar, siempre tienden a cometer continuamente el pecado de la hipocresía. El legalista hace las cosas solo por quedar bien con los demás, para impresionar a los demás y para buscar anteponerse a los demás. El legalista es hipócrita porque no puede seguir siempre las reglas que él establece para sí mismo y para los que están a su alrededor. El legalista es hipócrita porque muchas veces no es en lo privado lo que supuestamente es en lo público. Piensa que alguien es el peor pecador por ir al cine, pero pasa horas viendo videos en Youtube.

El liberal es hipócrita porque tampoco puede ser congruente. Cuando está con sus amigos no creyentes viste de una manera, pero cuando está con cristianos se viste de otra manera. Peca de hipócrita porque en un momento escucha alabanzas a Dios, pero después está escuchando una canción que promueve ideas que son anti-Dios.

Ni los legalistas ni los liberales tienen la razón.

Remedios para ambos grupos

Los legalistas necesitan entender que deben hacer las cosas porque aman a Dios y porque aman Su palabra. Debemos repudiar hacer algo por tradicionalismo. Debemos detestar la idea de hacer algo para ser aprobados por los hombres. Hagamos las cosas porque verdaderamente sentimos una pasión por glorificar a Dios.

Los legalistas necesitan entender la diferencia entre una doctrina y una práctica. Una iglesia no es menos que la tuya porque usan un himnario distinto o porque se visten de manera distinta. He conocido hermanos que no pueden tener comunión con ciertas congregaciones porque usan un himnario distinto, pero tienen comunión con asambleas que abiertamente enseñan un serio pecado doctrinal al decir que la salvación se puede perder. Conozco a hermanos que jamás pudieran visitar una asamblea porque las hermanas usan zarcillos, pero no tienen problema en invitar a hombres que abiertamente pecan en su manera de controlar, manipular, y presidir entre las asambleas; a través del engaño, la calumnia, la maledicencia, y todo tipo de obras carnales y diabólicas.

En estos días vi una foto de una pareja. La foto fue publicada pidiendo oración por el esposo, porque le habían disparado en la cabeza al predicar el evangelio en un lugar público en los Estados Unidos. En la foto, la esposa aparece con zarcillos. En lo personal considero que la mujer no debe adornarse (1 Tim. 2:9; 1 Pe. 3:3), pero la pregunta es: si tú hubieses visto esa imagen, ¿qué hubieses pensado? ¿Compasión por ellos por la tragedia? ¿Admiración por él por predicar la palabra de esa manera? O ¿te habrá ofendido ver sus zarcillos y te habrá llamado la atención eso por encima de todo? Este sería síntoma de tener una percepción legalista.

De acuerdo al Nuevo Testamento, nuestra comunión con el Señor, con otras iglesias y con otros creyentes es en cuanto a la doctrina. La comunión entre los hermanos en Jerusalén era por causa de la doctrina en la que perseveraban (Hch. 2:42). La creencia de los apóstoles y de la iglesia primitiva era que la comunión y la doctrina se basaba en todo lo relacionado a: un cuerpo, un Espíritu, un cuerpo, una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo y un Dios (Ef. 4:4-6). Hay congregaciones que me invitan, que están sanos doctrinalmente, pero que hacen cosas en la práctica que no veo en las Escrituras. No tengo ninguna base escritural para evitar tener comunión con ellos.

Los legalistas necesitan entender que su actitud vanidosa, orgullosa, incongruente, seca, y tosca; no atrae a que hermanos espirituales quieran seguir su ejemplo. Algunos de los cristianos más egocéntricos, mal intencionados y mal pensados que conozco, son personas confundidas por el legalismo. Por esta razón muchos piensan que pueden ir tras la liberalidad. Por esta razón decimos que el legalismo engendra el liberalismo. Este es otro problema del legalismo. Se hace mucho énfasis en lo externo, pero no en lo interno. El legalista no pensaría dos veces en chismear sobre un hermano, pero se escandalizaría si viera a una hermana vestir una mini falda.

Foto por Edgar en Unsplash

Los legalistas necesitan entender que tienen que dar una explicación detallada sobre por qué piensan lo que piensan y dicen lo que dicen. No vayas a exhortar a alguien a hacer algo, si no tienes un sustento bíblico. No vayas a pedirle a alguien que no haga algo, si no hay un fundamento en la palabra autoritaria de Dios. Te tengo malas noticias que quizás no habías considerado anteriormente, pero los hermanos no están interesados en seguirte a ti ni en seguir tus opiniones. Ellos quieren seguir al Señor, quieren que les enseñes lo que dice el Espíritu y quieren obedecer a Cristo. No pienses que puedes tomar el lugar del Dios Trino en la vida de los hermanos. El legalista tiende a pensar que se le debe obedecer porque sí o sí.

Los liberales necesitan comprender que sus percepciones, emociones y opiniones no son importantes. Lo que tiene validez es lo que dice la palabra de Dios. La Biblia claramente enseña que nada puede brindarnos placer sino el conocimiento de Dios y una viva vivida para Su honra. La vida cristiana no se trata de ti, sino de Él. Si realmente eres del Señor, desde el momento que creíste en Él, renunciaste a tu voluntad para ahora hagas lo que Él demanda de ti.

Los liberales necesitan comprender que sí hay leyes, reglas y delimitaciones que Dios marca muy claramente en Su palabra. Lee bien tu Biblia y te darás cuenta que hay un sin fin de cosas muy especificas que Dios exige de nosotros. No formules paradigmas y excusas en tu mente para noobedecer lo que explícitamente está estipulado en las Escrituras. Escucho a cristianos decir que no hay reglas y leyes para nosotros en esta era. ¿No han leído “Huyan de la fornicación”? O ¿”No amen al mundo”? Esos son mandamientos. No le busquemos cinco patas al gato. Dios es tu Señor y Él tiene la autoridad sobre tu vida. Él tiene todo el derecho de decirte cómo vas a vivir para Él.

Los liberales necesitan comprender que los legalistas en parte sí tienen razón en algunas cosas. ¿A qué me refiero? Al final de cuentas, aunque el legalista no explica bien las cosas sino que solo las prohibe, en muchas cosas sí tiene razón. Por ejemplo, ¿cómo puedes como cristiano seguir viendo las series y películas que produce Hollywood? Una actriz recientemente dijo en la gala de los Oscar’s haber abortado para poder grabar la película que terminó por permitirle ganar una nominación. Un director acaba de decir en una entrevista que no le importaba dirigir una película en la que su hija participa en una escena sexual. Hay una serie de HBO que muestra una escena en la que un hombre tiene relaciones con un niño y lo demuestran como si fuera algo normal. ¿Sí ves porque Dios dice que no podemos hacer amistad con el mundo? ¿Cómo puedes encontrar eso llamativo? El mundo cinematográfico odia a tu Dios y promueve todo lo que tu Dios aborrece.

Piensa también en la música. ¿Qué base bíblica tienes para escuchar música secular? Recientemente busqué quién es el artista más famoso y el resultado fue Taylor Swift. Busqué su canción más conocida en la actualidad y la leí para ver qué decía la letra. No quiero ofender a nadie, pero la realidad es que no sé como un ser humano con un cierto nivel intelectual, pueda disfrutar una canción tan vacía, tan simple y tan tonta, hablando honestamente. No se diga si la persona que la escucha es cristiana. ¿Cómo puedes cantar “Señor mi Dios, al contemplar los cielos” y también cantar junto con Lady Gaga acerca de temas tan grotescos y promiscuos? ¿Cómo puedes tener al Espíritu Santo residiendo en ti y encontrar placer al escuchar canciones que hablan de rencor, infidelidad, borracheras, actos sexuales, amores del pasado, y muchas cosas más?

Contempla el asunto del deporte. El cristiano liberal piensa que ver un partido no tiene nada de malo. Es algo inocente, piensa él o ella. ¿Estás seguro de ello? ¿Quién te dijo que tienes el derecho a pasar 90 minutos viendo un partido de fútbol? ¿Estás seguro que dedicar más de 2 horas a ver un partido de basquetbol glorifica a Dios? ¿Cómo puedes comprobar que es un buen uso de tu tiempo dedicar 3 horas para ver un juego de beisbol? No te engañes. Tu tiempo no es tuyo. Tu tiempo es de Dios y es para Dios. Hoy en día hasta el deporte promueve todo lo relacionado al movimiento perverso conocido como LBGT. La realidad es que no debemos desear nada de esto.

Conclusiones

Veamos la falacia del legalismo. Notemos lo mucho que nos aleja del Señor y lo mucho que dañamos a los demás al pensar de esta manera.

Descubramos que muchas veces el legalismo produce el liberalismo.

Aceptemos que el liberalismo no es ser más espiritual que los legalistas ni viceversa.

Admitamos que Dios sí establece límites y que mi vida debe ser enteramente vivida para Él.

Concluyamos con todo esto, que no debemos buscar ser de ninguna otra manera, legalistas o liberales; sino ser cristianos que verdaderamente estamos apasionados por la gloria de Dios y que buscamos regular todo aspecto de nuestra vida a través de la Escritura.


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1 comentario en “El Legalismo Engendra el Liberalismo”

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