Cristo en toda la Biblia

Redimiendo lo que no era Redimible

David Alves hijo

Tomo por mi mujer a Rut la moabita.
Rut 4:10

Al llegar casi al final de este precioso libro en las Escrituras de Dios, encontramos un vistazo más de las inigualables cualidades de nuestro Redentor, el Señor Jesús, al mirar los hechos de Booz. Elevamos a nuestro Dios acción de gracias por las maneras tan tiernas y delicadas en las que Su Hijo Jesucristo es presentado en Rut. Al considerar los sucesos en la primera parte de este último capítulo del libro, pensemos lo siguiente acerca de aquél que nos redimió de las fuerzas de lamaldad.

La determinación del Redentor

Tal como Booz le había prometido a Rut la noche anterior, él prosiguió con su deseo firme de redimirla. Fue a la puerta de Belén para esperar a que pasara el pariente más cercano de Noemí. Con testigos presentes, Booz le planteó la situación de Noemí y Rut. Le explicó que se lo estaba comentando porque él era el pariente más cercano. Booz estaba determinado en redimir.

Algo que nos maravilla en cuanto a nuestro Pariente-Redentor, es el afán tan determinado que tuvo en redimirnos. El capítulo 50 de Isaías se centra en el Siervo perfecto de Jehová. El profeta en dicho pasaje anticipó la determinación de nuestro Redentor. Jesucristo establece que puso Su rostro como un pedernal (v.7), como una piedra muy dura, en cuanto a lo que Él debía sufrir. Nuestro Redentor estuvo determinado a dar Su cuerpo a los heridores, Sus mejillas a los que le arrancaban Su barba y no escondió Su rostro de burlas y salivazos (v.6).

Esto mismo encontramos en el evangelio de Lucas. El médico escribió bajo la guía del Espíritu de Cristo: “Cuando se cumplió el tiempo en que Él había de ser recibido arriba, afirmó Su rostro para ir a Jerusalén” (Lc. 9:51). Aceptó la voluntad de Su Padre y permitió que los soldados lo torturaran y crucificaran

¡Qué maravilla! El Redentor se fijó el propósito de derramar Su sangre a nuestro favor para poder comprarnos.

La condescendencia del Redentor

Booz también le hizo ver al fulano que si redimía, no solo estaría comprando las tierras de Noemí, pero que también debía casarse con Rut si decidía redimir. El pariente le respondió diciendo: “No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir”. Conforme a la costumbre en Israel al hacer un contrato con alguien, el pariente se quitó una de sus sandalias, se lo dio a Booz y le dijo: “Tómalo tú”.

No sabemos exactamente por qué el fulano no quiso redimir a Rut. Nunca queremos exagerar al tratar de estudiar la tipología en las Escrituras. Con eso en mente, quiero sugerir que es posible que este hombre no quiso casarse con Rut porque era de Moab. Esta solo es una posibilidad. Lo cierto es que no la redimió porque él consideraba que esto dañaría, corrompería y arruinaría su heredad. Esta es una posibilidad real porque los moabitas eran mal vistos por los judíos. ¿Será posible que el pariente más cerca de Noemí no quiso casarse con Rut por su trasfondo no deseable?

Nosotros tenemos un solo Redentor y solamente había uno solo que podía redimirnos. De eso no hay ninguna duda. Pero también pudiéramos añadir que Él fue el único Redentor que quiso comprarnos del mercado de la esclavitud de Satanás. Nadie más nos deseó. Nadie más tuvo compasión de nosotros. Para algún otro redentor, nosotros siendo tan perversos, también hubiésemos dañado su heredad. Esto no detuvo al Señor de gloria. Cristo Jesús fue el único que estuvo dispuesto en condescenderse al dejar el sublime cielo para venir a esta humillante tierra. Jamás nos acostumbremos a las palabras de 1 Timoteo 1:15, “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”. ¿Entiendes lo que es implicó para el Hijo del Altísimo? ¡Claro que no! Pero sí debemos permitir que nuestros espíritus se asombren de lo mucho que nuestro Redentor se humilló para venir a redimirnos.

Maxim Shklyaev


La generosidad del Redentor

Al no querer llevar a cabo el pariente más cercano la redención, Booz en su gracia determinó ser increíblemente generoso para redimir. Adquirió las tierras de Elimelec, Mahlón y Quelión. Pero lo más hermoso que hizo fue tomar a Rut la moabita como su mujer. Todo esto lo hizo para cumplir la ley de Jehová al querer restaurar el nombre del que había muerto. Booz no tenía la obligación de hacerlo, pero lo hizo por su abundante generosidad.

En el caso nuestro, el Redentor de los perversos, fue infinitamente más generoso que Booz. Él siendo Dios se hizo hombre. Él estando sobre un trono, vino a donde no tenía en qué recostar Su cabeza. Él habiendo controlado a las naciones, aquí fue siervo de los tiranos. Él habiendo recibido toda honra, en esta tierra fue constantemente deshonrado. ¡Cuánta generosidad! Esto se magnifica cuando pensamos en quiénes Él vino a redimir. No lo hizo por seres que lo merecían o que eran dignos. El Señor lo sacrificó todo y lo dio todo, porque quería comprar a los más viles y a los más perdidos.

¿Cómo acostumbrarnos a la incomprensible declaración de Pablo en 2 Corintios 8:9? “Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a ustedes se hizo pobre, siendo rico, para que ustedes con su pobreza fuesen enriquecidos.” El que lo tenía todo, lo perdió todo, para darle todo a los que nada tenían. 

Reverenciamos a nuestro Redentor tan generoso.

La fama del Redentor

Cuando Booz llevó a cabo todo esto, los presentes alabaron y reconocieron lo hecho por este varón. Desearon que Dios tratara con Rut así como lo había hecho con Raquel y Lea, porque ellas habían edificado la casa de Israel. El anhelo de ellos fue que Booz fuera ilustre en Efrata y que fuese de renombre en Belén. Por la decisión que tomó en redimir, Booz fue reconocido por los hombres; pero aún más importante, fue recompensado por Dios.

La fama que adquirió Booz no se compara en lo más mínimo con el reconocimiento total y global que recibirá nuestro Redentor. Él recibirá todo homenaje y todo loor de los miles de millones que Él habrá redimido por Su virtuosa sangre. Él también será grandemente recompensado por Su Padre Dios. Este será Su mayor premio. “Verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en Su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de Su alma, y quedará satisfecho… Yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos” (Isa. 53:10-12). Le dará “un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla” (Fil. 2:9, 10). Dios lo ha “coronado de gloria y de honra” (Heb. 2:9).

Toda alabanza sea para el que nos compró para sí.


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2 comentarios en “Redimiendo lo que no era Redimible”

  1. Hermano, el Señor le siga ayudando para que pueda seguir publicando estos temas tan hermosos que nos dan una visión más amplia de lo que leemos. La gloria y honra para nuestro amado redentor.

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