Cristo en toda la Biblia

La Cercanía Entre Jesucristo y la Iglesia

David Alves hijo

1 Samuel 20

La íntima amistad entre David y Jonatán no pueden sino hacernos admirar la cercanía que hay entre el Hijo de Dios y la iglesia que él redimió con su propia sangre. Esto debe asombrarnos grandemente y debe resultar en que adoremos a nuestro Señor de una manera más profunda. 

Jamás podemos olvidar que antes estábamos alejados de Dios por causa de nuestra perversión. Nunca podemos olvidar que por causa de la gracia gratuita del Señor y del tierno amor del Salvador ahora tenemos un vínculo sumamente cercano con Jesús. Estamos en él. Nosotros somos de él y él es nuestro. Es nuestro Salvador. Es nuestro Señor. Es nuestro Abogado. Es nuestro Hermano Primogénito. Toda honra y gloria sean ofrecidos solo a él. 

Cuando analizamos lo relatado en 1 Samuel 20 podemos resaltar lo siguiente en cuanto a esta entrañable unión que tenemos con nuestro Redentor al ver la cercanía que hubo entre David y Jonatán.

1. La iglesia busca al Cristo rechazado. Jonatán salió a buscar a David quien había sido ungido como rey de Judá pero estaba siendo asechado por Saúl. La iglesia también busca constantemente a su Señor quien es el Rey de reyes pero que es detestado por este mundo en el que estamos. Esto se nos pide que hagamos en Hebreos 13:13, “Salgamos a su encuentro fuera del campamento, llevando su oprobio”. No nos importa ser despreciados por los demás. Amamos tanto al que es “despreciado y desechado entre los hombres” (Isa. 53:3) que alegremente nos identificamos con él.

2. La iglesia se dispone de forma total a su Amado. Jonatán constantemente se ofreció para ayudar a David en los días de su reclutamiento. Se dispuso para ver si podía abogar para él para que pudiese estar sentado a la mesa del rey. Nosotros como siervos del Soberano nos disponemos a su servicio y a su adoración en todo momento. Buscamos todos los días responder al llamado del Espíritu en Romanos 12:1, “Presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes”. Cada día del Señor nos ofrecemos para rendirle al Dios-Hombre toda la exaltación que él merece.

3. La iglesia ama apasionadamente al Hijo de Dios. La insistencia que Jonatán mostrada en ver a David y su constancia en querer buscar su bienestar, manifestaba lo mucho que lo amaba. El dolor que sentía al no contar con su presencia en el palacio real también era muestra de ello. Nosotros buscamos amar a Cristo, el mayor y verdadero David, apasionadamente e intensamente. ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste al Señor que lo amabas? David mismo se expresó de esta manera. “Yo te amo, Señor, fortaleza mía” (Sal. 18:1). Amemos de palabra y a través de nuestros hechos al que nos amó primero de una manera más profunda cada día de nuestra vida.

4. La iglesia sufre por causa del nombre de su Salvador. Jonatán padeció la furia de su padre, el rey Saúl, por haber intercedido por David. Le pudo haber costado mucho insistir en buscar el bien de su amado amigo. Todo lo que Jesús representa para nosotros, nos motiva a darlo todo por aquel que lo dio todo por nosotros. No hay límites a lo que daríamos por él. Si él sufrió por nosotros; nosotros sufrimos por él. Si él sacrificó todo por nosotros; nosotros sacrificamos todo por él. Si él dio su vida por nosotros; nosotros damos la vida por él. Si Jonatán estuvo dispuesto a sufrir por causa de David, ¿cómo no estaremos nosotros dispuestos a hacer lo mismo por nuestro fiel y tierno Sumo Sacerdote? Decimos como Pablo: “Conocerlo a él, el poder de su resurrección y la participación en Sus padecimientos, llegando a ser como él en su muerte” (Fil. 3:10). 

Soli Deo Gloria.


Recibe contenido bíblico para tu edificación. Sigue nuestro canal de WhatsApp:
https://whatsapp.com/channel/0029Va4byrd2f3EFIOGEQx1A