Preparados para presentar defensa

El Uso de la Ley Mosaica en la Presente Dispensación

David Alves hijo

Edward Pretsi

Una pregunta que comúnmente nos hacemos como estudiantes de la Biblia es: ¿Cuáles leyes del Antiguo Testamento deben ser practicadas en la actualidad?

Para contestar esta pregunta debemos analizar lo que la palabra de Dios enseña sobre la ley de Moisés y la ley de Cristo.

La ley de Moisés

Sus referencias

      a. Todo el Antiguo Testamento (Jn. 10:34; Rom. 3:19; 7:22). En Juan 10:34, el Señor habló de la ley al citar un salmo
      b. Los primeros cinco libros del Antiguo Testamento (Lc. 24:44). Jesús separó el AT en: la ley de Moisés, los profetas y los salmos
      c. Los 613 mandamientos prescritos a Israel (Dt. 4:8)


      d. Los 10 mandamientos dados a Israel sobre las tablas (Éx. 24:12)


      e. Una ley en específico (Lv. 6:9). “Esta es la ley del holocausto”

      Sus funciones

      a. Revela el carácter santo de Dios (Lv. 19:2; 20:7, 8). El propósito principal de la ley de Dios es para que Él sea admirado, imitado, servido y adorado
      b. Apartaba a Israel de las demás naciones (Éx. 19:5)


      c. Perdón de pecados a Israel por la fe en el Señor en los sacrificios (Lv. 1-7)


      d. Sistema de adoración para Israel (Lv. 23)


      e. Dirección a Israel en cuanto a la salud física y espiritual de Israel (Éx. 21-23)


      f. Exhibe la maldad de la humanidad (Rom. 3:20; 5:20; 7:7-9; 1 Co. 15:56; Gál. 3:19). La ley nunca ha salvado a nadie. La ley siempre ha condenado a todos
      g. Manifiesta la incapacidad de la humanidad (Hch. 13:39; Rom. 10:5). La justificación no es por las obras de la ley. 


      h. Señala la justicia perfecta de Dios (Rom. 7:12, 14, 16; 1 Tim. 1:8; Stg. 1:25). El mandamiento es santo, justo, bueno, espiritual, perfecto
      i. Restringe al impío de pecar más de lo que ya lo hace (1 Tim. 1:9). Esto es una manifestación de la gracia común de Dios. El hombre está completamente depravado por el pecado, pero no es tan malo como lo pudiera ser, porque Dios le restringe de pecar más de lo que ya lo hace. Lo hace para guiarle al arrepentimiento
      j. Creer que solo Cristo puede redimirnos de su maldición (Gál. 3:13, 24; 4:4). La ley nos hace entender que Cristo nació bajo la ley y sufrió la maldición de la ley para que podamos ser redimidos

      Sus categorías

      a. Leyes morales. Las que se basan en el carácter inmutable de Dios (Éx. 20:3-17). Son estatutos que Dios ha fijado para todos los tiempos. Por ejemplo: El homicidio fue considerado por Dios como pecado desde el inicio de los tiempos y lo será hasta el final de los tiempos. 


      b. Leyes ceremoniales. Las que centraban la atención de Israel en Dios (Éx. 25:1-31:11; 34:25, 26; Lv. 6:8-7:38; 23:24). Por ejemplo: la construcción del tabernáculo, la celebración de fiestas solemnes, los sacrificios ofrecidos, etc.. 


      c. Leyes judiciales. Las que establecían un orden social en Israel junto con los diez mandamientos (Éx. 21:15-17; Dt. 13:5). Por ejemplo: castigo para los que maldecían o herían a sus padres, muerte para los falsos profetas o soñadores, etc… 


      Su temporalidad

      La ley tuvo su cumplimiento en Jesucristo (Mt. 11:13; Lc. 16:16; Jn. 1:17; Rom. 6:14, 15; 7:4, 6; 10:4; 1 Co. 9:20, 21; 2 Co. 3:6-11; Gál. 3:23; Ef. 2:15; Heb. 10:1).



      La ley de Moisés concluyó con la vida y muerte de Jesucristo. Su vida de obediencia y sus sufrimientos vicarios eran indispensables para que pudiésemos ser justificados. Somos salvados por su vida (Rom. 5:10) y por su muerte (1 Pe. 3:18). Su resurrección no puede ser excluida porque también resucitó para nuestra justificación (Rom. 4:25).

      La ley de Cristo


      Sus referencias

      a. Ley de Cristo (Gál. 6:2)

      b. Ley de la fe (Rom. 3:27)
      c. Ley de Dios (Rom. 7:25)
d. Ley del Espíritu (Rom. 8:2)

      e. Ley real (Stg. 2:8)

      f. Ley de la libertad (Stg. 2:12)

      g. Nuevo pacto (2 Co. 3:6)

      h. Régimen nuevo (Rom. 7:6)

      i. Mejor pacto (Heb. 7:22)


      Sus contrastes

      Lo opuesto a la ley de Cristo es la ley del pecado y la ley de la muerte (Rom. 7:23, 25; 8:2). Esto describe la lucha interna que aun hay en los hijos de Dios por seguir teniendo la carne o la naturaleza de pecado. 


      Sus normas

      Pablo instruyó a Timoteo: “usa (separa, traza, divide) bien la palabra de verdad” (2 Tim. 2:15). Debemos estudiar y enseñar la Biblia siguiendo la historia que Dios desarrolla a lo largo de su palabra. Querer obedecer las leyes del Antiguo Testamento no es considerar este punto. Es nuestra tarea darle el sentido a la Biblia que Dios quiso que tuviese y no lo que nosotros consideramos que significa. Es preciso que sigamos los principios que la Biblia misma nos enseña para interpretarla adecuadamente. Esto es lo que es llamada la hermenéutica. Es cuando le damos sentido a una porción al considerar su gramática; contexto histórico, geográfico y cultural; género literario; y su contexto en la Biblia misma

      Estos son algunos errores comunes que cometemos al estudiar y enseñar la Biblia:
      – Realmente no estudiamos antes de exponer un pasaje

      – No trazamos adecuadamente un tema en las Escrituras en lo que le concierne a los tiempos del Antiguo Testamento, los tiempos del Nuevo Testamento, la actualidad y lo futuro.
      – Alegorizamos todo. No todo simboliza algo en las Escrituras
      – Nos brincamos a la aplicación sin haber aplicado exégesis al pasaje
      – Decimos lo que ya dice el texto 

      – No empleamos la hermenéutica para darle el verdadero sentido a un pasaje. Por es sumamente que sea más común en las iglesias que se enseñe expositivamente y no temáticamente
      – Sacamos pasajes fuera de contexto

      Podemos llegar a las siguientes conclusiones al considerar el tema de la ley moral a lo largo de todas las Escrituras:

      a. La ley de Moisés siempre debe llevarnos primordialmente a admirar a Jesús en su nueva ley y no a vivir una vida de legalismo (Gál. 3:24). La ley es nuestro ayo (tutor) que nos lleva a amar a Cristo para obedecerle con devoción. El legalista se siente bien porque sigue reglas. El espiritual hace lo que hace porque ama apasionadamente a su Señor. 


      b. La ley de Cristo es nueva (Jer. 31:31, 33; Heb. 10:16; Ez. 36:26). No estamos ligados a ninguna ley del Antiguo Testamento. Lo antiguo es antiguo y lo nuevo es nuevo. Dios anticipó que su pueblo se regiría por una nueva ley, y esto es lo que nos concierne a nosotros en el tiempo en el que vivimos.

      c. La ley de Cristo, al igual que la ley de Moisés, se resume en amar a Dios y en amar al prójimo (Mt. 22:37-40; Rom. 13:8-10). Los mandatos morales de Dios se resumen en esas dos categorías. Amamos a Dios y por eso no permitimos que hayan ídolos en nuestros corazones ni tomamos Su nombre en vano. Amamos a nuestro prójimo y por eso no le codiciamos ni tampoco le mentimos. 



      d. La ley de Cristo es en cierta manera la continuación de las leyes morales dadas a Israel, excepto la de guardar el día de reposo (Col. 2:16; Heb. 4:1-11). Estamos ligados a esas leyes, porque así lo estipula Dios, y no porque se encuentren en el Antiguo Testamento. No se repiten en el Nuevo Testamento porque están en el Antiguo Testamento, sino porque dependen del carácter inmutable de Dios y no por un asunto de pacto entre Dios e Israel. No podemos ir al Antiguo Testamento para enseñar una doctrina que no es mencionada en el Nuevo Testamento. 



      Los siguientes mandamientos de la ley de Moisés los obedecemos porque son repetidos en el Nuevo Testamento:

      i. No adorar a otros dioses (Mt. 4:10; 1 Co. 8:5, 6; 1 Tim. 2:5) 

      ii. No adorar ídolos (Hch. 15:20; 19:26; 1 Co. 6:9; 10:19-22; 1 Jn. 5:21)

      iii. No tomar el nombre de Dios en vano (Mt. 5:33-37; 1 Tim. 6:1)

      iv. Honrar a los padres (Mt. 15:4; 19:19; Ef. 6:1-3)

      v. No cometer homicidio (Mt. 19:18; Rom. 13:9, 10; 1 Pe. 4:15)

      vi. No cometer adulterio (Mt. 19:18; Rom. 13:9; 1 Co. 6:9)

      vii. No robar (Mt. 19:18; Rom. 13:9; Ef. 4:28)

      viii. No mentir (Mt. 19:18; Ef. 4:25; Ap. 21:8)

      ix. No codiciar (Lc. 12:15; Rom. 7:7; 13:9; Col. 3:5; Stg. 4:1-3)



      Por causa de esto: 



      i. Podemos comer cualquier animal (1 Tim. 4:4, 5)

      ii. No diezmamos (Heb. 7:5)

      iii. Vestimos ropa de hilos mezclados (Lv. 19:19)

      iv. No guardamos el día de reposo (Rom. 14:5)

      v. Podemos afeitarnos las patillas y la barba (Lv. 19:27) 



      Tengamos cuidado con asuntos mencionados en el libro de los Hechos. Recordemos que es un libro de transición entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Entre la ley y la gracia. Hay cosas practicadas y prohibidas en ese libro que no se vuelven a mencionar en las epístolas.

      e. La ley de Moisés nos sirve como ejemplo (1 Co. 10:11), enseñanza (Rom. 15:4) y ánimo (Heb. 12:1), en cuanto a lo que se enseña en la ley de Cristo. Sí es muy útil estudiar y enseñar el Antiguo Testamento, pero debemos entender claramente cuál es su función para nosotros en la actualidad.

      f. La ley de Cristo enseña el mismo evangelio que la ley de Moisés (Rom. 3:30, 31; Gál. 3:21). La salvación siempre ha sido y siempre será solo por gracia y solo por fe. Hombres como Noé, Abraham y David fueron salvados exactamente como lo fuimos nosotros. No importa en qué época sea, todos son salvados solo por la gracia de Dios y solo por la fe en el Señor. El evangelio del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento, del reino y de la tribulación es el mismo evangelio. Es herejía decir lo contrario.

      g. La ley de Moisés es usada en la ley de Cristo para corroborar distintos asuntos del andar del cristiano (1 Co. 9:9; 14:34; Heb. 10:28). Primero necesitamos ir al Nuevo Testamento para encontrar instrucción en cuanto a nosotros en esta dispensación. En base a eso es que entonces podemos ir al Antiguo Testamento para corroborarlo. No podemos hacer eso a la inversa. Ir primero al Antiguo Testamento y después ir al Nuevo Testamento no es hacer buena hermenéutica. No es trazar bien las Escrituras. 



      h. La ley de Cristo estipula lo que debe realizarse en cuanto a lo moral, civil y ceremonial:
      i. Lo moral son las leyes que dependen del carácter inmutable de Dios que se ubican en ambos testamentos 

      ii. Lo civil es determinado por la autoridad terrenal y no por las leyes civiles que gobernaban a Israel (Rom. 13:1-7; 1 Tim. 2:1, 2; Tit. 3:1; 1 Pe. 2:13-17) 

      iii. Lo ceremonial es inexistente. Nuestra adoración es espiritual (Jn. 4:23)

      En conclusión, en la dispensación actual nos sujetamos a las leyes morales que se encuentran en el Antiguo Testamento y que se repiten en el Nuevo Testamento.


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