David Alves Jr.
De tantas cosas que le pudieron haber causado derramar lágrimas, únicamente leemos de tres veces en las que el Señor lloró.
1. Lágrimas de compasión frente a la tumba de Lázaro (Jn. 11:35). Lloró por una persona.
2. Lágrimas de rechazo al ir sentado sobre un pollino al entrar por última vez a Jerusalén (Luc. 19:41). Lloró por una ciudad.
3. Lágrimas de sujeción al estar postrado en un huerto llamado Getsemaní, la noche antes de beber la copa de Su Padre (Heb. 5:7). Lloró por el mundo entero.

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