Cristo en toda la Biblia

Las Fiestas de Israel: Las Primicias

David Alves Jr.

Éxodo 23:16; Levítico 23:9-14

Siendo el primer mes del año, nos encontramos en la semana más saturada de actividades en todo el año para las familias Hebreas. Era el tiempo en el que todos los agricultores estarían ocupados con la cosecha de la cebada, y aparte de eso, debían hacer la travesía al templo en Jerusalén. Estando allá realizarían tres fiestas. A estas instancias, ya sacrificaron la Pascua el día 14, ya comenzaron el día 15 con los Panes sin levadura que duraría 7 días, y ahora en el día 16, se celebrará las Primicias o también conocida como la Fiesta de la siega.

Notábamos que la Pascua representaba el sacrificio del Señor y que los Panes sin levadura resaltan su perfección. En las Primicias vamos encontrar la resurrección de Cristo Jesús. Nota que entre la Pascua y las Primicias eran tres días. Esto concuerda con la cronología de la muerte y la resurrección de nuestro Salvador. ‘Resucitó al tercer día” (1 Co. 15:4).

La nación de Israel no celebró esta fiesta hasta entrar a la tierra prometida. En Egipto y en el desierto era imposible pensar que podían cultivar y poder ofrendarle a Dios parte de su cosecha. Claramente se le aclaró al pueblo que la Fiesta de la Siega no sería hasta que conquistaran y poseyeran la tierra que fluía leche y miel. Para que pudieran ofrecerle a Dios de sus frutos, primero tenían que haber todas esas victorias sobre las naciones paganas que habitaban Canaán.

Lo mismo ha sucedido con nosotros. Para que nosotros podamos ofrecerle a Dios ”sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre” (Heb. 13:15), Cristo tuvo que conquistar la muerte y al diablo.

Cita Divina: Esencia de PRIMICIAS

Consideramos a una familia Hebrea, y podemos escucharles planificar los tiempos de la siembra y de la siega, con la mira de viajar a Jerusalén para entregarle a Dios sus primeros o sus mejores frutos. Podemos verlos ahora acercándose al templo. Llevan una gavilla en sus manos. (Una gavilla son ramas o tallos unidos en el centro y que es más grande que un manojo y más pequeño que un haz). Es obvio que esta familia no lleva toda su cosecha, sino solamente una parte y lo demás será cegado al regresar a casa. Aquí la cantidad no es tanto lo que interesa, sino el hecho de que estaban ofreciendo lo mejor.

Algo similar sucedió con nuestro Señor en relación a nosotros. Cristo es ”primicias de los que durmieron” (1 Co. 15:20). No hay ninguna duda de que Cristo tiene la supremacía en todo aspecto. Él es el ”primogénito de entre los muertos” (Col. 1:18; Ap. 1:5) y ”primogénito entre muchos hermanos” (Rom. 8:29). Nuestro Señor fue el primero en resucitar por su propio poder. Fue el primero en resucitar para nunca más morir. Fue el primero en resucitar para después entrar al cielo con un cuerpo. ”¡Cuán grande es él!” Pero no es el único que va a resucitar. Así como había más fruto que debía ser cosechado en los campos aparte de la gavilla llevada al templo, de igual manera hay un numeroso pueblo que será resucitado cuando Cristo venga a las nubes para arrebatar a la iglesia.

Al llegar al templo, la familia entregaba la gavilla de sus primicias al sacerdote y él lo mecía en la presencia de Dios. De esta manera, la ley establecía que los Israelitas quedaban ”aceptos”. La idea es que a través de ese acto, traían: placer, delicia y favor a Dios.

Los clamores de Cristo sobre la cruz durante las tres horas de tinieblas, no fueron escuchadas por Dios, porque lo había abandonado. ¿Cómo podemos estar seguros de que el Padre quedó satisfecho con la obra vicaria de su Hijo? La respuesta es clara. ”El Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo” (Heb. 13:20). Así como la gavilla hacía acepto al oferente en Israel, ¡cuánto más el Padre, mostró su agrado en la obra de su Hijo al resucitarle de entre los muertos!

Convocados a la fiesta de las primicias | Ministerio Impacto de Fe

La Fiesta de la Siega también mostraba el sentido de agradecimiento que debía de tener la nación de Israel hacia Dios. Tenían prohibido por Dios comer de la cosecha de sus campos hasta que cumplieran con esta celebración anual. No podían comer: ”pan, ni grano tostado, ni espiga fresca”. Antes de disfrutar todo lo que habían segado, primero tenían que ofrecerle una porción a Dios.

En la resurrección del Señor Jesús, vemos la entrega que mostró en su muerte, pero de igual manera, debemos notar que también indica la necesidad que tenemos de entregarnos a él. Antes de disfrutar de sus bendiciones, él quiere que primero le demos a él el primer lugar en nuestras vidas. Pablo escribió acerca de la resurrección: ”por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (2 Co. 5:15) No podemos esperar disfrutar de toda la cosecha, si no le hemos ofrendado las Primicias.

Levítico 23 y Números 28 nos detallan lo que debía de ofrendarse durante esta fiesta. Es interesante notar que los sacrificios eran en holocausto. No se ofrecían ofrendas por el pecado, ni para expiación. Solo en holocausto. Sacrificios que únicamente eran para el disfrute de Dios.

”Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive” (Rom. 6:10). Después de la resurrección de Cristo, como si fuera, ya no hay sacrificios de expiación, porque con su triunfo sobre la muerte, ya no tiene que volver a llevar nuestros pecados. Ya todo es holocausto. Desde ese día que él resucitó, y por toda la eternidad, Dios se deleitará en la muerte de su Hijo y en todo lo que él nos procuró.

Feast of First Fruits (Bikkurim) - Omega Tours & Travel

Las Primicias ofrecidas a Dios por cada familia después eran distribuidas a los sacerdotes para su manutención (Nm. 18:11-14). Todas esas gavillas, primero eran disfrutadas por Dios, y después por todas las familias de los sacerdotes.

¿Has pensado en todos los beneficios que te ha traído la resurrección de nuestro Salvador? Así como esos sacerdotes, disfrutemos nosotros lo que la resurrección permite en nuestras vidas.

Por medio de la resurrección:

– Fuimos justificados (Rom. 4:25)
– Morimos al pecado (Rom. 6:1-14)
– Renacimos (1 Pe. 1:3)
– Ofrecemos fruto a Dios (Rom. 7:4)
– Nos consagramos a Dios (2 Co. 5:15)
– Todos resucitaremos (1 Co. 15; 1 Tes. 4:14)

Y la lista continua. Gracias a Dios por Cristo, aquél que es el verdadero significado de las Primicias.

Gavilla de trigo imagen de archivo. Imagen de trigo, gavilla ...

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