Cristo en toda la Biblia

Voto del Nazareato

David Alves Jr.

Números 6:1-21

La palabra ”nazareo” ó ”nazareato” significa ”consagrado, apartado”. Era un voto que podían hacer hombres y mujeres voluntariamente a Dios.

En el pasaje leemos las siguientes cosas que nos dan una idea del propósito del voto: ”para dedicarse a Jehová” (v.2), ”los días de su apartamiento a Jehová” (v.5), ”el tiempo que se aparte para Jehová” (v.6) y ”la consagración de su Dios” (v.7). Procuraban vivir puros como lo blanco de la nieve delante de Dios (Lam. 4:7). La palabra ”nobles” allí es la misma palabra para ”nazareo”.

Durante el voto de separación a Dios, tenían que abstenerse de vino, sidra, licor de uvas, uvas frescas o secas y todo lo producido por la vid. La ley especificaba que no podían comer de la vid ”desde los granillos hasta el hollejo”, o sea que no podían comer las semillas ni el pellejo de las uvas. En la Biblia, el vino puede representar el gozo (Sal. 104:15); y con esta abstinencia, manifestaba el deseo de apartarse de todo para dedicarse a Dios.

Tampoco podían cortarse el cabello. El cabello tenía un rol muy importante durante el tiempo de cumplir el voto de nazareato. La cabeza se menciona en seis ocasiones (v.7, 9, 11, 18, 19). Su cabeza con cabello largo indicaba si estaba cumpliendo con este voto y también era su cabeza la que se contaminaba en ciertas situaciones.

El hombre o la mujer que se apartaban a Dios no podían acercarse a un cuerpo muerto. Esto aplicaba aún si era un familiar que moría. Contacto con un cuerpo muerto interrumpía el voto y le contaminaba.

Si alguien moría repentinamente y tenía contacto con la persona cumpliendo con el voto, tenía que cortar su cabello a los siete días. Al día siguiente tenía que presentarse ante el sacerdote con ofrendas. Debía ofrendar dos tórtolas o palominos; una en expiación y la otra en holocausto. Esto resultaba en expiación por su falta cometida y también santificaba su cabeza. Para consagrar los días de su voto, debía ofrecer un cordero en expiación por la culpa. A pesar de hacer todo eso, perdía los días en que se había apartado a Dios y debía comenzar de nuevo.

En el caso de los que cumplían con el voto, también era motivo para presentarse ante el sacerdote. Ofrecían un cordero de un año sin tacha en holocausto, una cordera de un año sin defecto en expiación y un carnero sin defecto en ofrenda de paz. Una de las razones por las que los Israelitas ofrecían la ofrenda de paz era al hacer un voto (Lv. 7:16). A parte debía ofrendar un canastillo de tortas sin levadura de harina pura amasadas con aceite y hojaldres sin levadura untadas con aceite junto con sus libaciones.

Al ofrendarse todo, la persona cortaba su cabello que había dejado crecer y lo ponían en el fuego donde era puesta la ofrenda por la paz. El sacerdote entonces ponía en las manos del que cumplía con el voto la espaldilla cocida del carnero, una torta y una hojaldre para que lo meciera delante de Dios. Al concluir el voto, la persona podía volver a beber fruto de la vid.

En las Escrituras, hay ejemplos de personas que cumplieron con este voto, los cuales son: Sansón (Jue. 13:5), Samuel (1 Sam. 1:11) y Juan el Bautista (Lc. 1:15). En el caso de Sansón, él interrumpió su voto al beber (Jue. 14:10) y al tocar un cadáver (Jue. 14:8, 9).

Bible Stories: Samson and the Lion

Este voto está lleno de nuestro Señor. Lo podemos ver en los siguientes puntos:

  1. No leemos de Jesucristo realizando el voto del nazareato. El Señor fue identificado como el ”Nazareno” en varias ocasiones en los evangelios. Nazareno era ser nativo de la aldea de Nazaret; Nazareo era el que cumplía el voto que estamos estudiando. Aún así, de todos los que se dedicaban a Dios, nadie su compara con la entrega que Jesucristo le mostró a su Padre. ”Se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios” (Heb. 9:14).
  2. La ley del nazareo no establecía exactamente por cuanto tiempo debía transcurrir el voto. La tradición judía señala que algunos lo hacían por 30 días, 100 días ó por toda la vida. En el caso de Cristo, no solo se consagró a Dios durante su vida aquí sobre la tierra, si no que lo hizo desde la eternidad pasada y lo seguirá haciendo por siempre. Su fiel dedicación a Dios nunca llegó a un final. Nunca hubo un momento donde no se encontró viviendo una vida consagrada a Dios. Únicamente él puede decir: ”Yo hago siempre lo que le agrada” (Jn. 8:29). El voto de Sansón fue suspendido por su negligencia, eso jamás pudo haber ocurrido con el Señor.
  3. En un sentido espiritual, el Señor siempre se abstuvo de cualquier placer o cosa que contamina. Vivió en tiempos cuando la promiscuidad abundaba, afectando a todos, de una u otra manera, pero jamás manchó o contaminó al Hijo de Dios. ”Ni aun Cristo se agradó a sí mismo” (Rom. 15:3). Él nunca necesitó purificarse como lo tenían que hacer los nazareos que se contaminaban porque ”él es puro” (1 Jn. 3:3).
  4. Posiblemente en la cultura Hebrea era vergonzoso, como lo es en la actualidad, que el hombre dejara crecer su cabello. Realizar el voto del nazareato quizás resultaba en la persona sintiendo vergüenza, especialmente si era varón con cabello largo. No hay ningún pasaje bíblico que indique que el Señor tenía cabello largo, pero él no necesitó tenerlo para sentir humillación. La manera en la que los hombres le trataron fue más que suficiente. Él le dijo a sus discípulos: ”Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros” (Jn. 15:18). Toda vida entregada a Dios, resulta en la persona sufriendo rechazo. Nadie experimentó esto más que el Señor Jesús.
  5. El cordero ofrecido en holocausto es Cristo entregándose a Dios. La cordera ofrecida en expiación, habla de la propiciación que Cristo nos permite gozar por haber llevado nuestros pecados. El carnero ofrecido en la ofrenda de la paz es la paz que solamente el Señor nos puede proveer. Como si fuera, él tuvo que sufrir el fuego del altar sobre la cruz a través de la ira de Dios por nuestros pecados, para que nuestra paz o bienestar. El pan sin levadura mecido junto con el carnero, es la perfección que el Señor siempre ha mostrado en su entrega a Dios. El cabello siendo quemado en el fuego junto con la ofrenda por la paz, quizás representaba al nazareo manifestándole a Dios que el voto lo había hecho para él y de esta manera se lo entregaba como ofrenda. El Señor Jesucristo estuvo dispuesto a sufrir la peor muerte por la gloria que sabía que le traería a su Padre esa magnifica obra.

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