David Alves Jr.
El libro de Proverbios es como una carta que Salomón le escribe a sus hijos. Una y otra vez, se dirige a ellos y les aconseja sobre una gran variedad de temas. Una de las cosas que ocupan la mente del sabio es el corazón de sus hijos. Les pide que confíen en Dios con todo su corazón (3:5). Les advierte sobre el hecho de que Dios detesta “el corazón que trama planes perversos” (6:18). Les suplica que no codicien la hermosura de la mujer adúltera en su corazón (6:25). Por solo mencionar algunos ejemplos.
Pero también hay otra cosa que le preocupa a Salomón, y es el hecho de que sus hijos guarden su corazón. Les implora diciendo: “Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida” (4:23). Él ha hecho lo posible con la ayuda de Dios de guardar sus corazones en su niñez, pero al llegar a ser adolescentes o adultos, ahora es responsabilidad de ellos guardarlo. A Salomón le consternaba esto, porque si descuidaban su corazón- dejando que fuese atacado- se encontrarían en una condición muy vulnerable.
Muchos de nosotros tenemos hijos que aún nos necesitan como guardianes de su corazones, porque aún no tienen la edad para hacerlo por sí solos. Ya cuando ellos crezcan y acepten al Señor, podrán ponerse la coraza de la justicia (Ef. 6:14) que les protegerá los pensamientos de su corazón y los afectos de sus entrañas. Hasta entonces, ellos nos necesitan, y de forma imperiosa. Dios te ha bendecido por tener tu aljaba llena de ellos (Sal. 127:5). Aparte de tu cónyuge, no hay nadie más importante en tu vida que tus hijos. Ellos son un regalo y una recompensa que Dios te ha dado (Sal. 127:3). Estos preciosos tesoros que hemos recibido del cielo, necesitan que sus corazones sean guardados por nosotros de la maldad que abunda en nuestra sociedad.
Una de las calamidades que está devastando el núcleo familiar y la identidad de cada individuo, es lo que promueve la comunidad LBGT. Principalmente, son dos cosas que promueven que están atacando los corazones de nuestros hijos. En primer lugar, la opción que se la da a la persona de ser transgénero, al poder cambiarse al sexo que desee. En segundo lugar, el homosexualismo, al poder tener una relación con una persona del mismo sexo.
Esto ya no es tema para adultos o adolescentes. Es algo que se ha infiltrado en la esfera social de nuestros hijos. Los corazones de tus hijos están siendo atacados constantemente en cuanto a estos temas. En muchas escuelas, los maestros implementan un lenguaje inclusivo, en donde no se refieren a niños y niñas, sino que tienen que generalizar para no hacer esa distinción. Maestros están siendo educados a que le insistan a nuestros hijos que estén seguros si realmente son de un cierto sexo. Para ellos, cualquier actitud o interés en algo que ellos demuestren, significa que deberían considerar a cual sexo pertenecen o que quizás son de un género no binario. Organizan actividades en la que los que niños se visten como niñas y viceversa para brindarles esta experiencia. Toman decisiones sin consultar a los padres, como cortarle el cabello a una niña que ha decidido ser niño.
¿Estás al tanto de lo que ocurre con tus hijos en la escuela? ¿Sabes que haría la maestra en una cierta situación que tiene ver con todo esto? ¿Está en peligro el corazón de tu hijo o hija en ese ámbito?
No solo es en la escuela. Son bombardeados por varias horas allí sobre estas cosas depravadas, y después llegan a casa a ver la televisión por varias horas, para seguir siendo hostigados por el mundo del entretenimiento. Artistas que anuncian su cambio de sexo u orientación sexual. Películas donde dos hombres se toman de la mano o dos mujeres se besan. Caricaturas o series de niños donde hay insinuaciones en cuanto a todo esto. La realidad es que ya ni los comerciales en la televisión o en YouTube están exentos de promover estas perversidades.
Doritos acaba de sacar un comercial donde una familia se reúne en la tumba de uno de sus seres queridos en el día de los muertos. De pronto, para sorpresa de todos, aparece el espíritu del familiar y todos se alegran. Pero no aparece solo, detrás de él aparece otro hombre. Confundidos, le preguntan que quién es, a lo cual él responde que es la pareja que encontró después de morir. Al comienzo, la familia muestra un cierto tipo de homofobia, pero después se alegran que no está solo porque tiene una pareja del mismo sexo. Al terminar el comercial, aparece el mensaje: “Nunca es tarde para ser quien eres.”
Twix no se queda atrás. Para la pronta llegada de Halloween, tienen un comercial donde un niño es permitido vestirse con un vestido morado de princesa por su niñera que está vestida como una bruja. Los dos van a un parque y un niño se burla del niño por estar vestido como niña y de la joven por estar vestida como bruja. Por obra de magia, la bruja produce un viento que hace desaparecer al niño que se burlaba de ellos.
Tu hijo ve eso y se queda con dos cosas. Si quiero vestirme como se viste el sexo opuesto, lo puedo hacer; y los que no me aceptan por lo que yo quiero ser, necesitan ser señalados y rechazados.
¿Estás al tanto de lo que ven tus hijos? ¿Será que estás permitiendo que tus hijos pasen horas a solas viendo la tablet o la televisión sin estar al tanto de lo que están mirando?
Cúlpame de alarmista, pero la realidad es que vivimos en “una generación torcida y perversa” (Fil. 2:16) y que hay allá fuera un león que quiere devorar a tus hijos (1 Pe. 5:8). Seamos guardianes de los corazones de nuestros tesoros dados por Dios. Velemos para que sus corazones sean guardados. Llenemos sus corazones de Dios para que sean de él y para él.
Importante reflexión. Dios nos ayude…
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