Vida Cristiana

Temor al Temible

David Alves hijo

¿Por qué temerle?

Dios es temible.

De hecho, ese es uno de sus nombres. Él es el Temible (Sal. 76:11, 12; Mal. 1:14).

Su nombre es glorioso y temible (Dt. 28:58). Sus actos le hacen temible (Sal. 66:5). Su ira le hace ser temible (Sal. 76:7). Su presencia es temible (Isa. 2:10). Su posición como el Dios Altísimo le hace ser temible (Sal. 47:2). También es temible desde sus santuarios (Sal. 68:35).

En cuanto a sus hechos, es temible por su grandeza (Dt. 7:21; Neh. 4:14); su poder (Dt. 10:17); su fuerza (Neh. 1:5; 9:32); y por todos sus innumerables atributos.

Todo lo que tiene que ver con Dios; le permitir exigir y le hace merecer toda reverencia, todo respeto y todo temor. Él fue “el temor de Isaac” (Gn. 31:42) y debe ser nuestro temor también.

El temor, respeto o reverencia a Dios es algo en lo que debemos perseverar todos los días de nuestra vida (Pr. 23:17). No es opcional, sino algo que Dios nos ordena a hacer (1 Pe. 2:17). Como criatura de él, es fundamental que entiendas que él te creó y te redimió para que le temas (Dt. 10:12). Salomón concluyó al final de su vida, al pensar sobre todo lo que hay debajo del sol, que el temor a Jehová es la actividad más importante que podemos realizar (Ecl. 12:13).

La realidad es que Dios considera como pecado cada momento que no le tememos (Jer. 2:19). Una vida caracterizada por una falta de temor al Señor es la vida de los que no se han convertido a él (Rom. 3:18). ¿Es algo que quizás has descuidado? (Mal 1:6). Dios quiere que pongas toda tu atención en esta sublime actividad.

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¿Qué significa temerle?

En el Salmo 33, el temor a Dios está relacionado con nuestra admiración de él. El poeta muestra que Dios debe ser contemplado por la rectitud de su palabra; por la fidelidad de sus obras; por el amor que él tiene por la justicia y el juicio; por su misericordia que llena la tierra; y por el poder con el que creó todas las cosas. Al considerar a Dios en todo eso, el salmista nos pide: “Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo” (v.8).

Por eso es muy importante que estudies a Dios todos los días de tu vida. Todos los días necesitamos leer la Biblia, pero también debemos profundizar más y más en ella. Una de las cosas que debes preguntarte al leer un pasaje es, “¿Qué me enseña esta porción acerca de Dios?” ¿Qué puedo aprender acerca de su santidad, su grandeza o su poder?”

En nuestra sección “Recursos Didácticos” de Gracia más Gracia hemos preparado una “Libreta de Apuntes” que te ayudará a aprovechar más la lectura de la Palabra. (Puedes encontrar el archivo aquí https://graciamasgracia.com/recursos-didacticos/). Una de las cosas que te indica a realizar es hacerte preguntas sobre lo que el capítulo te muestra acerca de tu Padre.

Todos requerimos pasar tiempo admirando a Dios; leyendo su Palabra; y meditando en su Palabra y en su Persona. El que admira a Dios en verdad, encuentra un inmenso deleite en sus ordenanzas (Sal. 112:1). Entre más consideres a Dios, más conocerás a Dios; y entre más le conozcas, más entenderás por qué él es el Temible, y por qué debes temerle. Una vista alta de Dios resultará en que debas reverenciarle y temerle. No necesitamos a más personas que sepan mucho de la Biblia. Necesitamos ser una generación que tema profundamente a nuestro Dios. Dejemos de leer la Biblia por saber más de la Biblia. Leamos la Biblia para conocer al Dios de la Biblia.

¿Cómo mostramos que le tememos?

El temor al Temible no es algo que solo tiene que ver con nuestra comunión íntima con el Señor en nuestra privacidad. La persona que verdaderamente tiene una vista alta de Dios porque ha rebajado su corazón en sumo respeto a él, manifestará muy claramente ante los demás que es alguien que teme a Dios.

Las siguientes cosas las demuestran personas que su temor es Dios:

i. Humildad y alejarse del mal (Pr. 3:7)
ii. Aborrecer el mal (Pr. 8:13)
iii. Apartarse del mal (Pr. 16:6; Job 28:28)
iv. Obedecer los mandamientos de Dios (Ecl. 12:13)
v. Servir y amar a Dios (Dt. 10:12; Sal. 2:11; Heb. 12:28)
vi. Sujetarnos a Dios (Sal. 86:11)
vii. Pureza (2 Co. 7:1)
viii. Rectitud (Lv. 19:14, 32; 25:36, 43)
ix. Sujeción los unos a los otros (Ef. 5:21)

Esto quiere decir que el temor a Dios, no es algo que se dice, sino que es algo que se demuestra.

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¿Cuáles son los beneficios de temerle?

Según Dios, temerle a él es mejor que poseer muchos bienes (Pr. 15:16). Una y otra vez, nuestro Padre nos presenta todos los beneficios que recibe alguien que le teme a él. Esta no debe ser la razón principal por la que reverenciamos. Sobre todas las cosas, respetamos a Dios porque él es el Temible. Después de eso, todos los resultados que aparecen en la vida de los que le temen, también son un factor que nos motivan a reverenciarle.

Estos son algunos de los resultados que hay en la vida de alguien que teme a Dios:

i. Sabiduría (Sal. 111:10; Pr. 1:7; 2:5; 9:10; 15:33)
ii. Larga vida (Pr. 10:27)
iii. Confianza y esperanza en Dios (Pr. 14:26)
iv. Somos hechos fuente de vida (Pr. 14:27)
v. Reposo y no somos visitados por el mal (Pr. 19:23)
vi. Riquezas, honra y vida (Pr. 15:16)
vii. Misericordia (Lc. 1:50)
viii. Nada nos faltará (Sal. 34:9)

Claramente podemos concluir que todo bien lo recibimos cuando tememos, respetamos y reverenciamos a Dios en nuestras vidas.

Temamos, entonces, al Temible.

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