Cristo en toda la Biblia

Gracia que Humilla

David Alves Jr.

Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra,
y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos
para que me reconozcas, siendo yo extranjera?

Rut 2:10

Alabamos a Dios por Su inescrutable sabiduría que puede ser claramente vista en la manera en la que Él permitió que Rut conociera a Booz. Bendecimos a Dios por Su ilimitable conocimiento que puede ser observado notoriamente en la manera en la que Él permitió que nosotros conociéramos al Hijo de Su amor.

Rut estando tan necesitada, el Señor obró para que ella llegase a los campos de Booz, quien fue el escogido por Él para proveerle a la moabita todo lo que ella requería. Rut carecía de apoyo, sustento, compasión y protección. En Booz ella encontraría absolutamente todo y sería algo que gozaría profundamente sin nunca haberlo merecido. Rut encontró en Booz lo que encontró, solo por la gracia de este varón tan notable.

¿Fue causalidad que de todos los campos en Moab, Rut llegara al campo de Booz buscando trabajo? Cuando leemos la conversación entre ella y Noemí su suegra, no hay ninguna indicación de que esto fue algo premeditado. Todo indica que fue la mano soberana y providencial del gran Señor del cielo y de la tierra quien guió sus pasos al campo indicado.

Al llegar Rut a los campos de Booz, al haber trabajado arduamente y al haber conocido y escuchado a Booz, ella se sintió grandemente humillada por su gracia. Todo lo que recibió de él fue increíblemente abrumador para ella. Tuvo la dicha de conocer a un hombre próspero y piadoso que le podría otorgar los deseos de su corazón.

En Booz, Rut encontró a alguien que le trató con suma consideración. Al verla trabajando en sus campos, él preguntó por ella. Se preocupó por saber quién era esta joven que había llegado.

En Booz, Rut encontró a alguien que le trató con suprema ternura. No la llamó moabita para hacerla sentirse apenada de su pasado. La llamó “joven” y la llamó “hija mía” para expresarle su cariño.

En Booz, Rut encontró a alguien que le trató con notable atención. Le pidió a sus criadas que siempre permaneciesen junto a ella. No estaría sola sino que tendría la compañía de ellas.

En Booz, Rut encontró a alguien que le trató con una sincera preocupación. Dio instrucciones que resultarían en que sus criados no le molestarían. Les prohibió estrictamente que no la avergonzaran.

Imagen tomada de Canva

En Booz, Rut encontró a alguien que le trató con sobresaliente generosidad. Siendo viuda, extranjera y desempleada, le dio empleo para sostenerse. Le ofreció agua para refrescarse. Le proveyó alimento para fortalecerse. Le brindó cosecha para ayudarse a ella y a su suegra, quien también estaba muy necesitada.

En Booz, Rut encontró a alguien que le trató con tremendo galardón. Booz le alabó y le reconoció grandemente por todo lo que ella había hecho por su suegra; por haberse mudado a Israel; y por haberse refugiado bajo las alas del Omnipotente.

Repetimos: en Booz, Rut encontró absolutamente todo.

Y cuando encontró todo en él, ella no pudo hacer otra cosa sino bajar su rostro e inclinarse a tierra; y preguntarle a Booz: “¿Por qué he hallado gracia en tus ojos
para que me reconozcas, siendo yo extranjera?”

Esta escena conmovedora es nuestra historia también

En nuestro mayor y verdadero Booz celestial, Cristo Jesús, el amante de nuestras almas; hemos encontrado absolutamente todo lo que requeríamos. Realmente lo que Rut encontró en Booz es increíblemente hermoso, pero es opaco, empañado y minúsculo, en comparación a lo que tú y yo tenemos en el exaltado Hijo de Dios.

Confesamos de todo corazón que:

Nadie nos ha tratado con tanta consideración como Él.
Nadie nos ha tratado con tanta ternura como Él.
Nadie nos ha tratado con tanta atención como Él.
Nadie nos ha tratado con tanta preocupación como Él.
Nadie nos ha tratado con tanta generosidad como Él.
Nadie nos ha tratado con tanto galardón como Él.

Él es hermosísimo. Él es inigualable. Él es por encima de todos.

Miramos lo que Él es. Miramos lo que Él hizo por nosotros. Miramos lo que Él ha hecho en nosotros. Con lágrimas en nuestras mejillas, postrados completamente sobre la tierra y abrumados por todo lo que hemos encontrado en Él, le preguntamos: “Señor que fuiste clavado a una cruz por mí, ‘¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas?’”

Adoremos al tierno Salvador por Su infinita gracia que nos humilla. Su gracia que nos rebaja nos lleva a Sus pies para rendirle todo lo que somos y ofrecerle la alabanza que solo Él merece.


Canal WhatsApp https://whatsapp.com/channel/0029Va4byrd2f3EFIOGEQx1A

1 comentario en “Gracia que Humilla”

Replica a Isaac Díaz Cancelar respuesta