David Alves Jr.

¿Cuándo era ofrecida la ofrenda?
Ésta ofrenda era ofrecida cuando el pueblo de Israel era censado. Cada varón al ser contado daba su ofrenda y su nombre era inscrito en el libro del pacto (Nm. 1:1-46; 26:1-65). Algo parecido sucedió con nosotros. Al creer en el Señor y al ser rescatador por él, nuestros nombres fueron inscritos en libro de la vida. Cristo dijo: “Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (Lc. 10:20). Por medio de lo que el Señor hizo por nosotros en su muerte, nuestros nombres sí están en el libro de la vida y no tendremos que ser lanzados al lago de fuego (Ap. 20:15). Cristo le dijo a la iglesia en Sardis que sus nombres jamás serían borrados de ese libro (Ap. 3:5). Lejos de abrir la posibilidad a que nuestros nombres puedan ser borrados de ese libro, Cristo afirma que eso nunca podrá suceder.
¿Cuáles beneficios traía esta ofrenda?
Habían por lo menos cuatro beneficios que recibían los Israelitas:
1. Rescate (Éx. 30:12). La ofrenda les daba rescate o redención. Pedro nos enseña que nosotros hemos sido rescatados por medio de la sangre de Cristo (1 Pe. 1:18, 19). Pablo también nos hace ver que Cristo ”se dio a si mismo en rescate por todos” (1 Tim. 2:6).
2. Expiación (Éx. 30:15, 16). La ofrenda cubría su pecado y hacía paz con Dios. Expiación y propiciación son muy parecidos. Juan el apóstol nos dice que Jesucristo es nuestra propiciación (1 Jn. 2:1, 2) y que Dios lo envió para ser la propiciación por nuestros pecados (1 Jn. 4:10). Gracias al Señor, podemos disfrutar el hecho de que nuestros pecados han sido quitados y que podemos gozar pan con Dios por medio de la sangre derramada de Cristo.
3. Evitar mortandad (Éx. 30:12). El censo era hecho para agradar a Dios. David censó a Israel, pero por tentación de Satanás, lo hizo para quizás gloriarse a sí mismo o al pueblo y no para honrar a Dios (2 Sam. 24; 1 Cr. 21). Así con nosotros, Dios es el que cuenta y conoce quienes son suyos (2 Tim. 2:19). Nosotros no podemos contar las almas compradas por la sangre de Cristo, pero sí podemos maravillarnos al tratar de calcular el gran costo que él tuvo que pagar con su sangre. El Salmista nos hace ver que la redención de nuestras almas es de gran precio (Sal. 49:8). Ese gran precio lo vemos en el hecho de que Cristo tuvo que derramar su sangre. No había otra manera en la que pudiéramos ser comprados.
4. Enlistarse en el ejército (Nm. 1:3). Para poder servir en el ejército, los Israelitas tenían que dar la ofrenda del rescate, y así estar bajo las ordenes de Dios. El Señor nos ha comprado con su sangre para que nosotros también podamos servirle a él.
¿Cuáles eran los requisitos para poder entregar esta ofrenda?
Los requisitos eran tres: tenían que ser varones, tenían que tener más de 20 años de edad (Éx. 30:14) y no podían ser de la tribu de Leví (Nm. 1:47-54) porque ellos estaban a cargo del sacerdocio.
Cuando uno cumplía con esos tres requisitos, era obligatorio que se ofrendara la ofrenda del rescate. No era como en el caso de las ofrendas voluntarias (holocausto, oblación y por la paz). Esto nos habla de la importancia de la sangre de Cristo para poder ser comprados por Dios. Era absolutamente indispensable.
¿Qué se ofrendaba?
La ofrenda era medio siclo de plata. 1 siclo son 132 gramos. 1 siclo eran 20 geras y 1 gera son 4-16 gramos.
Veamos algunos puntos sobre nuestra redención en Cristo en la plata ofrendada:
- Todos pagaban la misma cantidad. Todos tenemos el mismo valor delante de Dios. Por más pecadores que seamos, la sangre de Cristo nos redime a todos.
- Era individual. Cada persona hoy en día debe de confiar en Cristo para que la sangre de Cristo tenga efecto en relación a sus pecados.
- El rico no podía dar más, ni el pobre podía dar menos. Nadie puede añadir o quitar a la obra perfecta y completa de Cristo.
- Al pagar el medio siclo, podían quedar seguros de que Dios los había expiado. Nosotros podemos estar más que seguros por el valor y el poder que tiene la sangre de Cristo.
- Ofrendaba el que tenía arriba de 20 años. Redención aceptaba por una persona que tenga la capacidad de entender lo que hizo Cristo y por qué lo hizo.
¿Cuál uso se le daba a esta ofrenda?
La plata de las ofrendas del rescate, era utilizado para las basas de las tablas y de las columnas en el tabernáculo (Éx. 38:25-28). En la estructura del tabernáculo habían noventa y seis tablas y cuatro columnas puestas encima de las basas. El tabernáculo quedaba asentado sobre las basas de la ofrenda del rescate. De igual manera con nosotros, nuestra adoración, servicio y comunión con Dios es en base a nuestra redención en Cristo.