Vida Cristiana

El Cristiano y el Soborno

David Alves Jr.

¿Qué es?

La palabra soborno viene de dos palabras en latín que son: ”debajo” y ”equipar”. De manera que la palabra significa: ”proveer a escondidas”. La definición que también se nos da del soborno es: ”corromper a alguien con dinero, regalos o algún favor para obtener algo de esta persona”. En Latino América tiene un sin fin de sinónimos como torcido, vacuna, serrucho, matraca, mochada etc… Se utilizan también expresiones como: ”para el refresco o gaseosa”, ”ponte la del Puebla”, ”mojadita de mano”, etc…

Llamémoslo por lo que es

Sin dar muchos rodeos, Dios enseña en su palabra que el soborno es pecado. Dios le dijo a Israel: ”Yo sé que muchas son sus transgresiones y graves sus pecados: oprimen al justo, aceptan soborno y rechazan a las pobres en la puerta” (Am. 5:12). No solamente peca el que da el soborno, sino también el que lo acepta. Salomón aconseja: ”El impío recibe soborno bajo el manto” (Pr. 17:23). Ahora sí que como dice el dicho: ”Tanto peca como el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”.

No por nada la Biblia nos dice que Dios no acepta el soborno (Dt. 10:17; 2 Cr. 19:7). Esto nos indica que Dios lo ve con desagrado. Si Dios no lo acepta, nosotros tampoco deberíamos de hacerlo. Dios advirtió a su pueblo que habría maldición para cualquiera que sobornara (Dt. 27:25).

El daño que causa

Dios nos explica qué es lo que sucede cuando se soborna a alguien.

  1. Ciega la vista (Éx. 23:8; Dt. 16:19; 1 Sam. 12:3). El soborno afecta cómo la persona ve nuestra situación. En vez de actuar imparcialmente, lo hace parcialmente para favorecernos. No solo es solo visto este problema en la vida cotidiana. He sabido de casos de sobornos en las asambleas. Hermanos queriendo que ancianos hagan lo que ellos desean y les hacen algún favor al darles ayudas económicas. Por algo uno de los requisitos para los ancianos es que no sea ‘codicioso de ganancias deshonestas” (1 Tim. 3:3; Tit. 1:7).
  2. Lleva a la ruina (Pr. 15:27). Pareciera que los sobornos enriquecen, pero a la larga, la Biblia nos dice que llevan a la ruina. Elifaz le dijo a Job: ”El fuego consume las tiendas del corrupto” (Job 15:34).
  3. Corrompe (Ec. 7:7). En vez de que alguien aplique lo que es legal, a través de un soborno se pervierten y aplican su juicio a nuestro favor.
  4. Problemas (Stg. 3:16). En lugar de que el soborno nos saque de un problema, la realidad es que nos mete en otros problemas más serios.

El fin no justifica los medios

Alguien dice: ”Yo soborno porque todos los hacen”. Alguien más dice: ”Tuve que aceptar el soborno porque estaba necesitado económicamente”.

La Biblia misma nos dice que el soborno nos puede llegar a ayudar. ‘Talismán es el soborno a los ojos de su dueño; dondequiera que se vuelva, prospera” (Pr. 17:8). ‘Una dádiva en secreto aplaca la ira, y el soborno bajo el manto, el furor violento” (Pr. 21:14). El soborno nos puede sacar de un problema y nos puede enriquecer pero eso no lo justifica.

En la gran mayoría de los países, el soborno es algo común. Es hasta a veces promovido por las autoridades, lo cual se conoce como cohecho. Pero eso tampoco significa que podamos sobornar. Aunque el gobierno no ponga en efecto sus leyes contra la corrupción, nuestra obligación como creyentes es sujetarnos a la Biblia y a las leyes terrenales. En Israel el soborno llegó a ser algo común (Isa. 1:23; 5:23; Miq. 3:11; 7:3) mas sin embargo siempre fue señalado como pecado por Dios y por sus profetas.

Remedios para no sobornar

Si hemos cometido alguna infracción a las leyes que nos gobiernan, la realidad es que debemos de acatarnos a las consecuencias y no buscar una salida al sobornar a alguien. Dios nos pide que nos sujetemos a las autoridades terrenales (Rom. 13).

Otra cosa que nos ayudará, especialmente en no aceptar un soborno, es estar satisfechos con lo que tenemos con aquello que hemos recibido de Dios. ”Si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos” (1 Tim. 6:8). ”Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos con lo que tienen, porque él mismo ha dicho: Nunca te dejaré ni te desampararé” (He. 13:5).

Recompensas para el que no los acepta

Aunque todos lo hagan, tú no lo hagas y Dios te bendecirá por ello. Aunque te pudieras enriquecer por aceptar sobornos, no lo hagas, Dios te bendecirá a través de otros medios. El salmista escribió: ”El que su dinero no da a interés, ni acepta soborno contra el inocente. El que hace estas cosas permanecerá firme” (Sal. 15:5). El profeta Isaías prometió al pueblo de Dios que ”el que rehúsa la ganancia injusta, y se sacude las manos para que no retengan soborno… Ese morará en las alturas, en la peña inconmovible estará su refugio; se le dará su pan, tendrá segura su agua” (Isa. 33:15, 16).

1 comentario en “El Cristiano y el Soborno”

  1. Alguna vez escuche en un ministerio de un misionero que en Venezuela es el único lugar donde el Soborno no es pecado. Pero sabemos por la palabra de Dios que es pecado delante de Dios en cualquier lugar del mundo y no debemos caer en eso porque de paso se convierte en un círculo vicioso. Gracias por compartir tan solemne verdad. Ojalá pueda llegar a cada uno de los hermanos en el mundo en especial en Venezuela

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