David Alves Jr.
Levítico 4:1-35

Pecado por yerro
Las ofrendas de holocausto, de granos y por la paz eran entregadas a Dios voluntariamente. La ofrenda por el pecado y por la culpa eran ofrecidas a Dios forzosamente por alguna infracción de la ley cometida.
El que ofrecía la ofrenda por el pecado era porque había cometido un mal inadvertidamente, o sea que lo había hecho sin intención o por ignorancia (Lv. 4:13, 14, 23, 28; 5:2-4, 17, 18). Moisés lo denomina pecar por yerro (Lv. 4:2, 22, 27).

Expiación y perdón
Las ofrendas de holocausto, de granos y por la paz eran de olor grato a Dios, o sea que eran para el disfrute de Dios. En estas tres ofrendas, el énfasis era lo que recibía Dios.
La ofrenda por el pecado y por la culpa eran para brindarle al oferente expiación y perdón. Esto es en términos generales, porque por ejemplo en la ofrenda del holocausto, que estamos denominando como una ofrenda de olor grato, en ella también había expiación para el oferente (Lv. 1:4).
En las últimas dos ofrendas, por el pecado y por la culpa, el énfasis era el beneficio que recibían las personas.
Al ofrecer la ofrenda por el pecado, a la persona se le promete recibir:
- Expiación (4:20, 26, 31, 35; 5:6, 10, 13, 16, 18)
Es la palabra כָּפַר kaphar que significa: cubrir, purgar, hacer reconciliación. Esto gozaba la persona que ofrecía la ofrenda por la culpa.
Ésta palabra es muy parecida a la palabra propiciación que es mencionada tres veces en el Nuevo Testamento en cuanto a lo Cristo ha hecho por nosotros con su sangre (Ro. 3:25; 1 Jn. 2:2; 4:10). - Perdón (4:20, 26, 31, 35; 5:6, 10, 13, 16)
La sangre del animal sacrificado, no solamente expiaba el pecado de la persona, sino también era la manera por la que Dios le perdonada. La sangre de Cristo es la base sobre la cual nosotros hemos recibido el perdón de nuestros pecados. Pedro le predicó a los conocidos de Cornelio acerca del Salvador: ”todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hch. 10:43).
La gran diferencia entre la ofrenda por el pecado y la muerte de Cristo es que la ofrenda por el pecado era por cada pecado individual; y la muerte de Cristo, cubre y perdona todos nuestros pecados. La otra gran diferencia es que la ofrenda por el pecado únicamente trataba los pecados cometidos por ignorancia o sin intención; mientras que la obra de Cristo en la cruz trata todos los distintos tipos de pecados.
Antes de seguir, repasemos lo que cada una de las ofrendas nos señala acerca de nuestro Señor.
- Ofrenda de holocausto: La entrega de Cristo a Dios.
- Ofrenda de granos: La pureza de Cristo.
- Ofrenda por la paz: La paz que recibimos de Cristo.
- Ofrenda por la culpa: El perdón que hemos recibido por la sangre de Cristo.

Oferentes
Los animales sacrificados variaban dependiendo el tipo de la persona que había cometido la transgresión. En cada uno vamos a ver que Dios era despojado de algo. Otra cosa que podemos notar es que mientras más responsabilidad tenía la persona en el pueblo de Israel, de más valor era el animal que ofrendaba a Dios por su pecado cometido.
- Se ofrecía un becerro cuando el pecado era cometido por un sacerdote (Lv. 4:3-12). En este caso, Dios era despojado de Su adoración.
- Se ofrecía un becerro cuando el pecado era cometido por la congregación (Lv. 4:13-21). En este caso, el nombre de Dios era deshonrado.
- Se ofrecía un chivo macho cuando el pecado era cometido por un jefe (Lv. 4:22-26). En este caso, el gobierno de Dios era atacado.
- Se ofrecía una cabra cuando el pecado era cometido por un jefe (Lv. 4:22-26). En este caso, se comprometía la comunión de Dios con el individuo.
Al considerar todos estos detalles, nos maravillamos una vez más de la grandeza de la obra vicaria de Cristo. En la ofrenda por el pecado, el sacrificio realizado era para un solo pecado y el animal matado era para una clase de persona específica como ya hemos notado. Lo hecho por Cristo en la cruz es para todos los pecados, para cualquier variedad de pecado y para cualquier clase de pecadores.

Procedimiento al ofrendar
Generalmente hablando, los pasos a seguir para entregar a Dios la ofrenda por el pecado, eran muy similares al ser ofrecidos por las distintas personas involucradas. El animal era presentado delante de Dios en el tabernáculo. La persona ponía su mano sobre la cabeza del animal y era degollado. Dependiendo de quién cometía el pecado, la sangre era rociada delante del velo, era puesta sobre los cuernos del altar de oro y del altar de sacrificio y derramada al pie del altar de sacrificio. La gordura del animal era quemada sobre el altar de sacrificio. La piel, carne, cabeza, piernas intestinos y estiércol del animal sacrificado era quemado fuera del campamento en un lugar limpio donde echaban las cenizas.
Las manos puestas sobre el animal es nuestro pecado siendo puesto sobre Cristo como una inmensa carga durante las tres horas de tinieblas.
El animal siendo degollado es la muerte cruel que sufrió Cristo al ser crucificado por los romanos.
La sangre siendo rociada y echada en distintos lugares habla de la sangre de Cristo purificándonos de todos nuestros pecados.
La gordura del animal siendo quemada sobre el altar de bronce es Dios deleitándose en cosas que solo él podía ver en su amado Hijo. La cruz nos ha dado mucho a nosotros, pero no se nos olvide, que le dio también mucho a Dios.
El resto del animal siendo quemado sobre leña fuera del campamento es Cristo sufriendo a mano de Dios sobre la cruz cuando pagó por nuestros pecados.
Las cenizas en el lugar limpio habla del Señor siendo sepultado en un sepulcro nuevo al haber muerto por nosotros.

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