David Alves Jr.
Llegamos al final de nuestro estudio sobre las cinco ofrendas levíticas que eran presentadas a Dios en el tabernáculo. En la siguiente tabla podrás notar distintos comparativos que pueden hacerse entre cada una de las ofrendas.
Lo que más nos debe de interesar a nosotros es lo que cada una de ellas nos enseña sobre nuestro Señor Jesucristo. En el holocausto, vimos su consagración; en la de los granos, consideramos su pureza; en la de la paz, notamos su paz; y en el del pecado, pensábamos en su perdón.
En la ofrenda por la culpa, de igual manera estaremos meditando en el perdón que hemos recibido a través de su obra vicaria.

El nombre de la ofrenda
En Lv. 5:15 se emplean dos palabras que le dan el nombre a esta ofrenda las cuales son: ”falta” y ”culpa”. La palabra “falta” tiene la idea de actuar deshonestamente, falsamente y también de transgredir. De manera que enfatiza el acto en sí. La palabra “culpa” enfatiza más la condición de la persona después de cometer el agravio al quedar culpable delante de Dios.
La condicionante para poder entregar la ofrenda
Como en el caso de la ofrenda por el pecado, el que ofrecía la ofrenda por la culpa, lo podía hacer porque su falta la había cometido ”por yerro” (Lv. 5:15, 18). Hemos visto ya que eso significa que lo había hecho sin intención o por ignorancia. En Lv. 5:17 leemos del acto de la persona que fue ”sin hacerlo a sabiendas” y en el v. 18 leemos que lo hizo ”por ignorancia”.
La ofrenda por el pecado y por la culpa únicamente cubrían pecados cometidos inadvertidamente. Lo hecho por el poderoso Salvador que Dios nos levantó (Lc. 1:69) perdona todo tipo de pecados. Aquellos realizados sin intención, pero también aquellos cometidos premeditadamente. La obra de la cruz es locura a los incrédulos, mas para nosotros los creyentes en Cristo, lo hecho en la cruz ¡no tiene comparación!
Ejemplos de pecados que aplicaban
- En las cosas sagradas del Señor
El Israelita ofrecía la ofrenda por la culpa cuando no había cumplido con alguna ofrenda requerida por Dios. Por ejemplo: ofrenda del primogénito, diezmos, primicias, etc… - Cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan
En Lv. 6:2-5 se dan ejemplos:
– Engañar al prójimo
– Extorsión
– No devolver algo encontrado que había perdido un prójimo y jurar falsamente.
(Pareciera haber dolo con estos pecados cometidos, pero aún así debemos considerarlos como cometidos por alguien por ignorancia y sin intención). - Inmoralidad cometida con una sierva desposada (Lv. 19:20-22)
- Purificación de un leproso (Lv. 14:10-14)
- Contaminación de un varón cumpliendo el voto del Nazareato (Nm. 6:12)

Animal ofrecido
En el caso de todos los pecados cometidos que ya fueron mencionados, lo que se ofrecía era un chivo macho sin defecto.
El chivo es un animal de paso firme. Tiene la habilidad de subir o bajar collados con grandes inclinaciones. Nos habla del paso firme de Cristo hacia la cruz. En cierta manera, cada paso que dio aquí en la tierra, lo hizo dirigiéndose al Gólgota.
Al ser un chivo sin defecto que debía ser ofrecido, representa la incalculable pureza y perfección de nuestro Salvador. Dios ideó en su plan de salvación que su Hijo perfecto pagara por nosotros los pecadores. Un pecador no podía dar su vida por otros pecadores.
Restitución hecha antes del sacrificio
Una diferencia entre la ofrenda por el pecado y por la culpa es que en esta última, el oferente tenía que restituir el daño que había causado. Había una reparación que debía hacer hacia Dios y hacia su prójimo, dependiendo del tipo de pecado realizado.
Si el pecado había sido cometido en relación a las cosas santas de Dios o al cometer una falta contra el Señor, al ofrendar el chivo, se hacía una estimación y se pagaba en siclos de plata. En nuestro caso, el pago de nuestro rescate, lo hizo el Señor al derramar su sangre (1 Pe. 1:18-20).
El oferente entregaba el chivo y los siclos de plata, pero en algunos casos también tenía que restituir lo tomado ilícitamente y también dar la quinta parte o el 20 por ciento. El Señor Jesucristo restituyó abundantemente a Dios lo que nosotros le debíamos con nuestra interminable deuda de pegados al sufrir por nuestros pecados. Él dijo sobre la cruz: ”¿He de pagar lo que no robé?” (Sal. 69:4).

Sacrificio del animal
El carnero era degollado, su sangre era rociada sobre el altar y por todos sus lados; y su grosura era quemada sobre el altar. El animal siendo degollado es Cristo sufriendo en la cruz; la sangre del animal rociada sobre el altar es la base de nuestro perdón siendo la sangre del Cordero de Dios; y la grosura quemada sobre el altar es Dios deleitándose en lo que solo él puede ver en su Hijo.
La carne era la porción del sacerdote como en algunos casos de la ofrenda por el pecado. El sacerdote tenía mucha participación en buscar el perdón del transgresor. En cierta manera se identificaba con el pecado de la persona. Así el Señor se identificó muy cercanamente con nuestro pecado, aunque él era sin pecado, y murió por nuestras ofensas.
