David Alves Jr.

En tiempos de desdichas en nuestras vidas, todos tenemos versículos que se nos vienen a la mente que han mitigado nuestros dolores. No cabe duda que es Dios quien trae a nuestra atención esas palabras de aliento y de fuerza en el momento indicado.
En mi caso, comúnmente las palabras de Isaías 26:3, son las que Dios trae como bálsamo a mi corazón herido. Seguramente es un versículo al cual tú también has recurrido al experimentar la zozobra o la inquietud.
El profeta escribió: ”Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.”
Notemos lo siguiente en cuanto a esta preciosa promesa que el Señor nos ofrece con toda seguridad.
Prometido durante días complicados
Isaías escribió estas hermosas palabras cuando Israel pasaba por días oscuros. La desobediencia había resultado en cautiverio y en todo tipo de contrariedades.
En los capítulos 24-26 el profeta hace que la nación mire hacia un día futuro cuando el glorioso Mesáis reinará sobre la tierra. Y en esos capítulos es donde encontramos las palabras que estamos considerando. Escuchar de un día poder gozar de paz le habrá traído un inmenso sentido de alivio a los hijos de Jacob.
Nuestros tiempos también están saturados de preocupaciones y de angustias. A parte de todo lo que ya sufrimos en la vida como pruebas que nuestro Padre nos permite vivir para nuestro aprendizaje; estamos quizás con ansiedad por el COVID-19 y todo lo que eso repercute, como por ejemplo: familiares infectados, falta de ingresos económicos, etc…
Son tiempos difíciles en los cuáles debemos apoyarnos en la eterna palabra de Dios.
Cantamos a pesar de la adversidad
Hay algo precioso que aprendemos al inicio del capítulo 26 de Isaías. Las palabras del versículo 3 sobre las cuales estamos reflexionando, forman parte de un canto. No cualquier canto. Son las palabras que se cantarán al entrar al reino del Rey de gloria. El himno habrá sido de mucho ánimo para el pueblo.
Pregunta alguien: ”¿Cantar cuando uno está agobiado?”
Al incrédulo le es extraño entender cómo es posible que los hijos de Dios canten cuando están sufriendo. ¿Cuántas veces te has puesto a cantar cuando estás triste y después te sientes mucho mejor? Los cristianos podemos cantar en los velorios. Los creyentes podemos reunirnos como familia durante los días de abundante aflicción en la cuarentena y podemos cantar himnos y alabanzas a Dios. El incrédulo cuando está afligido guarda silencio, escucha música con palabras deprimentes o se refugia en el alcohol.
Seamos como Israel. Cantemos en estos días perturbadores. Los mártires cantaron al ser quemados sobre postes. ¿Cómo no podremos nosotros cantar en estas fechas? El pueblo del Señor es el único que puede cantar cuando hay tragedias. Yo sé que extrañamos hacerlo como congregación, pero ¡hagámoslo en casa para la gloria de Dios y para nuestra animación!
Nuestro Guardián y Velador
La promesa dice: ”Tú guardarás en completa paz”. Es impresionante considerar que Dios constantemente hace vigilia en su incesante búsqueda de procurar nuestro bien. No hay nadie que este más pendiente de tus necesidades que tu Padre celestial. Más que tus padres, tu cónyuge, tus hijos y tus amigos cercanos. Es más, él tiene más interés en que goces de paz en medio de la tormenta, más de lo tú mismo lo anhelas. ¿Increíble verdad? El Dios del universo que todo nota, todo ordena; sabe exactamente hasta el más diminuto detalle de cada una de tus experiencias amargas. Es tanto su afán en vigilar y guardar nuestra paz que no duerme de noche sino que está al tanto de ti (Sal. 121:4).
Paz y más paz
Dios promete a través del canto revelado a Isaías que él dará ”completa paz” a los suyos. Hay algo muy interesante en esta frase. La palabra ”completa” en el Hebreo es ”shalom” que significa: ”paz”. La palabra ”paz” que le sigue es la misma palabra ”shalom” en el idioma original. De manera que el versículo realmente dice: ”Tú guardaras en paz paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera”.
¿Será un error o una vana repetición? ¡Claro que no! Dios jamás se equivoca y nunca habla solo por hablar. Jehová le promete a la ”niña de su ojo” una doble paz, o sea les asegura que les brindará completa serenidad y tranquilidad.
Cuando sientas preocupación por las circunstancias que te rodean, acuérdate de la doble paz que Dios quiere que sientas. A pesar del caos, los problemas, la escasez, la soledad y la enfermedad; nuestro Padre quiere que sintamos esta doble paz que solo él nos puede dar.
Detén tu mente en Dios
Ahora se nos dice cómo es que podemos obtener esta doble paz. Isaías escribió: ”Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera”. Todo comienza en nuestras mentes. Lo primero que tenemos que hacer para ser partícipes de esta tremenda promesa, es poder reajustar nuestra forma de pensar.
En estos tiempos, la tendencia humana es querer resolver todo problema por lo que uno mismo puede hacer. Dios quiere que a través del COVID-19 entendamos que no está en nosotros la solución, sino que está en él. Muchas veces queremos hacer y hacer; cuando realmente Dios quiere que nos detengamos. ¿Cómo detenernos cuando hay mucho por lo cual preocuparse? Dios quiere que nuestros pensamientos perseveren en él.
Otra traducción de este versículo dice: ”Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confian en ti; a todos los que concentran en tu sus pensamientos”. En medio de todo el caos a tu alrededor, concentra o detén tus pensamientos en Dios, en nada ni nadie más, y verás que recibirás paz al saber que todo está en manos de él.
El canto de Isaías 26 nos da otra razón por la que algunos disfrutan de la doble paz de Dios. No solamente detienen sus pensamientos en él, sino dice él: ”porque en ti ha confiado”. No sabemos cómo Dios le hará para guardarnos del virus o cómo proveerá con la crisis económica mundial que se asoma. No tenemos que saber cómo lo hará. Lo que tenemos que saber con toda la seguridad es que sí lo hará y que él dirigirá cada una de nuestras vidas para que todo resulte para nuestro bien.