David Alves Jr.

Job es de esos personajes que pareciera llamar la atención de todo lector de la Biblia. Estemos apenas iniciando a leer las Escrituras o ya tengamos tiempo haciéndolo, la conducta y las experiencias de este varón nos deslumbran a todos.
Quiero que consideremos el hecho de que Job se guardó de tres cosas. Primeramente, se guardó del rencor hacia sus amigos que lo criticaron; en segundo lugar, se guardó de tener pensamientos sucios hacia mujeres; y por último, se guardó de dudar de su Dios a pesar de todo lo que sufrió.
Guárdate del rencor
Los amigos de Job, en vez de animarlo y consolarlo, lo criticaron y lo juzgaron. Guardaron silencio por un tiempo para según lamentarse con él, pero después lo maltrataron verbalmente. Hubiese sido mejor que se quedaran callados todo el tiempo.
Hace unos años cuando yo estaba sufriendo ataques muy fuertes por parte de hermanos en la fe, un hermano al que admiro y aprecio mucho, me mostró algo que me ayudó bastante. Me compartió lo que dice Job 42:10- ”Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.”
Quizás no has considerado esto. Para mí fue algo que me impactó y redarguyó. Dios revertió las circunstancias adversas de Job hasta que dejó de contender con sus amigos y hasta que oró por ellos.
Esta cuarentena es un buen tiempo para que reflejes en personas que quizás te han hecho mal y hacia los cuales tienes sentimientos de amargura. No es fácil, pero Dios quiere que perdones como lo hizo Job.
Sé como Job. Guárdate del rencor. Ora por los que te han hecho mal y verás que las cosas mejorarán.
Guárdate de la incredulidad
Job perdió todo. Sus bienes, ingresos, hijos, apoyo de su esposa y su salud. ¿Qué fue lo único que no perdió? Su fe en Dios. Después de todo lo que Dios permitió en la vida de Job, él le dijo: ”Yo conozco que todo lo puedes” (Job 42:2). Entre más difíciles las pruebas, más ponía su confianza en Dios.
No renegaba ni murmuraba sino que entendía que Dios lo estaba probando. Entendía que estaba pasando por el fuego para así quitar sus impurezas y defectos. Él dijo: ”Me probará, y saldré como oro.” (Job 23:10)
Estos tiempos que vivimos son difíciles. Guárdate de la incredulidad como lo hizo Job. Su fe en Dios no se vio afectada por las circunstancias a su alrededor porque sabía que Dios no cambia, que todo lo puede y que todo lo que permite tiene un propósito. En estos días, analiza qué es lo que Dios quiere enseñarte y cómo anhela moldearte.
Guárdate de la concupiscencia
En medio de todo lo que Job sufría, él dice algo que nos puede ayudar mucho en cuanto a nuestra pureza. ”Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?” (Job 31:1). La presión y el desánimo no lo orillaron a pecar como pasa muchas veces. No quería ni siquiera desear a una mujer ajena.
¿Cómo te va a ti y a mí con la concupiscencia? Aquellos pensamientos hacia lo indebido. Cuando deseamos sexualmente a una persona.
Me preocupa que por causa de la cuarentena estamos teniendo que pasar mucho tiempo en casa y que estemos viendo cosas que estimulan nuestra mente a codiciar al sexo opuesto por escenas sexuales que son vistas en películas, series o páginas. Las estadísticas comprueban que la pornografía está siendo observada más en estos tiempos de encierro.
¿Es incomodo hablar sobre estos temas? ¡Claro que lo es! Pero tenemos que considerarlo y tomar medidas para cuidarnos.
No te contamines, no dañes tu testimonio, ni tu matrimonio. Sé como Job, guárdate de los deseos prohibidos. Seas soltero o casado, guarda tu pureza que es de gran valor para Dios.
