Vida Cristiana

En esta Cuarentena, Aplícate como Esteban

David Alves Jr.

La Biblia no le dedica mucho espacio a Esteban y poco después del inicio de la iglesia fue asesinado por causa del evangelio. A pesar de ello, lo que sí nos dicen las Escrituras nos hace ver que es un digno ejemplo a seguir. Al nacer, sus padres le pusieron nombre griego Stephanos que significa: ”corona”. En verdad, este varón de Dios experimenta la definición de su nombre. Ya casi 2,000 años después de su muerte y muchos deseamos emular su ejemplo. Aún mejor, Dios le recompensará por todo lo que hizo por el bien del evangelio y por haber puesto su vida sobre el altar.

Según Hechos 6, Esteban junto con otros seis hermanos, fue elegido para ayudar en el servicio a la viudas gentiles que estaban siendo desatendidas injustamente. Escogieron a los siete porque eran de ”buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría” (v.3). De igual manera, se nos dice de Esteban que era ”lleno de fe” (v.5) y ”lleno de gracia y de poder” (v.8). Pudiéramos ahondar más en esas tremendas cualidades de Esteban, pero tendremos que dejarlas para otra ocasión.

Como siempre, el servicio a Dios siempre resulta en rechazo y persecusión. En el caso de Esteban así fue el caso. Justo después de recibir la encomienda por parte de los apóstoles, líderes religiosos comenzaron a disputar con él sobre las Escrituras. Lucas nos dice que ”no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba” (v.10). Era tanto el conocimiento que tenía de la Palabra de Dios, que tuvieron que sobornar a falsos testigos para que le acusaran de blasfemar en contra de Dios y de la ley de Moisés. Todo esto resultó en Esteban siendo encarcelado y llevado a juicio.

Nuestro anhelo durante esta cuarentena pudiera ser en aplicarnos en la lectura y el estudio de la Palabra como lo hizo Esteban. Nosotros deberíamos poder exceder el conocimiento que tenía Esteban. Él no tenía el canon completo de las Escrituras como nosotros sí lo tenemos. Él vivió durante tiempos en los que ser cristiano era ilegal y por lo tanto se sufría persecusión. Aprovechemos las bendiciones que tenemos y las libertades que gozamos. Apliquémonos al análisis de la Palabra de Dios como nunca antes durante estas semanas de aislamiento.

Esteban se aplicó sin ninguna duda al estudio de la Biblia, pero es claro que de igual manera lo hizo también en cuanto a la obediencia a las Escrituras. Durante el juicio, aquellos hombres perversos ”vieron su rostro como el rostro de un ángel” (v.15). Lo que era visto en Esteban en su asamblea, era lo mismo que podían ver estos hombres que querían destruirle por causa de su fe. En otras palabras, Esteban no estudiaba la Biblia únicamente para adquirir conocimiento intelectual. Él escudriñaba las Escrituras para conocer íntimamente al Autor y para ser moldeado por él.

El capítulo 7 de los Hechos nos presenta la defensa dada por Esteban en el concilio sobre su caso. No se defendió hablando sobre su carácter o sobre su conducta. No enfocó el asunto en él. Lo que hizo fue llamar la atención de estos hombres corruptos a la Palabra de Dios. Con lujo de detalle, narró la historia del pueblo de sus padres y ¡hasta da detalles que no están en las Escrituras del Antiguo Testamento! Su discurso fue para exponer indirectamente el pecado cometido por los líderes religiosos que querían su muerte y para hacerles meditar en los benditos propósitos que Dios tenía para con la nación de Israel en relación a los sufrimientos de Cristo.

Seamos como Esteban, no solamente al aplicarnos en el estudio de la Biblia, sino también que defendamos las verdades de Dios a toda costa. A Esteban, su conocimiento y su defensa de la Biblia, le costó todo. Así como a su Señor, lo sacaron fuera de la ciudad para matarlo. Tomaron piedras que arrojaron hacia su cuerpo mientras él veía a Cristo en el cielo esperándole allá.

Tú y yo no vamos a ser arrestados, encarcelados y matados por hablar de la Palabra de Dios. Demos todo por conocer este maravilloso y bendito Libro que es como ningún otro. Involucrará que sacrifiques tiempo y esfuerzo pero sin ninguna duda valdrá la pena. En una ocasión, alguien le dijo a un hermano: ”Yo daría todo por saber lo que tú sabes de la Biblia”. El hermano le contestó: ”Eso es exactamente lo que te tenido que dar. Lo he tenido que dar todo.” Esteban también lo dio todo. Dios nos ayude a ser como él, al aplicarnos plenamente a la lectura y al estudio de las Sagradas Escrituras.

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