Cristo en toda la Biblia

Ingredientes del Incienso

David Alves Jr.

A Cristo lo podemos ver en los materiales, medidas, expiación y función del altar de oro; dentro del lugar santo en el santuario de Dios, sobre el cual se quemada incienso. En este estudio nos limitaremos a encontrar al Señor en los ingredientes que componían el incienso que eran: estacte, uña aromática, gálbano aromático e incienso puro (Éx. 30:34-38). El altar en sí nos habla de lo que es para nosotros Cristo en el cielo: él es nuestro gran intercesor; el incienso nos representa lo que fue la vida Cristo aquí en la tierra.

El estacte es una recina extraída de árboles y de plantas. Para poder ser utilizado como perfume aromático, tenía que ser triturado. No es por nada que la palabra estacte significa gota. Aquí claramente vemos las lágrimas del Varón de dolores. Lo vemos derramando lágrimas en la tumba de Lázaro, al entrar a Jerusalén por última vez y al postrarse en el huerto de olivos donde se entregó a la voluntad de su Padre de ir a la cruz.

La uña aromática es la concha de un molusco como el de caracol, almeja u ostión. Recibe el nombre al parecerse a una uña. Al ser quemado emitía un olor fragante. Los animales marinos con estas conchas eran inmundos para los Israelitas y no podían comerlos. La uña aromática nos hace meditar en Cristo identificándose con el pecado, sin jamás haber pecado, para quitar los nuestros.

El tercer ingrediente era el gálbano aromático. También era una recina de planta y árbol. Lo llamativo de esta recina es que es amarga. Su amargura trae a la memoria la amargura que sintió el Señor al ser criticado, traicionado, acusado falsamente, torturado y crucificado. Sufrió toda esa amargura para poder traer dulzura a nuestras vidas.

Llegamos al incienso como último ingrediente en la elaboración del perfume que se prepararía para quemar sobre el altar. El incienso era una recina blanca que, cuando era quemada, producía el humo que llenaba el tabernáculo. Su color y su olor, nos habla de la fragancia que Dios Padre siempre encontró en la vida de su Hijo, aún cuando sufría la muerte de la cruz.

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