David Alves Jr.
La mentira para muchos de nosotros es tristemente un pecado muy común. Muchas veces nos acostumbramos a no hablar la verdad. Pensamos que es como un salvavidas que nos rescata de situaciones complicadas. También podemos llegar a disfrutar hablar falsedades de otros.
Dios quiere que sepamos las siguientes 10 cosas acerca de la mentira:
- Es algo que Dios detesta. En Proverbios 6:16-19 aparece en una lista de seis pecados que Dios aborrece. Salmón también escribió: “Los labios mentirosos son abominación a Jehová” (Pr. 12:22). Una de las razones es porque Dios no puede mentir (Nm. 23:19; Heb. 6:18). Él siempre se deleita en la verdad (Sal. 51:6) y nosotros deberíamos de hacer lo mismo. El salmista podía decir: “La mentira aborrezco y abomino” (Sal. 119:163). Nunca hay justificación para decir una mentira. Mejor decir la verdad y tener que afrontar las consecuencias.
- La mentira no debe caracterizar a cristianos sino a personas no regeneradas por el Espíritu (Col. 3:9, 10). El juicio eterno está asegurado para los mentirosos (1 Co. 6:9-11; Ap. 21:8). Sea creyente en Cristo o no, la mentira siempre va seguida por algún tipo de castigo (Pr. 19:5, 9).
- Salomón dijo que la mentira es como una “trampa mortal” (Pr. 21:6). La verdad libera a uno (Jn. 8:32); pero la mentira esclaviza. Una mentira dicha lleva a uno a tener que decir otra. ¡Ha de ser desgastante vivir así! Mejor vive gozando una vida libre al estar siempre del lado de la verdad.
- No importa cuanto procuremos ocultar nuestras mentiras, tarde que temprano, Dios descubrirá nuestras falsedades. Él “conoce los secretos del corazón” (Sal. 44:21). El Señor Jesús dijo: “Nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.” (Lc. 8:17). No te engañes, tus mentiras serán descubiertas, así que confiéselas antes de que eso suceda.
- Dentro de las varias cosas que hacen la mentira un pecado serio, es que mentir contra el hombre, es mentir contra Dios mismo. Ananias y Safira aprendieron eso poco antes de morir por haber mentido a los apóstoles (Hch. 5:3). Con Dios no hay mentiras blancas ni piadosas. La mentira es mentira y absolutamente todas las toma muy seriamente.
- No solo es pecado mentir, pero también lo es cuando disfrutamos escuchar a otros cometer este pecado. Dice Proverbios 17:4 “El malo está atento al labio inicuo; y el mentiroso escucha la lengua detractora.” Mucho dice de ti si te agrada escuchar lo que otros dicen al hablar falsamente de otras personas.
- Cuando mentimos, estamos comportándonos como Satanás quien es el “padre de mentira” (Jn. 8:44). Con astucia y mentira habló con Eva para engañarla (Gn. 3:4). ¿Por qué querer parecernos a un ser tan malo y perverso al mentir?
- Algo que nos debe prevenir mentir contra nuestros hermanos en Cristo es la increíble verdad que todos pertenecemos a un mismo cuerpo. Pablo enseñó: “Desechando la mentira, hablad la verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.” (Ef. 4:25)
- ¿Te has preguntado por qué no te va bien en la vida? David nos da la clave del éxito para todo cristiano. “¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engañó.” (Sal. 34:12, 13). Sigamos ese consejo sabio.
- Al analizar el pecado de la mentira y muchas de las consecuencias que conlleva, hagamos las mismas oraciones a Dios como los salmistas para no cometer este mal. “Aparta de mí el camino de la mentira” (Sal. 119:29). “Libra, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta” (Sal. 120:2).

Amén! Leer acerca de la mentira nos redarguye, es uno de los escapes más absurdos que atentan contra nosotros mismos. Muy bueno.
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