David Alves Jr.
Un judío ateo llamado Evgeny Afineevsky nominado al Oscar, dirigió recientemente un documental llamado ”Francesco” que se enfoca sobre la vida del Papa Francisco. En dicha reproducción, el líder de la religión católica, dio su posición sobre la unión de dos personas del mismo sexo.
Él dijo: “La gente homosexual tiene derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Nadie debería ser expulsado o sentirse miserable por ello.” También afirmó: ”Lo que tenemos que crear es una ley de unión civil. De esa manera están cubiertos legalmente. Yo defendí eso.”
En el documental, el Papa Francisco anima a una pareja de homosexuales a llevar a sus hijos a misa para de esa manera darles una buena educación.
Cabe recalcar que contrario a lo que muchos han dicho, el Papa Francisco no está de acuerdo que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio. Considera que dos personas homosexuales sí deberían tener el derecho de entrar en una unión civil. (En internet puede leer la diferencia entre el matrimonio y una unión civil). Aún así, lo que dijo el Papa debe ser analizado de acuerdo a lo que Dios estipula en su palabra.
El matrimonio es una institución de Dios; no de la iglesia, ni de la religión. Las primeras personas en unirse en matrimonio fueron Adán y Eva. Dios unió a un hombre y a una mujer, no a dos hombres ni a dos mujeres. Dios mandó a esa misma pareja a procrearse. Ese es el diseño que Dios ha dejado como patrón para siempre. El matrimonio igualitario o la unión civil entre dos personas del mismo sexo, podrá ser reconocido por las autoridades o por figuras religiosas, mas no por Dios. Una pareja gay no tiene el aval de Dios para entrar en una relación de cualquier tipo, ni de formar una familia. Tampoco sería correcto que un hombre y una mujer entraran a una unión civil porque es el matrimonio lo que desea Dios para dos personas que quieren compartir sus vidas juntos. Una unión civil no cubre a nadie legalmente ni moralmente.

El verdadero hijo de Dios no debe, pero tiene aún la capacidad de cometer pecado al tener la naturaleza a la que le apetece lo torcido. Algo que debemos tomar en cuenta es que hay una gran diferencia entre un creyente que comete pecado, se arrepiente y se restaura al Señor. Otra cosa es que alguien diga ser salvo, pero nunca abandone el pecado de la homosexualidad, por tomar el ejemplo del tema que estamos tratando. La salvación no es por obras, pero sí se manifiesta a través de las obras. La salvación no se pierde, pero eso no da licencia para que alguien viva desenfrenadamente en el pecado. Los afeminados no pueden heredar el reino de Dios (1 Co. 6:9), y por lo tanto, no pueden ser hijos de Dios, como lo afirmó el Papa.
Lo dicho por el líder de la religión católica en el documental concuerda con lo que dijo en una entrevista poco después de que fue reconocido como el Papa en el año 2013 cuando aseveró: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?” Ese tipo de disposición permisiva ante los pecados de otros va contrario a lo que Dios espera de nosotros. Pablo escribió: ”No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Ef. 5:11).
Lo que el Papa o cualquiera en la sociedad actual piense sobre el matrimonio, no modifica ni en lo más mínimo el diseño antiguo de Dios para esa sagrada institución.