Cristo en toda la Biblia

Primera Pascua del Peregrinaje

David Alves Jr.

Números 9:1-14

Ya había sido un año desde que habían sido poderosamente redimidos de la mano opresora de los egipcios. Dios habló con Moisés pidiéndole que Israel celebrase la Pascua por segunda vez. Ya no sería en sus casas en Gosén, sino que sería en el desierto Sinaí.

La primera vez que la celebraron fue para ser rescatados de la esclavitud; esta segunda vez y todas las que vendrían, serían para conmemorar ese gran acto de misericordia mostrado por Jehová a su nación. Tristemente como seres humanos, tenemos la propensión de olvidarnos de todos los beneficios que hemos recibido. Quizás por eso Dios desea que hagamos memoria de su Hijo semanalmente.

La segunda Pascua se llevaría a cabo de acuerdo a lo establecido en Éxodo 12. Este evento anual está lleno de Cristo; es más, él es la Pascua (1 Co. 5:7). Aquí en Números 9, se menciona que sacrificarían el cordero entre las dos tardes del día 14 del primer mes. No fue casualidad que el Cordero de Dios murió sobre la cruz aproximadamente a las 3 p.m.

Debían de comer la carne del animal con hierbas amargas y pan sin levadura. Las hierbas sin duda representaban la amargura de la esclavitud de la cual habían sido redimidos. Hace pensar en lo amargo que fue para el Señor experimentar todo lo que se llevó a cabo en su muerte. Antes de que todo iniciara, le dijo a los suyos: ”Mi alma está muy triste hasta la muerte”. Después de comer la Pascua, durante una semana, comían pan sin levadura. Este componente representa el pecado en la Biblia. Por lo tanto, los panes sin levadura en la Pascua, representan la santidad de Jesucristo. Su pureza nunca se vio manchada. Nuestro Cordero fue ”sin mancha y sin contaminación” (1 Pe. 1:19).

white sheep
Foto por Sarah Kilian en unsplash.com

Dios le recordó a Moisés que debían comer todo el animal y no dejar nada para el día siguiente. Trae esto a nuestras mentes como en nuestra conversión nos apoyamos completamente en el Salvador; y cómo desde entonces, buscamos aprender lo más que podemos acerca de él. De hecho, nos alimentamos de él. Hemos experimentado que solamente él nos puede satisfacer.

El último detalle que Dios menciona a Moisés en Números 9 en relación a la Pascua es que no podían quebrar ni un hueso del animal. Debía ser tratado con cuidado ya que este cordero había dado su vida por cada hijo mayor entre las familias de los Israelitas. Esto es una hermosa figura de algo absolutamente asombroso que ocurrió con el cuerpo del Señor. ¡Ni un hueso de él fue quebrado! (Jn. 19:36). Esto a pesar de que la crucifixión era la muerte más cruel. Fue golpeado brutalmente en su cabeza y rostro. Fue flagelado. Sus manos, sus pies y su costado fueron traspasados. A pesar de todo eso, ni un solo hueso fue quebrado. Esta es una de varias maneras en las que vemos que Cristo es nuestra Pascua. Cumple con ese requisito. Los judíos en la actualidad aún no logran entender que el Hijo de Dios cumple con todo lo que se le prescribió a Israel en relación a la santa convocación que estamos considerando. Hay muchas otras maneras en las que vemos a Cristo en la Pascua, pero solamente nos hemos remitido a considerar las que se mencionan en este pasaje.

En Números 9 también se hacen excepciones para que los inmundos y los extranjeros pudiesen participar de la Pascua. Vemos la misericordia de Dios en dicho evento. Igual sucedió con nosotros. Estábamos en la inmundicia de nuestro pecado y éramos extranjeros al estar alejados de Dios, mas sin embargo, Dios nos permitió apropiarnos del Cordero Pascual para también nosotros ser redimidos y poder llegar a ser adoradores suyos.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s