Cristo en toda la Biblia

Espiando la Tierra Prometida

David Alves Jr.

Números 13

Dios le pidió a Moisés que enviara un príncipe de cada tribu para que reconocieran la tierra que él le había dado a su nación. Al despachar a estos doce varones en esta importante encomienda, Moisés le cambió el nombre a Josué. Antes se llamaba Oseas que significa ”salvación” y se lo cambió a Josué que significa ”Jehová es Salvador”. El significado de los nombres de este varón de Dios, sin duda, nos hace pensar en las palabras del ángel a José antes de que naciera el Hijo de Dios del vientre de María. ”Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mt. 1:21) Disfrutamos infinitamente el nombre de Jesús. Nos hace pensar en la gran salvación que él nos ha dado. Con gozo podemos afirmar que él es nuestro Salvador.

Los doces hombres viajaron a Canaán y vieron la evidencia de que era una tierra próspera y fértil. Fue llamada comúnmente por Dios como la tierra donde fluía la leche y la miel. Al llegar a un lugar llamado Escol, cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, tan grande que tuvieron que cargarlo entre dos personas. La leche es simbólico de un sustento esencial para el ser hermano, especialmente para los bebés. Podemos encontrar aquí que representa la palabra de Dios y cómo nos es de gran sustento al alimentarnos de un vasto conocimiento sobre el Señor Jesús. Se nos manda que debemos desear ”la leche espiritual no adulterada” (1 Pe. 2:2). La miel nos hablaría de la dulzura que solamente podemos encontrar en el Hijo de Dios. Su conducta y sus palabras siempre fueron dulces (Sal. 119:103). El pecado nos había traído una gran amargura en nuestras vidas; pero Cristo ha traído a nosotros una dulzura que nadie más nos podía brindar. Las uvas que recogieron, son representación del gozo que Jesús nos ha otorgado. Él dijo: ”Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Jn. 15:11). Aquellos que hemos creído en él, reconocemos abiertamente que nada en este mundo, nos puede dar el gozo que él sí nos ha dado.

La abundancia de fruto en la tierra prometida le mostró a aquellos varones que verdaderamente era una tierra muy rica. La vegetación es muestra de vida. Hace pensar en la resurrección de nuestro Señor y de la vida indestructible que él ha gozado aún después de haber muerto. Los Israelitas gozando las uvas habla de nosotros mostrando cambios en nuestra vida como el resultado del impacto que el Cristo resucitado ha tenido sobre nuestras vidas. Nosotros hemos resucitado con Cristo (Col. 3:1). Si no fuera por su gloriosa resurrección, no podríamos gozar esta vida regenerada y renovada.

LOS 12 ESPIAS.Nm 13:1-33 "Los envió, pues,Moisés a reconocer la tierra de  Canaán, diciéndoles:Subid de aquí al Neg… | 12 tribes of israel, Japan,  Ancient israelites

Al regresar al campamento, la mayoría de los varones dieron un reporte pesimista por el temor que les dio ver a los gigantes y las grandes ciudades. Ellos representan a creyentes que tienen su mirada en lo terrenal. Caleb y Josué fueron los únicos que animaron al pueblo a que tomaran posesión del territorio que Dios les había prometido y entregado. Caleb dijo: ”Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (v. 30). Caleb y Josué representan a creyentes que tienen la mirada puesta en el Señor y en las cosas de arriba, aquellas que son celestiales (Col. 3:1). El cristiano que pone su mirada en el Cristo glorificado podrá triunfar a pesar de la oposición y las dificultades que puedan haber.

Caleb quiso cumplir con una misión para que Israel poseyera esa bendita tierra, pero encontró oposición de su mismo pueblo. Algo parecido a eso fue la experiencia de Jesucristo. El Señor Jesucristo una y otra vez le contó a sus discípulos que sufriría y moriría. Ellos no entendían ó, en el peor de los casos, Pedro quiso detener a Cristo para que no fuese a la cruz. Le dijo: ”Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.” Cristo lo reprendió al decirle: ”¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.” (Mt. 16:22, 23). Vemos entonces cómo hay esta semejanza entre Caleb y el Señor.

Por último, consideremos el hecho de que no debió haber habido incredulidad en los corazones del pueblo porque la tierra ya era de ellos. Dios hablaba como si ya fuese de ellos. Ya la habían heredado. Sí habían varios pueblos poderosos que moraban allí, pero Dios les aseguraba que ellos ocuparían esa tierra. Lo mismo es con nosotros. Somos más que vencedores por causa de Cristo Jesús (Rom. 8:37). Pablo en la carta a los Efesios nos recalca la herencia que ya es nuestra que un día gozaremos (1:11, 14, 18). Tenemos la gran dicha de ser ”coherederos con Cristo” (Rom. 8:17). Él nos da la victoria y muy pronto gozaremos de nuestra Canaán celestial.

1 comentario en “Espiando la Tierra Prometida”

  1. Qué linda forma de ver a nuestro Señor en este pasaje tan conocido de la biblia. Por otra parte si las uvas nos representan al gozo que tenemos en Cristo nuestro Salvador, no sería buena idea tomar la cena del Señor estrictamente con vino de UVAS, o no deberíamos de ser tan literales en cuanto a esto? Ya que es un acto de sumo gozo para los creyentes.

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