David R. Alves
Números 19
¿Dónde debía morir la vaca alazana?
“La daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia”, v.3.
La expresión “fuera del campamento” es recurrente en el Pentateuco: Allí:
- se quemaban los restos de los becerros de la ofrenda por el pecado, Lv 4:12, 21;
- estaba el lugar designado para las cenizas, Lv 6:11;
- fue quemado el becerro de expiación para la consagración de Aarón, Lv 8:17; 9:11;
- fueron llevados los cuerpos muertos de Nadab y Abiú, Lv 10:4-5;
- se ejecutaban varias ordenanzas acerca de la lepra, Lv 13:46; 14:3, 8, 40, 41, 45, 53;
- fueron quemados el becerro y el macho cabrío del Día de Expiación, Lv 16:27;
- se dio muerte a un blasfemo, Lv 24:14;
- tenían que salir personas inmundas, Nm 5:1-4;
- fue sacada María con lepra, Nm 12:15;
- se dio muerte a uno que no guardó el sábado, Nm 15:36;
- moría a vaca alazana, Nm 19:3;
- se purificaron unos después de la venganza a los Madianitas, Nm 31:13, 19;
- salían los inmundos, etc., Dt 23:10-13.
Fuera del campamento era un lugar relacionado con el pecado en sus diversas manifestaciones y consecuencias: distanciamiento, separación, soledad, inmundicia, rebelión, blasfemia, y muerte.
Resaltan dos animales en esta lista: la avecilla viva en el caso de la lepra, así como la vaca alazana. La avecilla viva ilustra al Señor en gloria, mientras que la vaca alazana, un animal en tan óptimas condiciones puesto a muerte en el lugar de afuera, es una impresionante figura terrestre de cómo Cristo se identificó con el lugar del pecador.
Cristo nació en el lugar de afuera. María “lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”, Lucas 2:7. “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”, Juan 1:10-11.
Durante su vida terrenal sintió el rechazo, la distancia, y la soledad. “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”, Mateo 8:20. “Cada uno se fue a su casa; y Jesús se fue al monte de los Olivos”, Juan 7:53-8:1.
Pero Cristo murió afuera también. Isaías 53:7-8 alude a esto cuando dice: “…como cordero fue llevado al matadero…fue quitado”.
- Mateo dice que le llevaron para crucificarlo, “y cuando salían” (27:32) hallaron a Simón.
- Marcos (15:20) escribió que “después de haberle escarnecido…le sacaron para crucificarle”.
- Juan describe como la turba le gritó a Pilato en Gabata: “¡Fuera, fuera crucifícale!…Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera” (19:15-17).
Hebreos 13:11-13 nos confirma el significado típico y espiritual de todo esto: “Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio”.
El escritor a los Hebreos está usando el campamento como figura del judaísmo, el sistema religioso al que pertenecían antes estos creyentes, y los está animando a estos a cortar completamente con sistemas humanos e identificarse solamente con Cristo.
La aplicación es válida para nosotros también. A lo largo de los siglos de la era cristiana creyentes han descubierto en diferentes ocasiones que sistemas religiosos, aunque profesen el nombre de Cristo, con sus tradiciones, innovaciones y costumbres contrarias a las Escrituras no son de agrado al Señor.
Ya sea lo que describe Ezequiel en sus capítulos 1 a 10, o lo que escribe el Señor a Laodicea en Apocalipsis 3, lo que aprendemos es que la presencia del Señor es sensitiva a la obediencia de su pueblo. Sea un formalismo inerte, legalismo anti bíblico, o métodos mundanos , por ejemplo, Cuando Él no está a gusto, Él se va. De cuántos sistemas religiosos y congregaciones Cristo todavía dice, como dijo del hermoso templo de Herodes: “Vuestra casa os es dejada desierta”, Mateo 23:38.
Identificación con Cristo en el lugar de afuera implica vituperio. ¡Claro que sí! Lo sufrió Él, lo experimentará el creyente que es fiel a Él también.
A Jésus, el rechazado, vamos Él,
todavía real afuera, vamos a Él.
su baldón aquí llevando,
a este mundo abandonando,
hoy su amor está llenando, vamos a Él
Será continuado…
