Cristo en toda la Biblia

El Torrente de Cedrón

David Alves padre

Cedrón se refiere al valle y al torrente que allí fluye en tiempos de lluvia. Este valle está ubicado al lado oriental de Jerusalén y es el límite entre la ciudad y el monte de los Olivos. El término Cedrón significa “llorar” o “estar oscuro, o turbio”.

Podemos enriquecer nuestra adoración al considerar a tres hombres en las Escrituras que salieron de Jerusalén y cruzaron el torrente de Cedrón: David, Simei, y Jesús.

1. David

“… Pasó luego toda la gente el torrente de Cedrón; asimismo pasó el rey, y todo el pueblo pasó al camino que va al desierto… Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. (2 Sa 15:23, 50).

En este pasaje vemos al rey David, rechazado por su propio hijo Absalón, huyendo de Jerusalén hacia el monte de los Olivos. El llanto, la cabeza cubierta, y los pies descalzos del rey describen su dolor y vergüenza. Algunos permanecieron fieles a David, otros lo traicionaron. El desenlace de la historia es que un día David regresaría para sentarse sobre el trono en Jerusalén.

2. Simei

Este benjamita, pariente del Saúl, maldijo al rey David mientras salía de Jerusalén, arrojó piedras delante de él, y esparció polvo. “¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso!”, le gritaba al rey. Los hombres de David querían matarlo pero David no lo permitió. (2 Sam. 16:5-14).

Cuando David regresó a Jerusalén le perdonó la vida a Simei. No era el tiempo para juzgar a los adversarios (2 Sam. 19:17-23). Ese día vendría más adelante (1 R. 2:8-9).

Cuando Salomón se sentó sobre el trono, instruyó a Simei: “Edifícate una casa en Jerusalén y mora ahí, y no salgas de allí a una parte ni a otra; porque sabe de cierto que el día que salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza”. Sin embargo Simei desobedeció al rey y cruzó el torrente de Cedrón sabiendo que tenía sentencia de muerte si lo hacía, y así fue. (1 R. 2:36-46).

Jerusalén, en tiempos modernos. La línea roja muestra el Valle de Cedrón separando el Monte del Templo y el Monte de los Olivos. Imagen tomada de Israel MyChannel.

3. Jesús

Unos mil años después de que David cruzó el torrente de Cedrón, lo hizo también Jesús, el Hijo de David. La primera y última referencia directa en la Biblia al tema no es pura coincidencia.

“Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos. Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos” (Jn. 18:1-2).

Esta es la única mención del torrente de Cedrón en el Nuevo Testamento. Cristo lo cruzó al salir del aposento alto con sus discípulos para dirigirse al huerto del Getsemaní (ubicado en la ladera norte del Monte de los Olivos).

Cuando Jesús cruzó el torrente de Cedrón era oscuro ya, como el agua túrbida que a veces fluía por ese valle. Muchas serían las lágrimas en el huerto. La experiencia de Cristo esa noche ilustraba el significado de Cedrón, así como el Getsemaní sería una verdadera “prensa de olivo” para su alma anticipando su muerte el día siguiente.

Jesús cruzó el torrente de Cedrón conociendo bien el odio, desprecio y rechazo que algunos sentían por él, al igual que David. Sería hecho maldición. Los suyos le rechazaron. Sus enemigos eran los de su misma casa (Israel).

Jesús cruzó el torrente de Cedrón sabiendo que no Él no había venido en esta ocasión para juzgar al mundo, sino para que el mundo fuese salvo por él. Perdonó a sus verdugos esta vez, como David perdonó a Simei, sabiendo que el día de juicio sería más adelante.

Jesús cruzó el torrente de Cerdón sabiendo que sería sentenciado a muerte, pero no por desobediencia como lo fue en el caso de Simei. Jesús, “estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2:8).

Jesús había cruzado el torrente de Cedrón muchas veces durante su ministerio público. Muchas veces se había reunido en el Getsemaní con sus discípulos, pero esta vez cruzó el torrente por última vez. Desde el Getsemaní “como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca” (Isa. 53:7).

Jesús cruzó el torrente de Cedrón sabiendo que iba a morir pero el día viene cuando regresará a Jerusalén, como lo hizo David, y se sentará sobre el trono. “El Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin” (Lc. 1:32-33).

1 comentario en “El Torrente de Cedrón”

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